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Cultură

Cómo es salir con alguien que bebe demasiado cuando tú no bebes nada

¿Es posible la convivencia entre una persona que se pasa el día borracha y otra que casi no prueba el alcohol? En caso afirmativo, ¿cuáles son los obstáculos más duros a los que se enfrentan quienes están sobrios?

Ilustraciones por Alex Jenkins

Toda relación exige una serie de compromisos y sacrificios. Tú puedes ser una maniática de la limpieza y tu pareja, un desastre andante; quizá a ella le encantan las pelis de terror y tú eres más de comedias. Pero a veces las diferencias son tan notorias como que tu pareja siempre esté bebida y tú no que pueden suponer una amenaza para la relación.

Un estudio realizado por el Instituto Noruego de Salud Pública, en el que participaron casi 20.000 ciudadanos y ciudadanas noruegos casados, reveló que la tasa más alta de divorcios el 26,8 por ciento ocurría en parejas en las que el hombre bebía alcohol ocasionalmente y la mujer lo hacía con demasiada frecuencia. Los cónyuges que consumían cantidades moderadas de alcohol juntos eran mucho menos proclives a divorciarse que aquellas parejas en las que solo uno de los miembros era un bebedor empedernido.

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Joder, ¿no te das cuenta de que eres alcohólica? Tienes que dejar de beber, porque no pienso aguantar esta mierda

¿Es posible la convivencia entre una persona que se pasa el día borracha y otra que casi no prueba el alcohol? En caso afirmativo, ¿cuáles son los obstáculos más duros a los que se enfrentan quienes están sobrios? Hablamos con dos parejas que se vieron en esta situación. No estaban casados, pero llevaban mucho tiempo en una relación estable. Les hemos cambiado el nombre a los protagonistas para proteger su intimidad.

Chris y Anne

Chris: Empezamos a salir hace un año, cuando yo ya no bebía. En julio hará cuatro años que dejé el alcohol. Cuando nos conocimos, ella todavía estaba en su momento de salir de fiesta y bebía mucho. Me imaginé que sería algo puntual. "Bueno, está buena y medio loca. Mola", pensé. Después de un par de meses, más o menos, empecé a desarrollar más sentimientos por ella y su adicción al alcohol se me hacía más difícil.

Una noche, estábamos en un bar y ella perdió el control. Cuando llegamos a su casa, salió corriendo a la calle, cogió un palo enorme y empezó a gritarme, acusándome de querer controlarla porque le había dicho que tenía un problema con la bebida. Se cayó, se hizo daño en la rodilla, tiró los cubos de basura que se encontró a su paso y luego se encerró en su habitación. Tiré la puerta abajo, agarré con fuerza a mi novia y le dije, "Joder, ¿no te das cuenta de que eres alcohólica? Tienes que dejar de beber, porque no pienso aguantar esta mierda".

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Ella insistió: "No tengo ningún problema con la bebida. Lo que pasa es que tú estás como una puta cabra. Intentas controlarme cuando lo único que quiero es pasarlo bien". Durante el siguiente mes siguió emborrachándose de la misma forma. Un día vino a mi casa tan ciega que se metió en el armario y estuvo a punto de mearse ahí. La saqué del armario y le pregunté qué coño estaba haciendo. Como respuesta, se metió en el baño y se limpió con la toalla de mi compañero de piso. Cuando se despertó, al día siguiente, dijo: "Pues a lo mejor sí que tengo un problema".

Me costó un tiempo acostumbrarme a que Alex no bebiera, porque todos los chicos con los que había estado bebían mucho

Anne: Esa fue la última vez que probé el alcohol.

Chris: Por aquel entonces estábamos enamorados. La situación era delicada porque yo llevaba tiempo sin probar el alcohol y estar con ella era tener la tentación llamando constantemente a tu puerta.

Anne: Recientemente hice un comentario sobre mi vida sexual, y es que siempre que me acostaba con alguien por primera vez, estaba borracha. Chris ha sido el único con quien no ha sido así. Tonteábamos cuando yo estaba fatal, pero era él mismo el que decía que no se encontraba cómodo.

Chris: Por eso me daba tanta vergüenza. Era mucho más fácil ligar y acostarme con chicas cuando bebía. Estando sobrio sobrio, te vuelves más retraído y la situación es muy violenta. Anne era muy agresiva. Me agarraba a lo bruto y ¡venga!".

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Anne: La bebida era la vía fácil para acostarme con los tíos, pero no me di cuenta hasta que la dejé. Ahora que practico el sexo estando sobria, entiendo que lo que hacía antes era debido a que me sentía acomplejada de mi cuerpo y lo solucionaba bebiendo.

Chris: También había problemas cuando estábamos en público. Me sentía avergonzado de su comportamiento y ella no se daba cuenta. Solo le preocupaba pasárselo bien y el resto se la traía al pairo. Llegó un punto en que estaba convencido de que la gente me juzgaba por estar con una alcohólica. Cuando los dos nos íbamos de bares y me besaba, notaba el olor a alcohol en su aliento, lo cual me estresaba mucho debido a mi pasado alcohólico.

Aquel día iba hasta el culo de cocaína y Xanax. Estaba fatal

Anne: Recuerdo que en nuestra primera cita le pregunté si quería que estuviera sobria cuando estábamos juntos y me dijo que no. Y cuando iba a un bar, Chris me decía que me quería acompañar.

Chris: ¡Porque quería pasar tiempo con ella! Además, al principio sentía una atracción extraña por su forma de beber. Al ser tan tímido, si al menos ella estaba bebida, me daba la sensación de que no me juzgaría tanto.

Anne: Dejé la bebida unos cuatro o cinco meses después de estar saliendo con Chris.

Chris: Fue cuando me di cuenta de que quería que lo nuestro fuera exclusivo. Le dije que quería estar con ella y que tenía que dejar la bebida. No soportaba la idea de que se viera con otros. Una vez estábamos en un bar y empezó a enrollarse con un tío delante de mis narices y de repente me dice que me quiere. Era la primera vez que me lo decía y me cabreó muchísimo. "Menuda zorra", pensé.

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Anne: Aquel día iba hasta el culo de cocaína y Xanax. Estaba fatal.

Chris: Yo me estaba enamorando de ti, por eso me molestó tanto, porque pensaba, "pero ¿qué estoy haciendo?"

Anne: Ahora llevo nueve meses sin probar el alcohol ni prácticamente ninguna otra cosa.

Chris: Pero bueno, sigue siendo bastante "salvaje". De vez en cuando tenemos nuestras luchas de poder, aunque le dan vidilla a la relación.

Melissa y Alex

Melissa: Con las otras parejas que he tenido, lo normal era practicar sexo ebria. Salía, bebía, me emborrachaba y lo hacíamos. Está bien si los dos estáis bebidos.

Cuando empecé a hacer lo mismo con mi actual novio que no bebe absolutamente nada de alcohol era todo muy raro. Yo estaba muy desinhibida y él totalmente sobrio. Lo preocupante era que la mitad de las veces no recordaba lo que había pasado a la mañana siguiente. Recordaba el momento de meternos en la cama, pero nada más.

Alex: Al día siguiente me preguntaba por qué lo habíamos hecho y yo me sentía fatal. No me gusta hacerlo así. Al principio de la relación no me importaba, pero ya ha pasado un año y medio. Cada vez que me lo pide le digo que no porque sé que al día siguiente se enfada si lo hacemos. Eso me genera una tensión muy desagradable. Parece como si me estuviera aprovechando de ella y no quiero sentir eso.

Melissa: Me costó un tiempo acostumbrarme a que Alex no bebiera, porque todos los chicos con los que había estado bebían mucho. Creo que esto ha afectado a nuestra relación. Al principio salíamos mucho juntos y él era quien nos llevaba en coche a mí y a mis amigos. Cuando llevábamos un tiempo saliendo y teníamos más confianza uno en otro, me confesó que no le gustaba salir con nosotros cuando bebíamos. Llegaba un punto de la noche en que íbamos tan mal que empezábamos a ponernos pesados, y todo el que haya hecho alguna vez de conductor de un grupo de gente borracha sabe que es una putada. Alex ya no sale tanto conmigo, y no lo culpo en absoluto.

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Alex: Me da la sensación de que todo el mundo me quiere solo para que lleve el coche, pero a mí también me gusta pasármelo bien. Lo malo es que cuando a la gente empieza a írsele la olla con la bebida y luego tengo que cuidar de todo el mundo es un poco peñazo. Tengo una vida muy ajetreada, y en mi tiempo libre me gusta pasármelo bien y no tener que estar preocupándome de mis amigos.

Si decido quedarme en casa cuando ella sale, voy a buscarla luego. Mientras que no se enfade porque quiera quedarme en casa a hacer lo que me gusta de verdad jugar a la consola, leer y relajarme después del trabajo, porque trabajo todos los días de la semana, lo llevamos bastante bien.

Ahora, Melissa solo bebe una o dos veces por semana, lo cual me parece razonable. Yo no bebo por una cuestión personal. Quien quiera beber es libre de hacerlo. Yo prefiero no hacerlo. Lo nuestro funciona porque ella tampoco es que esté obsesionada con la bebida. Nos gusta hacer otras cosas juntos.

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Traducción por Mario Abad.