¿Quién quiere fumarse un porro electrónico?

La primera aparición del e-joint (Foto via)

Por la razón que sea, los colinos parecen divertirse gastando grandes cantidades de dinero en parafernalia innecesaria para fumar. Poseer más de un bong de agua, por ejemplo, es un absurdo, pero eso no impide que alguien llene su armario de costosas y amarillentas esculturas de vidrio.

El último súper producto es el e-joint, que es como un cigarrillo electrónico, solo que tiene forma de cono y una hojita de cannabis en la punta que se ilumina cada que te das un plon. Y como el cigarrillo eléctrico, no te pones high en absoluto porque todo lo que estás inhalando es una mezcla de “componentes seguros”, como propilenglicol y glicerina vegetal. Entonces, ¿para qué mierdas sirve? ¿Quién se va a molestar por comprar un producto para darse en la cabeza, que no hace nada de lo que quieres que te haga?

Hicimos una reflexión sobre los diferentes tipos de fumadores que podrían engancharse a los porros electrónicos una vez se pongan de moda.

Chicos que trabajan en ONGs

Michael está entrando a los cuarenta. Para su cumpleaños número 24, su novia de entonces le compró boletas para un concierto de Carlos Santana. Era chico de escuchar Incubus, por lo que inicialmente no estaba tan en la luna. Pero dos o tres canciones después, con el fluir de los dedos del señor Santana sobre la guitarra, el escalofrío de maravilla y la exaltación, comenzó a dibujarse algo en él. Entonces se compró unas camisetas estampadas y hasta un cartel gigante de “¡Legalización!” para su cuarto.

Desde entonces, ha estado pasando el tiempo aprendiendo a tocar un bajo de doce cuerdas y a escalar en roca en el centro comunitario. Después de una larga tarde de búlder, le gusta relajarse con un par de porros y el DVD de Bill Hicks. Sus amigos le propusieron ir a comprar un e-joint este fin de semana. Aunque Michael no dijo “sí”, tampoco dijo “no”.

Una gente celebrando la muerte de Margaret Thatcher's en Brixton. (Foto via)

Tu tío anticapitalista

Tu tío nunca se recuperó del Thatcherismo. Odia los almacenes de cadena y cree que McDonalds fue cómplice directo del desastre económico global. Para escapar de todo eso vive en una pequeña cabaña en el bosque. Es de los que protesta, solo que nadie lo sabe, y si lo supieran no le importaría.

Sus hijos están preocupados porque sus mesadas han disminuido, entonces le compran un e-joint para intentar engañarlo para que cancele su pedido semanal de hachís. Lamentablemente, lo único que logran es recordarle la gran brecha tecnológica que existe entre él y el resto del mundo y lo aislado que se ha vuelto.

(Foto via)

Colinos que quieren rehabilitarse

Los cigarrillos electrónicos se inventaron para ayudar a la gente a cortar el consumo de tabaco, con la vaga esperanza de que lo dejarían para siempre. Claro, ahora sabemos que es un dispositivo que le permite a la gente inhalar un montón de nicotina, preparando sus pulmones para un verdadero cigarrillo apenes salgas a la calle. De acuerdo a 84 estudios diferentes, no te ayudan a dejar de fumar en absoluto.

El punto es que todos los marihuaneros que han pasado los últimos tres años diciéndose a sí mismos que deberían dejar de fumar, van a comprarse un e-joint para que los ayude en su empeño de una buena vez. Pero ¡no funcionará!

Un montón de muchachos en Plymouth. (Foto via)

Gente que no le gusta interactuar con jíbaros

Los jíbaros pueden ser bastante pesados. Diez minutos, inevitablemente, se convierten en dos horas, y terminar de ver una maratón de la FIFA siempre es más importante para ellos que un servicio al cliente decente. Este calvario se vuelve más problemático cuando eres una de esas personas que piensa que cada traficante es un sociópata inestable con un machete y una jauría de perros al ataque.

Por eso Freddie y sus compañeros están entusiasmados con el e-joint. Tanto así que ya encargaron a un desarrollador web para que cree una aplicación que automáticamente encarga nuevos cartuchos cuando están a punto de agotarse en tu cigarrillo. Porque no hay nada mejor que regresar a tu apartamento e inhalar una carga química inocua mientras escuchas algo de Jack Johnson para volarte la cabeza.

Pupilos de secundaria

Desde que comenzó a seguir a Badgalriri en Instagram, tu primito solo sueña con dos cosas: terminar octavo y darse un plon por primera vez.

No tiene idea de dónde comprar drogas, cree que tomarse el agua del bong lo pondrá a volar y le tomó horas de búsqueda cibernética saber lo que era una “pata”. No tiene idea de cómo armar un cigarrillo. Para él, el porro electrónico es una ventana hacia una sociedad postadolescente que de otra manera se lo tragaría entero.

Sandra Bullock, quien solía ser medio cool, aunque probablemente nunca se haya fumado un porro con los chicos. (Foto via)

Chicas que solían ser cool / ejecutivos en asenso

Cuando Melissa era una adolescente, solía drogarse con los chicos, mirar caricaturas y hacer bromas por teléfono. Ahora usa pantalones ajustados, toma pastillas prescritas que en realidad no necesita y utiliza manos-libres. No sueña con salir de su pent-house para volver a ensuciarse los dedos en una acera, pero un día se encuentra con un cartel de e-joint y sucumbe a la nostalgia.

Por primera vez en años, se echa una cana al aire y se va a un evento de la marca, bebe un negroni, regresa a casa con un e-joint y se sienta a ver Discovery Channel.