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NFL

Los Cowboys no pueden culpar a los árbitros, al reloj o al destino: perdieron por la buena

Los Packers dieron cátedra de cómo se debe jugar en postemporada.
Green Bay simply had that touchdown magic today. Photo by Tim Heitman—USA TODAY Sports

Si le preguntas a cierto sector de fanáticos de los Cowboys de Dallas te dirán que fue culpa de un pase imposible de atrapar, una jugada malintencionada para quemar tiempo, un desvió afortunado en los últimos segundos de un gol de campo mal ejecutado. Pero si estos mismos fanáticos se toman un minuto para reflexionar y echar un vistazo al vacío de su eliminación, se darán cuenta que en realidad fueron derrotados por la buena.

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Aaron Rodgers y los Packers de Green Bay hicieron todo lo que los expertos como yo dijeron que no serían capaces de hacer: instalarse en el AT&T Stadium, lanzar el balón por todo el campo, anotar una buena cantidad de puntos antes de que los Cowboys pudiesen responder, y obligar al mariscal de campo, Dak Prescott, a jugar a las correteadas.

El coordinador defensivo de los Cowboys, Rod Marinelli, se vio en una posición difícil cuando Rodgers y el entrenador en jefe, Mile McCarthy, alargaron el campo, obligando a Dallas a escoger su posición: cubrir todo el campo o esperar a ser bombardeado y arriesgarse a una recibir una paliza. Durante gran parte de la primera mitad, Marinelli sufrió la presión ofensiva, y Rodgers hizo picadillo a una defensiva de los Cowboys acostumbrada a proteger la ventaja y no a parar la hemorragia.

En el complemento, el orden se restauró: hubo intercepciones de ambos lados, Zeke Elliot acumuló 125 yardas, y Prescott ejecutó varias jugadas importantes a las que nos acostumbró toda la temporada. Los Cowboys redujeron la ventaja de los Packers a ocho puntos, y después empataron la pizarra. Con 58 segundos en el reloj, el partido nos dio la sensación que veríamos un final espectacular. Había suficiente tiempo para que Rodgers lanzara dos pases Ave María y un Padre nuestro.

Pero mientras Rodgers presumía su juego por las bandas en la siguiente serie ofensiva, demostró que no necesitaba rezar. Unas cuantas probaditas les seguiría un bocado gigantesco cuando Rodgers encontró a Jared Cook, quien recibiría el balón como si se tratase de un número acrobático del Cirque du Soleil:

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La espectacular recepción de Cook dejó tres segundos en el reloj para que los Packers patearan un gol de campo de 51 yardas. El pateador de Green Bay, Mason Crosby, quien en momentos importantes había tenido problemas a lo largo de su carrera, conectó una patada fea pero efectiva para dejar congelado al estadio de los Cowboys.

Es algo probable que los fans de Dallas le hayan echado la culpa de su eliminación a las maldiciones y fuerzas obscuras. Aunque existen fallas cruciales que influyeron en la derrota, la verdad es que los Packers arrancaron el partido con el pie derecho.

Conforme Jerry Jone y su círculo cercano reflexionen sobre la derrota surgirán tantas soluciones como falsas promesas. Pero aunque los Cowboys hicieron muchas cosas de la mejor forma este año, por todo lo que hicieron para ganarse el primer lugar de su división, siempre hay otro equipo que te regresa a la realidad porque te superó en todos los aspectos.

Esta es la ÚNICA razón por la que el joven grupo de jugadores de Dallas verá la postemporada desde la sala de su casa como el resto de nosotros.

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