Resulta que el vino y la marihuana sí se llevan bien

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Resulta que el vino y la marihuana sí se llevan bien

El maridaje de vino y comida ha sido superado. Ahora el vino se marida con marihuana (al menos en las ciudades donde es legal el consumo de esta hierba)

Durante miles de años, los amantes del vino más adinerados del mundo se han reunido entre queso derretido y trufas raras para discutir los méritos relativos de varios jugos de uva fermentada. Discutiendo acerca de "las notas de sándalo" y los "toques de saúco" de un vino vintage con aire de pretensión insufrible, los que están en las altas esferas de poder e influencia quitan rutinariamente el corcho a botellas que cuestan más de lo que el resto de nosotros gastaría en la renta por un mes, o por un año.

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Mientras tanto, con unas pocas excepciones notables, los bendecidos de poseer los paladares más finos de marihuana en el mundo siguen siendo poco conocidos, excepto por los aficionados de la planta más dedicados. En gran parte relegados a fumar porros en un callejón, llenan los foros de internet con debates apasionados sobre el linaje y la procedencia de esas legendarias variedades de hierbas subterráneas como Sour Diesel y Cat Piss.

LEE: Cómo cocinar con marihuana.

Tendrás que decidir por ti mismo cuál te suena como el mejor escenario para involucrarte, pero de cualquier modo, ¡regocíjate! Porque el fin de semana pasado, los enófilos y cannáfilos se cruzaron en una nueva (y, sin duda, de beneficio mutuo) forma en Tannins and Terpenes, un evento inaugural en Portland, Oregon, que le prometía a los snobs de la marihuana y a los snobs del vino la oportunidad de "explorar el complejo mundo del maridaje del cannabis y el alcohol en un ambiente seguro, divertido y regulado que evoca el maridaje de los vinos tradicionales".

Tal maridaje del arbusto ardiente y el fruto de la vid para una experiencia con lo mejor de ambos mundos tiene perfecto sentido para Wes Abney, fundador y editor en jefe de Northwest Leaf, la publicación regional de cannabis responsable de Tannins and Terpenes.

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"Queremos empezar una conversación y abrir los ojos de la gente sobre el hecho de que la marihuana no es simplemente marihuana", le dice Abney al Marihuanóvoro (The Weed Eater), haciendo alarde de las miles de variedades y subtipos de cannabis distintos actualmente en circulación. "A los conocedores del vino y la cerveza artesanal les encantará absolutamente el mundo del cannabis artesanal, puesto que hay tanta variedad genética, y cada cepa tiene su propio olor, sabor y efecto psicoactivo. Además, la forma en la que cultivas una planta, el cuándo la cosechas, y el cómo curas el cogollo, logran crear diferentes sabores y aromas. Así que el potencial de nuevas experiencias es realmente interminable".

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Northwest Leaf comenzó a explorar las posibilidades del maridaje de vinos y marihuana en 2011, con una edición especial que se hizo tan popular que se convirtió en una tradición anual. Y ahora Abney espera que la primera degustación con boleto de su organización se convierta también en una tradición. Admite que muchos viticultores entusiastas privados siguen preocupados por respaldar públicamente la marihuana, incluso en un estado en el que está totalmente legalizada como en Oregon. Pero predice que dentro de unos pocos años –conforme la liberación del cannabis sigue propagándose y la marihuana continúa entrando en el mainstream– se darán cuenta de que los beneficios son, por mucho, mayores que el riesgo.

Mientras tanto, para cumplir con las regulaciones de marihuana y alcohol en el estado, se le exigió a los asistentes unirse a un club privado (con cuotas de membresía). A cambio, se ganaron una entrada al evento y cinco fichas canjeables en 12 estaciones diferentes de maridaje (suficiente para degustar el equivalente a dos vasos llenos de vino regional además de suficiente hierba de alta calidad para que los drogadictos experimentados se mantengan satisfechos sin riesgo de sobredosis).

"No estamos tratando de intoxicar a las personas, queremos educarlos", dice Abney. "Queremos que saboreen realmente la oportunidad de experimentar esto por primera vez".

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Foto de Daniel Berman|Estilismo de Malina López|Producida por Kori Marie|Publicada por Oregon Leaf.

Anteriormente, esta columna informó sobre el muestreo de tintura de vino de Melissa Etheridge con infusión de marihuana, que se crea al agregar cogollos de marihuana (que después se cuelan) directamente en el barril durante el proceso de fermentación. Dichos brebajes en los que el THC se une con el alcohol son en realidad una tradición underground de larga data entre los maravillosos enólogos del norte de California, pero más allá de los pequeños esfuerzos de Etheridge con su marihuana, siguen siendo casi exclusivamente de uso privado, no están disponibles con facilidad para el público.

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Cualquier persona con acceso a la marihuana y al vino puede intentar unirlos. El Marihuanóvoro albergó recientemente una versión de la extravaganja en una pequeña casa privada, con la ayuda de una maravillosa pareja: ella una sommelier certificada por la Court of Master Sommeliers, y él un agricultor de cannabis de primera y un consultor de la industria de la marihuana.

Puestos en contacto a través de un amigo común en el negocio de la marihuana, Kelly Jones, la experta en vino, y su novio agricultor de marihuana, Calisto Bertin, llegaron y ofrecieron su visión combinada de un maridaje, expertamente curado, de vino y marihuana.

Kelly y Calisto comenzaron a salir hace unos años, y "de inmediato comenzó un intercambio de pasiones". Calisto había disfrutado del vino muchas veces, pero nunca lo había experimentado totalmente. Kelly había disfrutado de un toke de vez en cuando, pero no tenía idea de que unas bocanadas de la cepa adecuada justo antes de acostarse podría curar su insomnio. Él le habló de Sour Diesel, el primer cogollo que pudo reconocer por el olor. Ella le contó cómo un fiel maridaje de carne y cabernet la ató al vino para siempre.

"Tengo la suerte de tener diferentes tipos de cannabis a mi disposición, así que los olí todos y pensé: ¿A qué me recuerdan?", respondió Kelly cuando se le preguntó por su método de unir el vintage con el varietal. "Por ejemplo, con el Obama Kush obtengo un fuerte aroma de pino y eso me hizo pensar en la Ritinitis de Gaia [una retsina de Grecia], un vino que en realidad está impregnado de resina de pino".

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Kelly también jugó con sabores contrastantes, como al unir un "picante"

Lemon Kush

con un "empalagoso"

Sequillo White Blend

2013 de Swartland, Sudáfrica. Después de liderar a un pequeño grupo de neófitos entusiastas por el ritual de observar las piernas del vino, inhalando su aroma, y acumulando aire en la copa, nos animó a probar el Lemon Kush y seguirlo inmediatamente con el vino, mientras nos esforzábamos por aprovechar en su totalidad la compleja interacción entre ambos.

"Lo primero que aprendes como sommelier es a probar", nos dijo Kelly, lo que recordó un reciente estudio científico que demostró que el cannabis no solo aumenta el apetito, sino que también hace que la comida huela y sepa mejor. Lo que en realidad es muy irónico, porque gran parte del conocimiento sobre el vino proviene del unir la botella adecuada con la comida correcta para mejorar el sabor de cada uno; sin embargo, el alcohol del vino tiende a opacar el sabor del cogollo.

¿Eso significa que pronto tendremos sommeliers de marihuana en los restaurantes de alta cocina (al menos en las ciudades donde es legal el consumo)? Calisto, por su parte, piensa que solo es cuestión de tiempo antes de que los conocedores del cannabis lleguen a la madurez. Dice que el verdadero conocimiento del cannabis se ha vuelto posible en las dos últimas décadas debido a la marihuana legal al por menor (médica y recreativa), el Internet, y las normas rápidamente cambiantes de la sociedad.

LEE: El movimiento 'from farm to table', pero con marihuana.

A Kelly y a Calisto les preocupa que el lado negativo de todo este progreso será que el cannabis entre en su "etapa jarra de Chianti", refiriéndose a la producción en masa del vino de California que comenzó a mediados de la década de 1970 y dio lugar a una gran cantidad de consolidación dolorosa entre los pequeños viticultores del estado. Es probable que esa historia se repita para los productores de otro intoxicante agrícola celebrado en el estado, conforme la industria de la marihuana se vuelve más estrechamente regulada, y cada vez más controlada por entidades cada vez más grandes.

Pero no solo le creas a estos expertos. Lee un poco sobre los puntos más finos del maridaje de estos dos embriagantes tan queridos. Si te encanta el vino, y te encanta la marihuana, no debería haber ningún problema al disfrutarlos juntos en cantidades apropiadas.