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Cultură

Es hora de comer pez venenoso

El pez león amenaza al ecosistema coralino de las Bahamas, pero es de las mejores carnes para deleitar el paladar.

Queridos todos los que estén de luna de miel en las Bahamas,

La próxima vez que estén en una expedición de buceo, cuiden sus espaldas. Si ven uno de esos hermosos peces león (también conocido como Pterois) y se afanan por enfocar su cámara acuática, ni se molesten.

Sí, se ve lindo, como una versión acuática de esas bestias peludas en un show de Siegfried y Roy, pero el pez león tiene un piquete doloroso dadas sus espinas venenosas. Solo se necesita un chuzón para generar varios días de dolor e incluso parálisis. Suena del carajo. Es un pez nativo de aguas tropicales del Pacífico sur y del Índico, y se ha vuelto un problema en el Atlántico, donde ha estado invadiendo desde 1985, y se ha vuelto una amenaza para el ecosistema general. Pero el pez— a quien no se le conoce ningún depredador —puede que haya encontrado uno: los menús de los restaurantes. Los peces león han estado apareciendo en las cocinas de los restaurantes alrededor de Estados Unidos y el Caribe. Pero el concepto de comerse un pez venenoso suena tan bueno como dormir con una serpiente Cuatro Narices.

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“En el 2004, lo visible en los arrecifes de coral de las Bahamas fue lo que nos hizo darnos cuenta por primera vez de que esto podría ser más que un caso único”, dijo Lad Akins del Reef Environmental Education Foundation (REEF).  “Se ha vuelto exponencialmente peor, y no hemos visto lo peor aún.”

Sí, admito que son un pez de aspecto extraño que no es nativo del Océano Atlántico, pero no entendía qué era lo que tenían de malo, entonces empecé a investigar un poco.

El pez león es el Hellraiser del fondo del mar gracias a su apetito carnívoro, por alcanzar más de 30 centímetros de largo y consumir 70 especies de peces y algunas especies de invertebrados. Son capaces de comer presas que tengan el doble de su largo corporal. Absolutamente glotones, se ha visto que la población de peces se ha reducido en más de un 90% en las áreas donde han invadido.

“Se comen una gran variedad de peces”, dijo Atkins. “Prácticamente cualquier cosa que se mueva y se puedan meter a la boca”, agregó.

Además los peces león viven por décadas. Nadie más se los está comiendo. Una sola hembra puede producir más de dos millones de huevos al año. Dios santísimo. Eso son un montón de peces carnívoros impactando la salud de los arrecifes… sin mencionar que se comen especies que a los humanos nos gusta comer.

Fueron el primer pez exótico que invadió los arrecifes de las Bahamas, y le han hecho daño al ecosistema de las coralinas al comerse, o dejando morir de hambre, a las especies nativas. Esta reducción ha afectado a las industrias comerciales de peces y a las economías locales que dependen de ellas. Sin mencionar la industria del turismo.

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Y la invasión está creciendo. Se ha detectado que el pez león vive a lo largo de la Costa Este de Estados Unidos desde Rhode Island, como el punto más norte, hasta Brownsville, Texas al nivel del Golfo de México.

Menos mal hay un detalle en su contra: son absolutamente deliciosos.

Pareciera que deberíamos cazarlos y matarlos a todos. Pero seguir con la venganza y preparar a estas bestias acuáticas no es tan fácil. Esas espinas son tan venenosas que muchísimos pescadores ni siquiera se les acercan.

“Muchos de los pescadores locales les tienen pánico”, dijo Houston Moncure, uno de los dueños de Blufields Bay Villas en Jamaica. “Los empezamos a ver y escuchamos que los huéspedes los empezaron a reportar cuando hacían snorkeling. Después llegó un voluntario del Cuerpo de Paz y nos dijo que había aprendido a quitarles las espinas y cocinarlos.”

La chef ejecutiva de Bluefields Bay Villas, Carmen Hibbart, aprendió a quitarle las espinas y a tratar el pez de manera segura. Asado, apanado, o preparado como pollo a la jamaiquina con salsa de coco, Hibbart dijo que los huéspedes se enloquecen por él.

“Lo piden todo el tiempo”, dijo Hibbart.

En Estados Unidos, los rodeos de peces león se han convertido en una forma popular de cazar este pez. El chef ejecutivo y copropietario del GW Fins Tenney Flynn aprendió por primera vez sobre el pez león cuando se le acercó una compañía de equipos de cocina de un restaurante en Indiana, que estaba organizando un rodeo de pez león en Del Rey.

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“Básicamente 100 buzos salieron y trajeron alrededor de 700-800 peces león, y yo ayudé a cocinarlos”, dijo Flynn.

Después de eso empezó a participar en más rodeos, pero como buzo.

“Siempre quise hacer buceo y esta era la razón para hacerlo”, dijo Flynn.

Fue en Florida que otro chef estadounidense encontró un suministro de pez león gracias a un pescador de langostas.

Ryan Chadwick es uno de los dueños de Norman’s Cay en Nueva York, pero había comido pez león por primera vez hacía 12 años en las Bahamas. Cuando empezó a desarrollar el menú para su restaurante caribeño, sabía que quería que hubiera pez león.

“Es delicioso”, dijo Chadwick sobre el pez, pero encontrar el suministro del pez era difícil y desarrolló su propia provisión.

“Volaba hasta allá abajo (a las Bahamas) para recoger un par, y volvía con ellos”, dijo Chadwick.

Eso no fue muy rentable en el momento que se abrió el restaurante, pero encontró que los pescadores de langostas en las Florida Keys los estaban atrapando. Entonces arregló para que se los enviaran frescos por FedEx durante la noche. Sin embargo, la temporada de langosta se acabó rápidamente y ahora Chadwick está intentando reunir a un equipo de buzos para que pesquen a los leones, fuera de temporada.

“Son la comida marina sostenible por excelencia”, dijo Moncure.

La carne es muy suave y mantequilluda, similar a la de cualquier pez blanco. “Es un pez ligero, dulce y denso que creo que a cualquiera le puede gustar y tiene muchas formas de preparase”, dijo Flynn.

Algunas de las formas como Chadwick prepara el pez en Norman’s Cay son asado o frito con tomatillo, arvejas, salsa, e hinojo y tambien como pez león crudo, con jalapeños, vinagreta, mango, cebolla roja picada y menta.

En vez de entrar en pánico por la invasión, todos deberían callarse y probarlo.