Visitamos la casa del hombre que lo colecciona todo

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Visitamos la casa del hombre que lo colecciona todo

El exvicegobernador y neurocirujano de Nevada, Lonnie Hammargren, ha invertido décadas y millones de dólares en coleccionarlo todo, desde montañas rusas hasta atrezo de películas y naves espaciales.

El Dr. Lonnie Hammmargren es un hombre de una época pasada. Al igual que Teddy Roosevelt, tanto en la disposición como en la apariencia, Hammargren podría parecer cansado del mundo, si no fuera porque su inmensa propiedad —mitad galería de arte, mitad hogar de un tipo con síndrome de Diógenes— es testigo de que lo encuentra infinitamente fascinante. Después de numerosos trabajos, desde servir en la Guerra de Vietnam hasta ser médico de vuelo de la NASA, cirujano de boxeo en Las Vegas y vicegobernador de Nevada, la propia vida de Hammargren quizá sea lo único más variado y fascinante que los tesoros que guarda en su casa.

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Hammargren ha estado coleccionando todo tipo de souvenirs y trastos en su complejo de tres casas en Las Vegas, llamado Castillo del Sol, desde que compró su primer lugar en la propiedad en 1972. En un reciente episodio del programa televisivo Hoarders, de A&E, reveló que en su impulso de coleccionar ha gastado más de 10 millones de dólares a lo largo de las décadas, y ahora, a sus 79 años y con el peso de la deuda encima, él y su esposa Linda están planeando mudarse de su caótico castillo a la casa más pequeña de su propiedad. Por lo general, Hammargren solo abre su casa al público durante el día de Nevada, pero acordó concederme una visita privada al Castillo del Sol antes de que lo "simplifiquen un poco", como él dice.

Lonnie Hammmargren

Lonnie sentado a un piano que perteneció a Liberace

Comenzamos con la entrada principal de la casa, y pude entender un poco de la dualidad de Hammargren. En el espacio de unos minutos, Hammargren le gritó a alguien en su teléfono celular, describió a un viejo colega como "un imbécil, no hay otra manera de decirlo", y luego tocó The Johnson Rag para mí en el viejo piano de Liberace.

Comenzamos con la entrada principal de la casa, y pude entender un poco de la dualidad de Hammargren. En el espacio de unos minutos, Hammargren le gritó a alguien en su teléfono celular, describió a un viejo colega como

El horizonte de Nueva York antes del 11 de septiembre

Hammargren me condujo por entre estructuras elevadas, a través diferentes pisos en los que teníamos que subir y bajar escaleras, y a través de tablones y pasarelas, todo construido por él mismo. El lugar es un testimonio de aquella ética de "si quieres que algo se haga, hazlo tú mismo". De hecho, la vida entera de Hammargren parece haber sido el producto de una serie de metas que él simplemente se fijó y cumplió.

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Rápidamente descubrí el sentido del humor político de Hammargren mientras recorríamos la propiedad. Posee decenas (si no cientos) de máscaras de látex, puestas sobre maniquíes en toda clase de exhibiciones que se burlan de los políticos (sobre todo de los demócratas). Las escenas creadas por él tenían el tono satírico de la Revista MAD de los años 50, cuando la publicación aún emulaba el formato del cómic.

Lonnie Hammmargren

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Las tendencias políticas de Hammargren podrían ser un poco de derechas, pero están arraigadas en la ciencia y la política, no en la fe. Me mostró la capilla que hay en su propiedad, a pesar de que él no cree "en el cristianismo o en ninguna religión", ya que "todas son igual de falsas". Sin embargo, reconoció que el budismo es muy relajado.

Lonnie Hammmargren
Lonnie Hammmargren

La segunda pasión de Hammargren —además del cosmos— es Nevada y Las Vegas. Letreros sobre el apogeo mafioso de Las Vegas están repartidos por toda la casa. Un carrito de montaña rusa, perteneciente a la extinta atracción Stratosphere, está situado en su azotea, lleno de maniquíes, acumulando el polvo del desierto. A él no le interesa esta nueva Las Vegas propiedad de multimillonarios. Prefiere hablar de cuando Evel Kneivel saltó la fuente del Caesar's Palace y de su amistad con el hijo de Evel, Robbie.

Le pregunté cómo pudo adquirir todos estos artículos sin quedarse en la quiebra. "A estas alturas, generalmente vienen a ofrecerme las cosas", dijo. ¿Y si quiere algo que no le ofrecen de inmediato? "Les digo que les cuesta dinero almacenar la chatarra y que podrían dármela a mí".

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Lonnie Hammmargren

Cada artículo en la casa de Hammargren está tan lleno de anécdotas e historias que hace que la cabeza te dé vueltas. Podría haber pasado fácilmente el resto del año repasando cada pedazo de papel, chuchería y estatua del Castillo del Sol, catalogando el origen de cada uno. Sin embargo, ya le había quitado suficiente tiempo a Hammargren y tal vez era mejor ver la colección como el hermoso bosque desordenado que la vida única de este hombre había creado, en lugar de centrarse demasiado en árboles tentadoramente extraños.

Antes de irme, le pregunté a Hammargren si su mudanza inminente significaba que había terminado de coleccionar. "Le dije a mi esposa que dejaría de coleccionar", señaló. "Pero bueno, también digo mentiras".

Lonnie Hammmargren
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El observatorio

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Un proyecto en progreso

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Un Batmobile original de 1966

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Los carritos de la montaña rusa Stratosphere