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Pasé el fin de semana siendo atacado por soldados en El Cairo

Uno de ellos murió, pero mi cámara sobrevivió.

Tengo que admitirlo, después de la violencia en El Cairo a mediados de la semana pasada, creí que el viernes sería un día relativamente tranquilo. Había manifestaciones planeadas para protestar contra los ataques a un plantón que había dejado un saldo de 21 muertos, pero pensé que el ambiente sombrío les permitiría expresarse sin problemas. Estaba equivocado, cuando llegué al ministerio de defensa, ya se podía sentir la tensión y algunas piedras, en el aire.

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Alrededor de la 1:30PM, los soldados se llevaron a un pareja de manifestantes. Según el trabajador del aeropuerto con el que hablé, unos minutos antes de mi llegada se habían llevado a otra persona y la habían golpeado frente a todos. Un par de personas me dijeron que no había habido ninguna provocación, pero, ¿quién sabe? Quizá un niño arrojó una piedra. Quizá los infiltrados iniciaron una pelea. Quizá cualquier cosa.

Poco tiempo después, los manifestantes y los soldados intercambiaban piedras sobre las bardas de púas. Cada confrontación en las calles rápidamente adquiere su propio ritmo y establece sus propias reglas. En unos minutos los revolucionarios tenían escudos de lámina.

Los soldados llegaron a estar a sólo unos metros de distancia, del otro lado del alambre de púas. Cada bando arrojaba piedras contra los escudos del otro, el aire sumergido en el ruido ensordecedor de cada impacto. Por encima de todo: el chorro de un cañón de agua que proyectaba un arcoiris de un lado de la batalla.

Después resultó que alguien le había disparado a un soldado. El miércoles reporté que algunas personas del lado revolucionario habían empezado a llegar con armas. Quizá fue uno de ellos. Pero el ejército dice que el disparo provino de la mezquita Nour.

Alrededor de las 6:30PM, el activista Sherif Gaber vio cómo un grupo de fuerzas especiales sin uniforme entró a la mezquita. Este tipo de cosas son comunes aqupi. Hay un video en YouTube en el que se puede ver cómo un grupo de personas sin uniforme descienden de camiones militares. Es posible que se haya tratado de fuego amigo.

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Siempre hay mujeres en las trincheras durante estos sucesos, pero no son tantas, y por lo general enfrentan muchos problemas, como hombres que intentan "protegerlas" o manosearlas (o ambas). Todas las mujeres, activistas y periodistas, que se involucran en estos eventos merecen ser respetadas. Esta mujer fue genial. Los hombres intentaban evitar que se acercara al frente para arrojar piedras, pero se rehusó a escuchar.

De vez en cuando una piedra voladora encuentra a su objetivo, y alguien se desploma al piso. Al parecer la televisión del estado también mostró a algunos soldados que tuvieron que ser cargados fuera del lugar.

A veces me preguntan sobre los peligros de trabajar en este tipo de situaciones. Para mí, el momento realmente peligroso durante cualquier enfrentamiento es cuando las reglas implícitas cambian. Se rompen, y en el caos, cualquier cosa puede pasar. Esta vez, las reglas (poder esconderse detrás de barreras metálicas y saber que lo peor que te podría pasar sería una piedra) cambiaron después de una hora cuando apareció la primera nube de gas lacrimógeno.

No sé por qué lo llamar gas "lacrimógeno". No te hace llorar. Casi no puedes abrir los ojos ni respirar. A veces la gente no puede y se desmaya, o en los casos más extremos, mueren. Es muy difícil no entrar en pánico, y cuando miles de personas entran en pánico al mismo tiempo, hay una estampida. La gente termino pasando por encima de los niños, ya sea porque no los ven o, con los pulmones llenos de gas, no les improta. La estampida comenzó, y este güey se alejó manejando su triciclo motorizado con los ojos entrecerrados, y otros dos colgados en la parte de atrás.

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Algunas personas intentaron seguir luchando, arrojando las latas de gas de vuelta a los soldados, pero nos habían hecho retroceder tan rápidamente que ya no había piedras que arrojar, y no había tiempo para buscar más. Nadie esperaba que hubiera gas, porque el ejército no suele usarlo, es más un recurso policiaco. Así que no había suficientes personas con máscaras.

Eventualmente, fuimos desplazados del plantón y algunas personas intentaron reunir a la gente.

Pero los soldados seguían atacando así que terminamos retirándonos a un lugar lejos del plantón. Además del soldado, parece ser que murieron un par de manifestantes; también hubo ciento de heridos y arrestados. Más tarde, según el Comité para la Protección de Periodistas, un matón vestido de civil le cortó parte de la oreja a un fotógrafo.

Al siguiente día, algunas personas salieron a protestar afuera de la corte militar, donde se estaba juzgando a los arrestados. De hecho, aunque eran civiles, habían sido llevados a una corte marcial, lo que refleja un poco la idea que tienen los generales sobre lo que implica un procedimiento justo. Como era de esperarse, las cosa se salieron de control nuevamente. Un par de amigos que estuvieron ahí me dijeron que esta vez estuvo muy claro por qué empezó todo. La policía militar se abalanzó con sus bastones contra una docena de manifestantes.

Sigue a Tom en Twitter: @tom_d_

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