En Chile hacen cerveza con neblina

Fue hace sólo un mes que los periódicos y blogs se engancharon rápidamente con la noticia de que la Comisión de Calidad Ambiental de Oregón había aprobado una propuesta de un club de elaboración de cerveza casera local para convertir las aguas residuales recicladas en cerveza. Esta noticia dio pie a exclamaciones colectivas de disgusto y a un poco de intriga.

Suponemos que las personas que escriben esas publicaciones no han escuchado hablar del artista holandés que hace cerveza de papas, de agua del canal, y de la nieve. O la empresa española que usa agua de mar en su cerveza para prevenir la cruda. O de los experimentos de elaboración de Evil Twins de lanzar pizza congelada y dinero sucio a la mezcla. No es necesario mencionar que hay tantas maneras de elaborar cerveza como las hay para beberla. Esto se debe a que la cerveza, en su nivel más básico, se compone de sólo unos pocos ingredientes; el más importante entre ellos, sin duda, es el agua.

Así como ayuda a ilustrar esa camisa con la leyenda "beer in, beer out", encontrada en algunos bebedores de pocos escrúpulos, el ciclo del agua- a cerveza- a aguas residuales-a cerveza –a agua es simple. El cuerpo humano no es más que una parada para el agua inyectada de alcohol. Del mismo modo, el ciclo del agua del planeta es bastante simple: el agua en la superficie de la tierra se evapora, se condensa y cae de nuevo a la tierra en forma de lluvia. No obstante, como señala la BBC, un grupo de cerveceros ingeniosos en el desierto de Atacama, en Chile han encontrado una manera de interceptar el agua a mitad del ciclo, en forma de niebla, para convertirla en cerveza.

El desierto de Atacama resulta ser uno de los lugares más secos del planeta, con menos de 0.1016 milímetros de lluvia por año. La humedad que se produce se acumula en forma de niebla, conocida localmente como "camanchaca".

En la década de 1950, un científico desarrolló un sistema para capturar el agua de la niebla utilizando redes de tejido estrecho, que atrapa la humedad y la deposita en los canales que se encuentran debajo. Los cazadores de niebla cuestan menos de $ 1.500 dólares cada uno, y utilizan la gravedad para transportar el agua recogida a los embalses que se encuentran debajo.

En la ciudad de Peña Blanca, un cervecero local llamado Atrapaniebla convierte un poco de esa agua en una cerveza dorada ámbar, a la que describe como "de mediana complejidad … [con] el dulzor de la malta y un pequeño toque de caramelo" Los bebedores también pueden detectar trazos de sal y un poco del tostado. Por si acaso pensabas que la niebla no podía ser una rica fuente de agua, la cervecería se las arregla para convertir 24.000 litros por año. "El agua de la camanchaca es de excelente calidad y le da a nuestra cerveza una calidad especial," le dijo el dueño de Atrapaniebla, Miguel Carcuro, a la BBC.

Nos imaginamos que sabe sólo un poco mejor que la cerveza fabricada con aguas residuales tratadas.