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Todos se retiran en la NBA, menos la máquina alemana llamada Dirk Nowitzki

Lo que Dirk Nowitzki hace a su edad no tiene precedentes. Jugadores como Kobe, KG, Tim Duncan, y Paul Pierce, se han retirado o están a nada de hacerlo, mientras el alemán parece no detenerse.
Photo by Kevin Jairaj-USA TODAY Sports

Raro es aquel jugador de la NBA que pasados sus 30 años no sea, o no haya sido, una estrella. En la temporada 2015-16, hubo nueve jugadores que disputaron al menos 500 minutos con 37 años o más antes del 1 de febrero, la fecha de corte establecida por la liga para determina qué tan "viejo" es un jugador durante una temporada específica. De esos nueve, siete (con excepción de Jason Terry y Pablo Prigioni) formaron parte del equipo All-Star, al menos una vez, en algún punto de sus carreras en la NBA; cinco conformaron el equipo al menos diez veces.

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Hablemos de estos últimos cinco.

Kobe Bryant, cuya carrera terminó realmente cuando se lesionó el tendón de Aquiles en 2013. Se aferró valientemente a sus últimos años sobre la duela, se recuperó de lesión tras lesión y sufrió cada tiro que intentó, pero nunca fue el mismo. Fue un milgrano menor que permaneciera saludable la temporada pasada hasta el final del circo que fue su despedida, pero ninguna persona en su santo juicio podrá decirte que fue una pieza positiva sobre la duela, y mucho menos la sombra de lo que alguna vez fue.

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Kevin Garnett, quien también colgó los tenis para bien en la baja de temporada, pero que no puedo llegar completo al final de la pasada temporada. Las lesiones y la edad mantuvieron a KG fuera de las canchas durante 38 partidos. Cuando se recuperó, conforme se acercaba el fin de la campaña, disputaba 15 minutos por juego, y su papel era más similar al de un mentor y guía para los jóvenes que el de un basquetbolista.

Tim Duncan, uno más que se retiró durante la temporada baja y de una manera mucho menos escandalosa —no nos sorprende— que la de Kobe o, inclusive, Garnett. Duncan lució más o menos como el mismo jugador que siempre fue para San Antonio, pero por primera en su carrera, se podría decir que no fue el jugador que definió a los Spurs como equipo. Tuvo un porcentaje de juego por debajo del promedio, su índice de efectividad como jugador estuvo en lo más bajo de su carrera, y sus rebotes a la defensiva llegaron a su punto más bajo. Por supuesto, siempre fue Tim Duncan, ya que fue el líder de toda la maldita liga con más victorias producidas para su equipo gracias a su habilidad para defender, a pesar de sólo disputar 187 minutos. Pero nunca fue la estrella de antaño ni de broma.

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Paul Pierce, quien anunció el mes pasado que la temporada siguiente será su última en su carera. Pierce arrancó la temporada como titular y terminó obteniendo pocos minutos. Ya no podía abrirse camino entre los defensores, y lo único que hacía era quedar frente a ellos sin hacer algo.

Y por fin llegamos a Dirk Nowitzki, quien a pesar de parecerse cada vez más a una momia conforme el tiempo pasa, aún se da el lujo de jugar casi al nivel de una estrella. Su puntaje por minuto, a sus 37 años, lució bastante similar al que logró cuando tenía 27. Su porcentaje de tiros libres y de tres sufrió un una baja de tres dígitos, pero en general se vio como el mismo jugador. El pobre hombre apenas se puede mover, pero su habilidad para saltar y tirar con tanta puntería le ha permitido extender su legado como la fuerza defensiva fundacional.

Congelado en el tiempo. Foto por Jerome MIron-USA TODAY Sports

Lo que Nowitzki hace a su edad no tiene precedentes. En la historia de la NBA, ha habido 17 temporadas en las que un jugador de dos metros o más, con 30 años encima o más, ha intentado al menos 100 triples y 500 dobles, y encestado, mínimo, el 44 por ciento de sus intentos. Ocho de esas 17 campañas le pertenecen a Nowitzki, quien lo ha logrado en cada una y todas de las temporadas desde que cumplió 30 años.

Su sola presencia en la duela, junto con el grandioso Rick Carlisle, ha sido suficiente para llevar a los Mavericks de Dallas a la postemporada, fallando sólo en una ocasión; la excepción se debe al año en que Nowitzki se perdió 29 partidos. Incluso rodeado con alineación para nada el otro mundo, Nowitzki ha logrado ser constante. Sigue haciendo todo lo que siempre ha hecho, saltar, bloquear, estorbar, saltar, antes de encestar el balón y regresar trotando al otro lado de la cancha.

Y lo mejor es que no muestra señales de vejez; su fuerza gravitacional sigue siendo igual de poderosa. En las últimas tres temporadas, ha formado ternas con cinco diferentes jugadores (José Calderón y Monta Ellis en 2013-14, J.J. Barea en 2014-15, y Raymond Felton, Deron Williams, y Barea de nuevo en 2015-16) y generado resultados de 1.10 puntos por posesión, de acuerdo con datos extraídos de las cámaras SportVU de la NBA. Sus posesiones de balón con la espalda al tablero también son de las más productivas en la NBA: los Mavericks anotaron 1.13 puntos por posesión la temporada pasada gracias a Nowitzki.

No puedo parar, no pararé. Foto por Matthew-USA TODAY Sports

Los equipos saben que tiene que permanecer pegados a Nowitzki en las coberturas pick-and-roll. Los equipos saben que todavía puede ejecutar su tiro flotado con una pierna a la perfección cuando se le plazca, por eso se ven forzados a mandar a un hombre extra para cubrirlo; en muchas ocasiones, esta medida ni siquiera ayuda. Estas dos habilidades han ayudado a Nowitzki a mantener su estatus como una de las estrellas de la liga (no hace mucho, fue elegido jugador All-Star), pero incluso si su talento comienza a desvanecerse, podría mutar en otro tipo de jugador al puro estilo de Ray Allen con el Heat de Miami.

Todo lo que Allen hizo en Miami durante dos años fue correr por toda la duela, atraer a los defensores para crear espacio a LeBron James, Dwyane Wade, y Chris Bosh, y encestar tiros flotados cuando su cobertura iba detrás de algunos de los jugadores antes mencionados. ¿Acaso existe alguien que crea que Nowitzki no puedo hacer lo mismo si llegara a estar rodeado de tantas estrellas? La inquebrantable lealtad del alemán hacia Mark Cuban y los Mavericks, en un era en la que cada vez más estrellas terminan jugando para distintos equipos al final de sus carreras, es admirable, pero como Cuban ha fallado siempre que quiere hacerse de los servicios de jugadores estrella en la agencia libre, Nowitzki no ha podido despojarse de la responsabilidad de la forma que muchas otras estrellas lo han hecho. Pero gracias a la incompetencia de Cuban, hemos tenido la oportunidad de ver a Nowitzki realizar cosas inimaginables en las últimas temporadas, aunque sería agradable que en algún punto en los próximos años, también pudiéramos verlo quitarse de los hombros el peso de su equipo.