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VICE World News

El Presidente turco Tayyip Erdogan pierde la mayoría absoluta en unas elecciones históricas

Los planes del presidente Erdogan para el cambio constitucional podrían fracasar después de perder la mayoría absoluta frente al avance de la izquierda kurda en las elecciones del domingo.
Photo par John Beck / VICE News

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha perdido su mayoría parlamentaria en unas elecciones generales que también han presenciado cómo el Partido Democrático de los Pueblos, de orientación pro-kurda, ha conquistado sus primeros escaños.

El presidente Recep Tayyip Erdogan aspiraba a que el AKP consiguiera los votos suficientes como para cambiar la constitución y convertirla en un sistema presidencial. Para ello debería de transferir los poderes ejecutivos a su esfera de poder, después de haber dominado la política turca durante más de una década y tres mandatos consecutivos como primer ministro.

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Pero con el escrutinio cerrado, todo apunta a que el plan de Erdogan será bloqueado por el HDP, que ha rebasado el umbral del 10 por ciento de los votos que se exige para entrar en el Parlamento.

Demirtas y el co-líder de HDP, Figen Yuksedag, hablan con simpatizantes después de que el partido conquistara sus primeros asientos parlamentarios. (Foto de John Beck).

La agencia estatal Anadolu ha publicado los resultados preliminares. Con el 100 por cien de los votos escrutados, el AKP obtendría 255 asientos en el parlamento, una cifra que está lejos de los 276 necesarios para formar un gobierno en solitario. Y que queda aún más lejos de la mayoría absoluta (330 asientos de los 550 del parlamento) necesaria para cambiar la Constitución.

Lo más probable es que el AKP tenga que buscar una coalición no deseada, ya sea con una de las otras dos grandes formaciones del país, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el Parido del Movimiento Nacionalista (MHP). Es el mayo desafío para el partido que lleva instalado 13 años en el poder.

La carrera ha sido acérrima y tensa. El viernes, durante un mitin de HDP en Diyarbakir, al sur del país, estallaron sendos artefactos explosivos. El balance: 4 muertos y 200 heridos.

Después de que los resultados se divulgaran, los entusiasmados partidarios del HDP tomaron las calles de todo el país.

Partidarios del HDP celebran la victoria en la sede del partido, en Estambul. (Imagen por John Beck)

En el AKP estaban convencidos de que obtendrían un porcentaje de votos mucho mayor que sus rivales y muchos de sus seguidores insistían en que Erdogan sigue siendo el mejor candidato para gobernar Turquía. "Es lo que necesitamos ahora… Necesitamos a un líder fuerte", declaró a VICE News Firat, un comerciante de 30 años del barrio de Tophane. "Este gobierno lleva 12 años en el poder y ha presenciado el exitoso desarrollo económico" dijo en alusión al reciente crecimiento económico del país.

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Sin embargo, durante los últimos años Erdogan ha continuado estrechando el control sobre la policía, el sistema judicial, y los medios de comunicación. Los periodistas han sido perseguidos por haber hecho una cobertura crítica de su campaña; e, incluso, por haberle insultado desde las redes sociales. Los detractores de Erdogan creen que si sigue en el poder podría abundar en la instalación de medidas autoritarias.

Huseyin, de 45 años, y simpatizante del HDP, proclamó que esperaba que el partido pro- kurdo rebasara el umbral de votos necesario y bloqueara los planes de Erdogan. "No sería bueno para el país [que Erdogan triunfase]. Quiere volver al imperio otomano", relató a VICE News a la salida de un colegio electoral en Okmeydani, Estambul. "La desaparición de la democracia. Eso es lo que quiere el presidente".

Gulseren, de 62 años que venía de votar al CHP, estuvo de acuerdo. En declaraciones a VICE News señaló que detener los planes del presidente era "muy importante para nuestro futuro y para el futuro de nuestros hijos".

Simpatizantes del HDP celebran la victoria en Estambul. (Imagen por John Beck).

Para poder rebasar el crítico umbral del 10 por ciento, HDP necesitaba captar a votantes de otros partidos. Y quienes tenían más números eran los socialdemócratas del MHP. El responsable del partido en el distrito de Beyogolu, Murat Dogan, señaló a VICE News que le deseaba lo mejor al AKP en las urnas y añadió que no le importaba que el HDP cruzara o no el umbral necesario.

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Los kurdos han sido perseguidos y discriminados en Turquía desde hace mucho tiempo, y algunos en el CHP siguen sospechando de ellos. Yasin, de 22 años, pensaba que el CHP era el "partido terrorista. Así lo sugerían los presuntos vínculos con el Partido de los trabajadores Kurdos (PKK), que fue proscrito después de librar una batalla de 30 años contra el gobierno turco. "No quiero que nos hagan ningún favor" aseguró a VICE News. "No confío en ellos".

'Creemos que el lugar de la gente joven está en la política: tal es la esperanza'.

Sin embargo, otros sí han cambiado de bando. En un colegio electoral de Okmeydani, Sisan Georgu de 58 años dijo que esperaba que las elecciones ayudaran a Turquía a emprender la transición "de la oscuridad a la luz". En su opinión, el co-líder del HDP Selahattin Demirtas, un tipo jovial si se le compara con Erdogan, es el hombre para llevar a cabo esa misión. "Creemos que el lugar de la gente joven está en la política: tal es la esperanza", señaló.

Su hijo de 23 años, Mehmet, añadió que él sabía de muchos que habían pasado de votar al CHP a hacerlo por el HDP, especialmente la gente de su edad. "Todo el mundo cree que él [Demirtas] es sincero, aunque no nos gusten los kurdos", dijo. Otros aseguraron que habían convencido a sus padres para apoyar al HDP.

Demirtas compareció ante la prensa y sus simpatizantes después de que fuese confirmada su inminente presencia parlamentaria. El líder, en un tono triunfal, dijo que el resultado era una votación en contra de las ambiciones presidenciales de Erdogan. "El sol de HDP es suficiente, no necesitamos la bombilla", dijo en alusión al logo de AKP. Demirtas dedicó su victoria a todos los sectores oprimidos de Turquía y aseguró a todos aquellos seguidores que habían cambiado de partido para votarles, que no se arrepentirían.

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Erdogan, a quien como jefe de estado se le supone imparcialidad, no dejó de hacer campaña a favor del AKP. Kemal Kirisci, director del Centro por el proyecto turco en Estados Unidos y Europa, vinculado a la institución Brookings, una organización sin ánimo de lucro, declaró que el comportamiento de Erdogan era "básicamente una flagrante violación de la Constitución".

Demirtas señaló el domingo, después de acudir a las urnas, que la carrera electoral no había sido "ni justa ni igual para todos", una opinión que fue repetida por el líder del CHP, Kemal Kilicdaroglu.

La historia electoral de Turquía ha sido ha sido ampliamente contemplada como legítima, sin embargo durante las votaciones del año pasado hubo muchas denuncias de irregularidades y de fraude electoral. La Junta Electoral Suprema (YSK), que supervisa las elecciones en el país tan solo ordenó dos repeticiones, pese a que hubo más de 1.400 denuncias de irregularidades, en su mayoría promovidas por los partidos de la oposición, según cuenta la ONG Bipartisan Policy Center. Durante estas elecciones la YSK también ha rechazado las quejas presentadas por la oposición según las que Erdogan estaría apoyando abiertamente al AKP.

Como consecuencia de ello, la confianza en el sistema electoral ha decaído. El 43 por ciento de los votantes piensan que las elecciones del domingo no habrán sido justas. Así se deduce de un estudio presentado por los profesores Ali Carkoglu y S. Erdem Aytac, de la universidad de Koc. Como respuesta, los voluntarios se han apresurado a unirse a una sociedad civil destinada a controlar a grupos, tales como Oy ve Otesi (Votar y más allá), que desplegó a un equipo de más de 60.000 voluntarios en las elecciones de ayer. Las redes sociales estuvieron infestadas de denuncias de irregularidades a lo largo de todo el día.

Ali Deniz Esen, de 20 años, estudiante de ciencias políticas que estuvo de observador en un colegio electoral de Besiktas, aseguró que, dada la dimensión potencial de los resultados, había muchas preocupaciones sobre una mala praxis electoral. "Se trata de unas elecciones muy delicadas, así que nos preocupa el fraude", dijo a VICE News.

Serap, de 41 años, declaró a VICE News, que ella estaba convencida de que todos los partidos intentarían defraudar al sistema. "No creo en la precisión de los resultados" dijo. "Creo que las votaciones del año pasado fueron sospechosas y que las de este es muy posible que también lo sean. El que sea más habilidoso haciéndolo será el ganador".

Sigue a John Beck en Twitter: @JM_Beck