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Comida

Me atraparon teniendo sexo en el comedor de mi restaurante

No recuerdo quién golpeó el piso primero, sólo sé que el sexo duró poco y terminamos cubiertos de polvo. El lugar estaba en construcción. Soy el pero novio.

Bienvenidos a "Confesiones de restaurante", donde hablamos con las voces no conocidas de la industria de los restaurantes tanto del servicio como de la cocina, sobre lo que realmente pasa detrás de bastidores en tus establecimientos favoritos.

Chef, hombre, 46 años.

Existe este sentido del camino que no tomamos cada vez que nos vemos ahora. No me estaba chingando a una chica en un sitio en construcción de un restaurante. Era alguien a quien respeto y quiero profundamente.

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En 2008 un amigo en común me la presentó y luego de unos meses de salir juntos, vimos un espacio potencial para un restaurante que estaba buscando abrir. No mucho después, ella consiguió un empleo en otra ciudad y se mudó lejos. Ella me importaba mucho, pero sabía que no iba a ser una relación duradera si se mudaba. El verano siguiente volvió para visitar, y para ese entonces ya había firmado los papeles para ese mismo espacio.

Voy a ser honesto y decir de que el sexo no duro demasiado, y que estábamos absolutamente cubiertos en polvo después. No había una lona, ni siquiera puse un cartón por debajo. Soy un novio horrible.

Estaba muy emocionado de mostrarle el espacio y darle un tour del restaurante, ya que ella había estado conmigo cuando vi el lugar por primera vez. Estábamos a una o dos semanas de la inauguración y le di un tour completo del restaurante y la cocina. Al final, nos fuimos a la parte de atrás del bar en el comedor. Empezamos a besarnos porque, bueno, yo simplemente la encontraba muy atractiva, pero también estaba rodeado por esta atmósfera muy cargada. Tal vez sea un pervertido, pero el sitio en construcción y la idea de un espacio construido para ser algo importante, era muy excitante. No recuerdo quién cayó al piso primero pero fue una serie de eventos naturales. Terminamos haciendo el amor en el piso en frente del bar, detrás de lo que pensé era la privacidad de ventanas tapadas con papel.

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He tenido sexo en público antes y la emoción de ser descubierto es algo muy erótico. En una de mis primeras relaciones que tuve lo hicimos en un parque en Ottawa. Otra vez fue en un camino para escalar, pero nunca lo hice en un restaurante.

Voy a ser honesto y decir de que el sexo no duró demasiado, y que estábamos absolutamente cubiertos en polvo después. No había una lona, ni siquiera coloqué un cartón por debajo. Soy un novio horrible. El lugar estaba completamente sucio. Habían clavos y polvo en el suelo, así que era tan incomodo como puedas imaginarte. Ella estaba usando un vestido en el piso; yo estaba por encima y recién me habían operado la rodilla. Fue un lío en todo respecto, pero fue también una de esas increíbles expresiones de pasión y de nuestros sentimientos que no se planifican.

Medio que nos reímos sobre el asunto luego. No nos sentíamos incómodos o avergonzados, y parecía que era lo correcto en el momento. Era muy simbólico de nuestra relación en el sentido que no teníamos nada que perder ni nada que esconder. No había en nuestros pensamientos ningún arrepentimiento sexual como "¿Qué idiotez acabo de hacer?" Le saqué el polvo a ella y continuamos con nuestros planes de cena para esa noche.

No nos dimos cuenta en el momento, pero alguien nos vio, lo que lo hizo un poco pervertido o emocionante dependiendo de tu proclividad. Al día siguiente, me llegó un email de un paseante anónimo que me escribió que ocasionalmente miraba a través de las ventanas cubiertas con papel en su camino a casa para chequear el progreso de la construcción. Me escribió que me vio, eh, expresando mi pasión por mi negocio y mi chica, y describió con detalles específicos lo que vio. El email en realidad era muy gracioso; no fue acusador o vergonzoso. Todavía lo tengo guardado y lo leo de tiempo en tiempo.

Nunca le conté a ella sobre el email porque no quiero darle pena. Hasta el día de hoy hay alguien allá afuera que vio todo, pero nunca se presentó a si mismo. Continuará siendo parte de la historia del restaurante.

En cuanto a ella, somos aún amigos en Facebook y nos vemos el uno al otro cuando viene en su visita anual a los Estados Unidos. No creo que hayamos hablado del incidente desde entonces. Mi instinto dice que cuando pensamos al respecto, ambos sentimos un sentido de perdida porque nos iba muy bien juntos. Siempre pensé que ella era una de las importantes que se me escapó.

Nunca hubiera podido mudarme con ella y ella obtuvo el trabajo de sus sueños así que no podía quedarse aquí. Ahora, cada vez que estoy en el restaurante, y lo hicimos justo en medio de lo que ahora es el comedor, pienso acerca de todas las cosas que pasaron en ese espacio a través de los años. Continúo pensando lo mejor de ella y eso se va a quedar conmigo por siempre.