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Sports

Rangers y Celtic

El odio entre la "Old Firm" es el más conocido en el mundo del fútbol.

Durante los últimos cuatro meses Kev Kharas pasó mucho tiempo en Glasgow preguntando a los aficionados porqué se odian tanto unos a otros. No ha sido por amor al arte: hemos estado grabando un documental sobre la amarga rivalidad entre los dos principales equipos locales, el Rangers y el Celtic, para una nueva serie de Vice llamada Rivales.

Esta disputa de la “Old Firm” –un término que se disputan las dos hinchadas, porque engloba a la vez a todos– dura ya cerca de un siglo. Los desacuerdos políticos y religiosos que alimentaron este hecho van más allá. Sin embargo, existen unas cuantas razones para que hoy sea un buen momento para investigar el odio mutuo más popular de todo el deporte británico.

El año pasado, a alguien –puede que seguidores de los Rangers, puede que no– le entraron ganas de enviar a Neil Lennon, entrenador del Celtic, balas y explosivos por correo. Estas amenazas a la vida de Lennon crearon una atmósfera en Glasgow tan venenosa que el gobierno decidió tomar cartas en el asunto y lanzaron una nueva ley, el acta de comunicaciones amenazadoras y comportamientos ofensivos en el fútbol. Bajo esta legislación, que se aprobó en marzo de 2012, a cualquiera que se le pille cantando canciones ofensivas contra protestantes o católicos irá directo a la cárcel.

Es más, el 14 de febrero de este año, el Rangers fue investigado por impago fiscal de impuestos por valor de nueve millones de libras. Si el club entra en bancarrota, los seguidores del Celtic han prometido cantar para celebrarlo como si fuera la muerte de Thatcher: dándose un atracón de jalea y helado.

La acción de los medios, basada en estereotipos de rivalidad, no ayuda mucho a esa maraña de prejuicios sectarios. Es mucho más fácil odiar a un estereotipo que detener a un hombre que cree en la independencia de Irlanda pero que no anda por ahí poniendo bombas con clavos en cubos muy cerca de la Reina.