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Identidad

Cómo salir con una víctima de violación

Millones de personas son víctimas de violencia sexual cada año. Preguntamos a una psicóloga qué hacer si nuestra pareja es una de ellas.
Image via Stocksy / Alexey Kuzma

Todos llevamos nuestro bagaje a las espaldas. Y la mejor forma de añadir otra capa adicional de aguas pantanosas a la vida en pareja es el muy común y enorme desorden de estrés postraumático que puede surgir tras sufrir una agresión sexual. En mi caso, la ayuda me llegó a través del cannabis medicinal y de una pareja dispuesta a calmarme mientras yo veía

Planet Earth y daba sorbitos a mi valeriana escuchando la sedante voz de David Attenborough. La RAINN (Red Nacional Norteamericana contra la Violación, los Abusos y el Incesto) calcula que una media de 193.066 norteamericanos (de 12 de años en adelante) son víctimas de violencia sexual cada año, de modo que esto mismo también podría estar pasándote a ti o a tu pareja.

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"Hay muchas probabilidades de salir con una víctima de violación, porque el índice es muy elevado", afirma la psicóloga Dra. Barbara Greenberg. "Cuando sales o mantienes relaciones sexuales con alguien, estás interactuando con esa persona en el mismo nivel en el que fue violada. Eso es lo que provoca que la situación sea tan compleja". Aunque cada relación, cada individuo y cada proceso de curación son diferentes, existen algunas pautas generales que pueden seguirse cuando se sale con una víctima de violación.

Lo primero y más importante: hay que creerles. "Cuando alguien te cuenta su historia, créele", afirma la Dra. Greenberg. "Las probabilidades de que se lo esté inventando son muy, muy escasas. Escúchale y créele, y no tengas la sensación de que tu papel es solucionarle todos sus problemas o que puedes hacer algo… Déjale hablar". En otras palabras, cierra la puta boca un ratito y déjale que cuente su historia, pero a su propio ritmo y cuando él lo decida. "Si amas a alguien, o incluso si no le amas y solo estás intentando tener una experiencia sexual positiva con él, es preciso que le dejes decidir el ritmo y el nivel de detalle con el que se sienta cómodo", indica Emily Lindin, del Unslut Project y responsable del documental UnSlut: A Documentary Film, que explora la difamación sexual e incluye entrevistas con familiares y amigos de Rehtaeh Parsons. Parsons era una estudiante canadiense de 17 años que, al parecer, se ahorcó después de haber sufrido acoso sexual como resultado de que salieran a la luz fotos de la presunta violación en grupo que sufrió.

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Cuando llegue el momento adecuado para que nos hable, es muy importante hacerle las preguntas correctas. "Las preguntas correctas no son '¿Qué pasó?', '¿dónde te tocaron?', ¿dónde estaban tus padres?', '¿estabas borracho?'. Nada de preguntas acusatorias y nada de juzgar. No preguntes por los detalles, pregunta por los desencadenantes", afirma la Dra. Greenberg. Es importante repasar los desencadenantes para evitar que la víctima reviva la experiencia. Un desencadenante es algo que puede recordarte la agresión y provocar flashbacks. Podría ser cualquier cosa, desde ver a alguien en el metro con un tatuaje similar al de tu agresor, hasta escuchar una palabra o frase que usó durante el ataque, o que te toquen sin querer de un modo parecido. Es una mierda para todos cuando, durante el sexo, estás tratando con todas tus fuerzas de no entrar en una espiral de ataques de pánico porque tu novio inintencionadamente ha hecho algo que ha provocado que afloren flashbacks de tu agresión. Y también resulta realmente frustrante tener que escucharle quejarse de que normalmente es súper bueno haciendo que las chicas se corran exactamente con el mismo movimiento que te ha provocado el flashback.

Escúchale y créele, y no tengas la sensación de que tienes que solucionarle todos sus problemas. Déjale hablar.

Cuando sales con una víctima de violación, a veces es necesario que tengas paciencia y que aprendas a no tomarte las cosas de forma personal. "Resulta difícil, pero es preciso que trabajes para no tomarte las cosas de forma personal, porque la culpa la tiene el trauma y no tú", explica la Dra. Greenberg. "Tienes que ser paciente. Aprenderás a ser tierno, a evitar los desencadenantes y a hacer que tu experiencia sea segura y agradable para los dos. Y aprende a perdonar… conforme vaya teniendo más confianza en ti las cosas se volverán más fáciles".

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Para algunas mujeres (y sí, los hombres también pueden ser víctimas de agresiones sexuales) es como estar constantemente lidiando con las mismas cicatrices emocionales que se niegan a desaparecer. Pero para otras es diferente, como Kara*, que sufrió una violación el mes pasado y se ve ahora obligada a recorrer junto a su novio Jon* todos los desencadenantes que surgen de una herida demasiado reciente. "Lo que resulta más desalentador es que ella se culpa a sí misma y se siente responsable, como si no hubiera hecho lo suficiente para evitarlo", me dijo Jon. "Debo convencerla de que eso no es cierto". Lo que mantiene fuertes a Kara y a Jon es que, cuando hablan acerca de la violación, él se mantiene respetuoso y le recuerda la regla número uno: que no fue culpa suya. Y punto. "Me ha sido de muchísima ayuda, porque yo me limitaba a sentirme mal y culparme a mí misma, y él me ayuda a razonar sobre el tema", afirma Kara.

"Cuando llevamos a Kara a urgencias, estaba llena de hematomas, hematomas como provocados por una mano grande", dijo Jon. "Ella dijo 'no lo sé, quizá no he hecho lo suficiente para evitar que pasara… A mí me salen hematomas con mucha facilidad', y yo le dije 'tú y yo luchamos constantemente en la cama'. A veces le pongo el culo en la cara para tirarme un pedo justo delante de ella. Y yo le dije 'Luchas con todas tus fuerzas para evitar que me tire un pedo en tu cara, ¿verdad?'. Y ella contestó, 'Sí, me esfuerzo mucho'. Y yo: 'Exacto, cada vez que luchamos tú lo haces con todas tus fuerzas, pero yo jamás te he dejado un hematoma. Así que cuando estabas luchando con tu atacante es obvio que lo hacías más allá de tus fuerzas, si te ha dejado estas marcas'".

Como Novio del Año que parece Jon, comprende que para superar esto Kara necesitará visitar a un profesional especializado en el tratamiento de víctimas de agresión. "Ha intentado que vaya a ver a un consejero, y eso voy a hacer…", dice Kara. Para convencerla, dijo John, "la chantajeó con un gatito". "Es verdad, me dijo que podía adoptar un gatito… pero que no podría hablar con él como con un consejero, así que tenía que visitar a uno. Es un gatito muy pequeñito, y creo que me será de ayuda tener alguien a quien cuidar, estoy invirtiendo todo mi amor y energía en ello", me dijo Kara.

"Debes ir a terapia y visitar a un consejero de crisis lo antes posible. porque cuanto antes veas a un consejero de crisis menos probabilidades habrá de que padezcas un desorden de estrés postraumático. Se ha descubierto que, cuando las víctimas de un trauma reciben ayuda inmediatamente es mucho más probable que obtengan un resultado positivo", explica la Dra. Greenberg. La curación de una agresión sexual es un proceso que dura toda la vida. Incluso con mucha paciencia, respeto y tiempo, sufrir una violación es algo con lo que debes cargar el resto de tus días. Sin embargo, tú sigues siendo tú. Seguirás queriendo tomar infusiones cuando salgas a cenar con tu novio, o seguirás teniendo que soportar el olor de sus pedos. La vida no se detiene ante nada.

"Debes reconocer que es una parte muy importante de su historia, hacerle saber que estás dispuesto a escuchar cuando él o ella estén preparados para hablar y que le respetas", afirma Lindin. "Creo que es muy importante recordar que las víctimas de una agresión sexual no dejan de ser seres humanos adultos por haber pasado por esa terrible experiencia".