Foto di David Ryder/Reuters
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"El estereotipo de que las minorías tienen una mayor inclinación a ser adictas a las drogas o a desviar [su medicación] está enraizada en la memoria reciente de dos devastadoras epidemias de drogas — la heroína en los 70 y el crack y la cocaína en los 80, que afectó de forma desproporcionada a las minorías con rentas bajas", afirma Kolodny.'Ha golpeado a todas las clases socioeconómicas blancas'.
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Aunque Quinones señala que la proliferación de los llamados "pill mills" — operaciones donde doctores sin escrúpulos sancionan prescripciones para opioides — ha sido un factor de contribución en la expansión de la adicción. También sugiere que la "affluenza" — un término utilizado para describir el malestar entre individuos pudientes — ha llevado a muchos blancos a abusar de las pastillas y a probar la heroína."Hay un montón de casos en los que un doctor sin escrúpulos ni ética no entra del todo en la ecuación", opina. "Es un montón de dinero el que debe pagar la gente por una visita al doctor. No importa de que raza sean".Hay otra explicación posible: la epidemia de drogas que devastó a las minorías en los 70, 80 y 90 creó una aversión compartida a las drogas duras como la heroína y el crack. Marcus Anthony Hunter, un profesor asociado de sociología y estudios afroamericanos en la Universidad de California, sostiene que las minorías siguen sufriendo los efectos de la política de tolerancia cero de las fuerzas de orden en relación a estas epidemias.'Es un montón de dinero el que debe pagar la gente por una visita al doctor. No importa de que raza sean'.
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