Seis sitios para rematarla con toda después de Rock al Parque

Vea aquí todo nuestro cubrimiento de Rock al Parque 2017.

Después de los toques y el ruido de la edición de este año de Rock al Parque, lo más seguro es que usted quede en un estado de euforia del que no quiera bajarse y que probablemente busque dónde rematar. Por eso desde NOISEY hicimos la tarea de antemano para que no se mate la cabeza. Estos son los sitios de siempre: los que sirven para hacer la maña y seguirla.

Cada año, el remateadero favorito es la cuadra de los bares de las Américas, frente al centro comercial Plaza de las Américas por la calle 8 sur, un larguero de metederos de todos los pelambres. No queda muy lejos del Simón Bolívar: tome la calle 68, ahí varias rutas de SITP lo acercan.

Pero ojo: los buses azules, fijo, irán tetiados.

Por ser una cuadra de bares encontrará música de todo tipo, así como sitios para comer. Los bares de rock, por su parte, son bien diversos: hay unos especializados en glam y hard rock, como el London; hay otros más pesados, más trash, death, incluso black, como el Perseo, así como también hay otros donde hay rock en español: estos son Stones o Rocker.

Tiene de dónde escoger.

Todo un clásico. Paredes, sillas y techo en madera. Es un sauna, pero un hueco ameno donde puede escucharse lo tradicional del hard rock o del rocanrol: se trata de un lugar ideal para rematar.

No hay letrero, y no cobran cover. El precio del trago es moderado, y la estación de Trasmilenio de la 63 está ahí no más. ¿Ve la inocente casa amarilla? Lo más seguro es que, después de pasar por la puertica amarilla, entre las ferreterías, deba quedarse mientras abren de nuevo la estación.

Si quiere llevar a su parche hacia Chapinero, este es el lugar: pequeñito, pero con muy buen metal. Para los fumadores hay un espacio en el patio delantero del bar donde se puede escuchar la música sin apagar el cigarro. Si se rasca demasiado, ahí nomás tiene la carrera Séptima a tres pasos para que se vaya a la casa. Le van a poner Lamb of God, no lo dude.

Sí o sí, con o sin Rock al Parque, muchos hemos rematado en La Meca del Centro: es un bebedero clásico (tiene el sello de "lugar turístico" que otorga la Alcaldía) y es la rocola bogotana por excelencia. En pleno corazón de la Candelaria pueden verse las hordas de mechudos, rastas o punkeros (y ejecutivos y gomelos) reuniéndose alrededor de la mítica vecina que alguna vez incluso nos dejó jugar tejo en la tienda. Los shots de tequila de 2.500 pesos y la rockola de a 200 pesos le ha salvado a más de uno la amanecida después de Rockal. Su cercanía a la estación de Transmilenio de Las Aguas también juega a su favor.

Lo primero es que este chuzo no se llama así. En realidad, el tríangulo es la forma del parque que queda a un costado del Jardín Botánico, a la altura de la calle 63 con la Avenida Rojas. Rodeado por una par de cigarrerías, este rincón es el más cercano al parque y solo está a un puente (el de la 68) de distancia del festival. También ha sido un lugar de encuentro pre y post-Rockal. Es un parque común y corriente, pero tiene la ventaja de no estar rodeado de una gran zona residencial. Entonces: no joden, lo cual es una buena noticia para quienes llevan su propio trago o su propio humo.

Bueno, si no quiere aguantar el turno de la rocola donde Doña Ceci, a la vuelta está The Doors. Al igual que Púrpura, este es otro lugar para escuchar los clásicos del rocanrol. El espacio no tiene tanta apariencia de tugurio como Púrpura. Hay cócteles y la cerveza está a buen precio. Tiene dos pisos de lado y lado y hasta puede encontrar lugares para comer. Está a menos de una cuadra de la estación de Las Aguas y a tres de la estación de Museo del Oro. Entonces, ya sabe dónde puede poner fecha y hora para rematar en cierre de festival con toda.

Para que no se quede con las ganas de seguirla y para que complete el plan festivalero le recomendamos estos lugares.

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