Todas las fotos cortesía de Ken Lavey.
Supe sobre la sensualidad de las cavidades de las regaderas por accidente un día que estaba en mi estudio y se convirtió en el tema de una de mis series fotográficas. Mis fotografías previas tenían presente el potencial erótico de los objetos domésticos; la transformación de un objeto funcional en un objeto fetiche.
Las curvas del plástico moldeado por inyección tienen una gran variedad de superficies y textura; algunas son rugosas y topográficas mientras que otras son lisas y brillan. De cierta forma, la envoltura, compresión e infusión de estos procesos de fábrica son sensuales. El moldeo y la fundición son procesos tan táctiles y sus mecánicas se pueden personalizar fácilmente y reemplazar con el cuerpo sexualizado. Hay pliegues y bolsas de diferentes formas y configuraciones. Parecen anatómicos y somáticos, como orificios coloridos bañados de pintura.
La línea de separación del molde se extiende por todo el plástico como las suturas de tu perineo o tu paladar. Me gusta pensar que estas imágenes evocan una afinidad ambigua con el cuerpo con la cual la gente se puede identificar y considerar su propio aspecto físico y fascinación con el cuerpo humano.
Ken Lavey es un fotógrafo que radica en Nueva York. Puedes ver más de su obra aquí.