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Los veganos se están marcando como si fueran animales en Leeds

Es una versión realmente jodida e infectada del tatuaje, pero obviamente implica una mayor devoción a la causa.

El vídeo anterior muestra a unos activistas veganos en Israel tatuándose el número "269" para crear conciencia sobre la situación de los animales que son sacrificados brutalmente en los mataderos para que tú, cerdo malnacido, puedas disfrutar de tu carne.

El "269" hace referencia al número de un ternero específico en una granja en Israel; un ternero que se ha convertido en una especie de Rosa Parks para los veganos. Tras las protestas del 2 de octubre de 2012 en Tel Aviv, muchos veganos se han tatuado ese número. La semana pasada, en ciudades de todo el mundo, otros veganos decidieron seguir sus pasos, pero esta vez no se tatuaron el número, sino que se lo marcaron con un hierro ardiendo. Es una versión realmente jodida e infectada del tatuaje, pero obviamente implica una mayor devoción a la causa.

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Y así fue como terminé en el centro de la ciudad de Leeds, esperando la llegada de los activistas antes mencionados, preguntándome a qué olería la carne humana quemada. No sé si se entiende en la foto anterior, pero su llegada fue mucho menos dramática de lo que esperaba. Nada de jaulas, ni sopletes.

Al parecer, debido a varias amenazas de arresto y una serie de cartas enviadas a los cabecillas del grupo, nadie se marcaría el número ese día. Decir que me sentía decepcionado no abarca la magnitud del momento. Mi tarde de sádica alegría viendo como humanos gritaban en agonía mientras los marcaban como ganado había sido completamente arruinada. Me tendría que conformar con escuchar a este tío decir: “¡La carne es asesinato, que le den por culo al matadero!” y más cosas de este tipo. Fue bastante aburrido.

En la foto no se ve muy bien, pero la camiseta del chico decía “SÉ BUENO CON LOS ANIMALES O TE VOY A $&%· MATAR”. No sé por qué la persona que hizo las camisetas decidió censurar el insulto pero sí dejar la amenaza de muerte.

Una inspección más detallada reveló que varios de los protestestantes tenían el “269” en sus extremidades; y la marca era reciente. Resulta que después de que la policía anunciara que arrestaría a cualquier persona con un soplete, los veganos organizaron una reunión secreta frente a un KFC el día anterior para "tatuarse". Incluso con el elemento sorpresa, uno de los manifestantes terminó en la cárcel. Se confiscaron cámaras y tarjetas de memoria. Según la policía, estos actos cuentan como daño corporal grave, aunque le pidas a tu amigo que lo haga.

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Cuando estuve completamente seguro de que no vería la acción que esperaba, decidí hablar con el tío que parecía ser el portavoz del grupo, aunque no quiso dar su nombre.

VICE: ¿Por qué el movimiento 269 siente la necesidad de hacer cosas tan extremas?

Activista vegano anónimo: Creo que el hecho de que sea extremo es una reacción al hecho de que lo que está pasando sea tan extremo, ya sean 100.000 terneros que mueren al nacer porque son machos, o el mismo número que debe recorrer grandes distancias para ser utilizados en la industria lechera. Lo que pasa con los animales es extremo, y la reacción tiene que ser igualmente extrema para poder transmitir nuestro mensaje.

¿Por qué decidisteis marcaros la piel?

Nos marcamos para llamar la atención. Los medios lo ven como un acto muy extremo, pero no se compara de ninguna manera con la crueldad que sufren los animales todos los días en estos lugares. El hecho de que estemos dispuestos a marcarnos de forma permanente ha llamado la atención de los medios a nuestra causa.

Supongo que está funcionando. Antes has dicho que un miembro del grupo fue arrestado. Supuestamente alguien tenía el palo de hierro para marcar en la mano. Al parecer, está clasificado como un arma ofensiva. Como se subió el material a internet, la policía salió a buscarlo y lo encontraron. Lo arrestaron por posesión de un arma ofensiva. Antes de eso, la policía fue a las casas de muchos activistas; yo he recibido dos visitas. Entregaron una carta en la que nos informaban que lo que hacíamos era ilegal y no sería permitido. En la segunda ocasión, dijeron que si alguien moría en el proceso, sería considerado homicidio, lo que me pareció un chiste. ¡Nadie va a morir!

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No me malinterpretéis, estoy completamente a favor de los derechos de los animales, así como de la libertad de expresión y manifestación, pero por desgracia, esto fue realmente anticlímax. Supongo que tendré que esperar para descubrir a qué huele la carne de humano quemada.