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burlando la justicia

Nikola Karabatic o cómo escapar de la Ley gracias al éxito deportivo

El para muchos mejor jugador del mundo de balonmano, Nikola Karabatic, demuestra cómo el éxito puede protegerte de la ley si eres suficientemente popular. Y es aberrante.
Foto: Imago

El deporte es una cuestión de Estado en Francia. Como en la mayoría de países, los éxitos deportivos son vitales para la moral de la gente: pero, en el país vecino, la cosa es especialmente importante. Uno de los grandes exponentes del orgullo deportivo francés es el equipo masculino de balonmano, que de algún modo ha sido la medida de todas las cosas en esta disciplina durante la última década… y si alguien representa mejor que nadie a este equipo, ese es Nikola Karabatic.

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Nikola Karabatic (Niš, Serbia, 1984), ex del FC Barcelona, fue elegido Mejor Jugador de Balonmano del mundo en 2007 y 2014. Los expertos le consideran uno de los mejores atletas que este deporte haya visto jamás. Para Francia representa un modelo en la pista gracias a su intensidad y calidad; de algún modo, es el complemento perfecto para la infinita mala leche de Thierry Omeyer, el legendario (y reconocidamente cabrón) portero de la selección gala.

De algún modo, lo bueno que llega a ser Karabatic ayuda a justificar que se comporte como un idiota fuera del rectángulo de juego.

Especialmente famoso fue el incidente que protagonizó Nikola en 2012 junto a varios miembros más de la selección francesa en un estudio del L'Équipe. El prestigioso medio galo había vertido serias críticas sobre el equipo antes de los Juegos Olímpicos de Londres: los jugadores, enojados, destruyeron el mobiliario del plató en el que les iban a entrevistar. "Solo queríamos celebrar un poco", dijo Karabatic al respecto. El incidente no tuvo consecuencias: la selección francesa terminó llevándose el oro en Londres y todo fue perdonado.

En el expediente de Nikola, sin embargo, este episodio apenas es una manchita negra al lado de un inmenso pozo de mierda.

El suceso más grave de la carrera de Karabatic ocurrió unos meses antes de los Juegos Olímpicos. Nikola, su hermano Luka y los también internacionales Samuel Honrubia y Mladen Bojinović, todos jugadores del Montpellier AHB, se quedaron en el banquillo en un partido frente al Cesson Rennes Métropole HB. El Montpellier ya había ganado la liga y prefirió reservar a sus mejores jugadores; el Rennes, en cambio, se jugaba el descenso.

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El equipo de la capital del Languedoc terminó doblando la rodilla frente a los bretones, que se impusieron por 31-28 aprovechando las numerosas bajas de su rival. En un principio no parece que la cosa tuviese más importancia… si no fuera porque el resultado podría haber sido manipulado.

Liderados por Nikola y Luka, Honrubia y Bojinović apostaron una cantidad estimada alrededor de los 90.000 euros a que el Rennes ganaba el partido a la media parte. Así fue: cuando el árbitro pitó, los bretones iban por delante en el marcador por 15 goles a 12. Los jugadores ganaron un total superior a los 250.000 euros, que pretendían dedicar a un viaje conjunto a Ibiza. Lo más incomprensible de todo es la declaración de los jugadores: según Luka Karabatic, la apuesta se habría hecho sin que Honrubia y Bojinović lo supieran.

La afición del Montpellier se mostró indignada con Karabatic y muchos patrocinadores rompieron su relación con él. La Justicia francesa, sin embargo, no pareció tan dura con la estrella gala.

El primer interrogatorio con Karabatic y compañía se llevó a cabo solo cuando se hubo disputado la final olímpica de Londres'12; las primeras sanciones no llegaron hasta 2013, y algunas incluso fueron retiradas. Mientras tanto, Karabatic firmó por el FC Barcelona, donde completó varias temporadas estelares —especialmente la última, la 2014-15, con siete títulos de siete posibles.

Nikola Karabatic jugó varias temporadas sensacionales en el FC Barcelona… cuando debía haber estado preocupado por las consecuencias penales de sus actos. Imagen vía Scanpix Denmark, Reuters.

El proceso judicial, sin embargo, aún estaba pendiente. Karabatic fue interrogado (después de los JJOO, por supuesto) y admitió que había tenido que ver con las apuestas, pero que su lesión era auténtica y que el partido no había sido manipulado.

Las penas que prevé la ley francesa para los casos de corrupción y fraude en el deporte van de los tres a cinco años de prisión y pueden incluir multas hasta los 75.000 euros.El juicio se celebró a principios de julio y terminó con los siguientes castigos: Nikola debía pagar 10.000 euros; Luka, 15.000; Bojinović tenía que desembolsar 30.000 euros. Las sanciones quedaban lejísimos de lo estándar en estos casos. El mensaje era clarísimo: Karabatic había dado ocho títulos internacionales a Francia y eso pesaba mucho más que un pequeño escándalo de manipulación de partidos.

Pocos días después de la sentencia, Karabatic confirmó su traspaso del FC Barcelona al Paris Saint-Germain. En el equipo de la capital francesa se reencontró con su hermano Luka, con Bojinović y con Honrubia: el 'gang' de las apuestas al completo. Curiosamente, el entrenador del PSG es nada menos que una leyenda germano-croata del balonmano, Zvonimir 'Noka' Serdarušić, conocido por ser uno de los mejores técnicos del círculo profesional… y también por la acusación de haber sobornado reiteradamente a varios árbitros que pesa sobre él.

El Montpellier exigió daños y prejuicios a los hermanos Karabatic por valor de 1,2 millones de euros. Pero no os preocupéis, lo más probable es que ni Nikola ni Luka tengan que pagar nada: hay indicios de que los adinerados propietarios qataríes del PSG estarían dispuestos a sufragar los gastos, evitar el mal trago a sus jugadores… y asegurarse así de que sigan jugando para ellos.

Nikola Karabatic, pues, seguirá deleitando a Europa y al mundo con su balonmano… y si la caga de nuevo, que nadie tema: sus protectores ya se encargarán de que no le pase nada grave.