Al este del Edén: el recuento de la Premier League

Las plantas florecen y el sol brilla, el bucólico escenario de la primavera ha llegado. Para muchas culturas esta temporada representa un renacer y un cambio, el surgimiento de la vida orgánica después de la larga desolación del invierno.

Sin embargo, es totalmente distinto para la cultura futbolística inglesa. Para aquellos que disfrutan ver la Premier League, la primavera representa los últimos partidos de la temporada; la inminente muerte de nuestro entretenimiento y felicidad. Mientras que todos los demás están ocupados recolectando frutos rojos, brincando y cantando por los arbustos y realizando rituales complejos de fertilidad para anunciar el cambio de temporada, los fans del balompié están en casa, con las cortinas cerradas, intentando saborear los últimos súper domingos antes del invariable aburrimiento del verano.

Entonces, dispongámonos a saborear la acción de la Premier League. Aquí les van cinco temas de los últimos días.

Se esperaba que esta temporada fuera un paraíso para Eden Hazard; una exuberante extensión de goles, trofeos, y éxito individual. En su lugar, se ha convertido en una tierra baldía; un surco polvoso e infértil, el cual se ve forzado a arar como castigo por sus pecados como mortal.

Después de arrancar la temporada como campeón obligatorio de la Premier League y reinante Jugador del Año, las actuaciones de Hazard han pasado de lo rutinario a lo extremadamente rutinario en el curso de la campaña. Ya que el Chelsea no ha estado a la altura como equipo, Hazard ha sido desterrado de la utopía futbolística hacia el desierto de los malos resultados, el pobre desempeño, y el azote de las intensas críticas —fracasando a la hora de anotar un solo gol de Premier League previo a este fin de semana—.

Similar a Adán en el Génesis, al parecer la tentación sacó a relucir lo mejor de él. A pesar de que su bajón personal haya puesto fin, posiblemente, a su fichaje con el Real Madrid, una transferencia al Paris Saint-Germain este verano es bastante posible, según sus propias palabras. Regresar a su nivel de cara al final de la campaña lo convertiría en una opción más atractiva para uno de los clubes que más gastan dinero en Europa.

Sus dos goles del sábado ante el Bournemouth parecen a haber llegado en el momento más conveniente.

Luego de recibir una bienvenida digna de héroes en su regreso a Anfield como entrenador del Newcastle, es más que seguro que Rafa Benítez tuvo un momento de recuerdos nostálgicos: la victoria de Champions League en Estambul, el gol del último minuto de Steven Gerrard para empatar la final de la FA Cup en 2006, las hazañas de la temporada 2008/2009 de la Premier League; su paso como entrenador del Liverpool le ha dejado más de un preciado recuerdo.

Tristemente, no ha podido recrear aquellos días paradisíacos de nuevo. El joven y vigoroso Rafa que llevó al Liverpool a su quinta copa europea es ahora un viejo hastiado, utilizado de mala forma y abusado en el Inter de Milán y Chelsea antes de ser despedido de su puesto de ensueño en el Real Madrid a principios de este año.

No obstante, su dirigencia está dando resultados en Newcastle. Después de estar abajo 2-0 al medio tiempo ante los hombres de Jürgen Klopp, las urracas pelearon para ganarse un empate a dos y colocarse a dos puntos lejos del descenso. En contra de todas las probabilidades, Rafa aún podría salvar del descenso a un equipo que parece no tener esperanza. De igual forma, dicho equipo sin esperanza podría salvar su lánguida carrera.

Rafa llegó a Newcastle como un ave golpeada por el clima, con las alas cortadas, y las plumas cayéndose a pedazos. Si logra preservar su estatus en la Premier League, pronto reencarnará como una urraca con un bello plumaje negro. Y podrá, una vez más, ser capaz de volar libremente.

Con Jamie Vardy suspendido esta semana, no era claro si el Leicester sería capaz de seguir con su fiesta en la Premier League sin él. Eso pensábamos hasta que Riyad Mahrez marcó a los 10 minutos frente al Swansea, y el Leicester procedió a apabullar a sus oponentes con un entusiasmo casi sociópata durante el resto del partido.

Aunque Mahrez ganó el premio al mejor Jugador del Año después de la victoria de los Foxes por 4-0, fue Leonardo Ulloa quien en realidad fue la epítome del Leicester. No hace mucho un futbolista talentoso del que nadie hablaba en la Championship, Ulloa se coló el equipo por la ausencia de Vardy y anotó dos goles cruciales.

Es uno de los muchos héroes inesperados en el conjunto del Leicester. Ahora necesitan cinco puntos de sus últimos tres partidos para ser los campeones.

Si Sergio Agüero es un caballero Jedi entre los delanteros de la Premier, Kelechi Iheanacho es su joven padawan prometedor. Con un promedio de un gol cada 81 minutos esta temporada —11 en todas las competiciones— Iheanacho parece haber aprendido muchísimo de la técnica letal a la hora de definir de su mentor. De hecho, podríamos ir tan lejos como decir que sus dos goles frente al Stoke City este fin de semana fueron "agüerianos".

Si puede continuar imitando el toque preciso de Agüero frente a la portería, Kelechi podría convertirse en uno de los jóvenes jugadores prospecto más emocionantes de la Premier League. Puede que su habilidad para colarse entre los defensores sea una toma familiar en los próximos años.

Que la fuerza le acompañe.

Dos de las mejores semifinales de la FA Cup que hemos visto en años se jugaron en Wembley este fin de semana; ambas fueron encuentros de ida y vuelta, ambas terminaron 2-1, y ahora el Manchester United y Crystal Palace disputarán la gran final el 21 de mayo.

Esto solo puede significar una cosa: todos somos partidarios del Crystal Palace.

Aunque los fans del Manchester United crean que sus recientes altibajos y dificultades han cambiado el sentir colectivo de todo un país hacia ellos, se equivocan. Después de verlos ganar todo tipo de trofeos por décadas —testigos de su insoportable éxito— todo mundo está desesperado para que su miseria continúe indefinidamente. Son el opuesto conceptual del favorito neutro, tanto en estilo como estatus. Son, en otras palabras, lo peor.

Nos guste o no la idea de ver a Alan Pardew presumir su victoria en FA Cup hasta el fin de los tiempos, no apoyaremos al United. Toleraremos un siglo de discursos por parte de Alan Pardew, y escucharemos las anécdotas de la semifinal en FA Cup de 1990. Si todo ello fastidia al Manchester United aunque sea por un segundo, habrá valido la pena.

@W_F_Magee