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Daniel era mucho más agradable en la vida real y, a pesar de que no teníamos mucho en común, nos llevamos muy bien. Volvimos a salir esa semana y fue ahí donde sucumbí a la tentación de tener sexo con él. Al día siguiente, cruda (¿o quizá todavía peda?), camino al 7-Eleven, me llegó un mensaje de Daniel en donde me explicaba que estaba planeando irse a estudiar a otro estado y no era buena idea tener una relación seria. Ya sabes, en caso de que entre a la escuela en un año.
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¿Entonces por qué me costaba tanto trabajo pedir lo que quería? Fuera del sexo, soy una mujer franca. Siempre expreso mi punto de vista. No me molesta que me tachen de "perra" con tal de obtener lo que quiero y nunca me ha importado lo que la gente piensa de mí. ¿Por qué no puedo ser así en el sexo?Tal vez es porque el estándar heterosexual del sexo garantiza la satisfacción de los hombres y las mujeres se encargan de esa satisfacción. Nada mejor para ejemplificar esto que el sexo casual: si un hombre hace todo lo posible para hacer que su pareja se venga, se le considera un amante excepcional. En cambio, si una mujer hace todo lo posible para hacer que su pareja se venga, es algo normal. Y recibí amenazas de muerte (¡Neta!) por admitir públicamente que el placer de los hombres ya no es mi prioridad. Ahora ya no me molesta romper la fantasía y eso, para muchos hombres, es aterrador.También estoy segura de que hay muchos hombres que jamás actuarían de esa forma. He estado con algunos de estos hombres. Sin embargo, solo me puedo basar en mi experiencia y lo que me dicen mis años de experiencia es que la cultura del sexo casual necesita un cambio. Estoy harta de tener sexo con hombres que no están abiertos a la idea del compromiso pero aun así duermen conmigo a pesar de que creen que me muero por ser su novia después de una noche de sexo. No me quiero casar, ¡solo quiero salir otra vez!Tal vez ese es mi problema con el sexo casual. Para estos hombres, el sexo casual era cosa de una noche y eso no es lo que yo quiero. Tenía sexo con hombres que, según yo, querían algo más que una noche conmigo pero casi siempre quedaba decepcionada. En lo personal, nunca tendría sexo con alguien que no me atrae pero, por lo visto, muchos hombres sí. Por eso no pienso tener sexo con penetración hasta que encuentre a una persona que me haga sentir cómoda. Hasta entonces, solo voy a tener encuentros sexuales donde mi experiencia sea la prioridad.Es ahí donde entra mi acuerdo unilateral. Si solo hay sexo oral, entonces la balanza se equilibra: yo me vengo y, aunque no chupo pitos, hago otras cosas para asegurarme de que mi pareja se venga. Al negar la penetración, me siento más cómoda. Así no empiezo a tener sentimientos por esa otra persona y no me siento tan mal cuando me llega el tan temido mensaje de: "Eres chida pero…"En conclusión, por fin alcé la voz. Por fin sé qué es lo que quiero del sexo y, si voy a tener sexo casual, va a ser bajo mis propios términos.Sigue a Alison Stevenson en Twitter.