Conoce al musulmán y cineasta gay que filmó en secreto su peregrinaje a la Meca

"La llamo la película selfie de Arabia Saudita", me dice Parvez Sharma, director de cine y activista de la comunidad LGBTI indio, que vive en Nueva York. Estamos en el Sheffield Doc/Fest hablando sobre su nueva película llamada A Sinner in Mecca (Un pecador en la Meca), antes de su premiere en Europa.

Grabado en secreto con un iPhone, su documental representa uno de los pocos recuentos visuales del hajj —la peregrinación sagrada que cada musulmán debe hacer al menos una vez en su vida—, pues está prohibido filmar el ritual.

No es la primera vez que Sharma hace películas controversiales. Su último documental, A Jihad For Love (Un Jihad para el amor), sobre musulmanes gays, fue prohibido en muchos países del Medio Oriente. Sharma está sorprendido por la cantidad de respuestas negativas a esta nueva película por parte de personas que ni siquiera la han visto. "Me estoy enfrentando a una gran cantidad de correos de odio, muerte y amenazas", afirma.

"Como musulmán, no debes meterte con la Meca. Al hacer esta película, me convierto en un transgresor. Estoy cruzando la línea… Lo que empeora el asunto es que soy un musulmán gay". ¿Entonces qué lo motivo a crear una película como estas? Nos reunimos con Sharma para descubrirlo.

VICE: La película ha generado reacciones positivas, pero también negativas. Qué es lo más controversial: ¿que hables sobre sexualidad en el contexto de la Meca o que hayas filmado ahí?

Parvez Sharma: Creo que ambas cosas. El ángulo del musulmán gay fue el centro de mi película anterior, A Jihad for Love. Ya había salido del clóset como gay, esta película es sobre mí emergiendo como musulman. Estoy reivindicando la fe. Digo que voy a aceptar el Islam bajo mis propios términos. Esto mortifica a las personas… Pero también la mera existencia de la película ha causado ira. El hecho de que yo entrara al lugar más sagrado del Islam con un iPhone y dos cámaras que parecen teléfonos y me atreviera a hacer una película acerca del ritual.

Cuando decidiste que realizarías el hajj, ¿sabías que querías hacer una película sobre eso?

La parte personal de este ritual era más importante que filmarlo. Pero el lado de mi cerebro como director pensó: "No hay otra manera de documentar algo que sólo haré una vez en mi vida". De hecho, en Arabia Saudita no sabía si iba a lograr salir vivo. No tenía ni idea de si la gente descubriría quién era yo. Tu googleas mi nombre y todo lo que he hecho en mi vida sale ahí. No sabía si el rodaje sobreviviría y si podría salir del país.

En el mes que estuve en Arabia Saudita, me detuvo la policía religiosa y logró borrar algo del rodaje. Las personas toman fotos en el hajj porque quieren inmortalizar el momento de haber estado ahí, entonces se trata de algo común. Pero tomar una foto dura sólo algunos segundos.

Como director de cine, estás ahí por mucho más tiempo, pues necesitas tomas desde diferentes ángulos. De esta forma llamas mucho más la atención. La policía religiosa se la pasa caminando con unos palos y si estás haciendo algo malo, simplemente te golpean. Es ridículo. Me pegaron bastante fuerte algunas veces.

En las escenas, hay momentos en los que se ven personas saludando o levantando el pulgar a la cámara. Otras veces ves civiles (no a la policía religiosa), que no está muy de acuerdo con que filmes en ese lugar tan sagrado. ¿Entraste en conflicto por eso?

En mi película hago una diferencia entre la versión saudí del Islam (Wahhabi Islam) y mi versión, que es totalmente distinta. La versión saudí es regresiva, violenta y peligrosa. Las raíces de la ideología de ISIS vienen del Islam Wahabí. La representación de la forma humana no está permitida, así que la fotografía está técnicamente prohibida según la ley del país. Pero dondequiera que vayas verás imágenes del maldito Rey. Es tan hipócrita…

Anteriormente, el Ministro saudí de Información le permitió a una pareja filmar sobre el hajj, con la presencia de un director que ellos escogieran para que los acompañara a representar el hajj de una manera específica. Lo que yo estaba haciendo era completamente distinto y por eso la película es tan esencial. Habla precisamente de las cosas que los saudíes no quieren que hables porque quieren que se les vea siempre de manera positiva.

En la Mecca, visitas un centro comercial y señalas la basura que han dejado. Estabas claramente sorprendido por la comercialización de la ciudad. ¿Es algo por lo que también culpas a los saudíes?

Tengo mucho por decir en contra de los saudíes. Ellos han extendido una historia deliberada y destructiva del Islam ya por muchas décadas. Todo el siglo XX, y ahora en el siglo XXI, Arabia Saudita ha hecho todo lo posible por destruir la historia islámica.

Una de las razones por las cuales el Islam de Arabia Saudita está en contra de la adoración de los ídolos es porque sus ancestros no se pueden identificar. Destruyeron la primera casa en la que el profeta Mohammed vivió con su esposa y construyeron una fila de baños.

La Meca se está convirtiendo en una especie de Las Vegas con características de Meca. El paisaje está cambiando constantemente. Han construido hoteles de siente estrellas y estridentes centros comerciales. Hay un edificio que siempre sale en la película, llamado el Kingdom Tower (La torre de la realeza). Les dijeron a los arquitectos que tenían que construir algo más grande que el Big Ben, que tenía que ser el reloj más alto del mundo. La torre hace que la Kaaba, una estructura sagrada dentro de la mezquita más sagrada del Islam, Al-Masjid al-Haram, se vea diminuta. Hay un Starbucks a pocos metros de este lugar sagrado. Es obsceno.

¿Conoces muchos gays en Arabia Saudita? ¿Cómo viven ellos allá?

Gracias a mi última película, conocí mucha gente gay en Arabia Saudita. Establecimos cuidadosamente una amplia red clandestina, y enviamos estos DVDs a diferentes países. Sé que en muchas ciudades de Arabia Saudita, entre ellas Riyadh y Jeddah, se organizaron presentaciones de A Jihad for Love en habitaciones y salas. Las personas siguen poniéndose en contacto conmigo y me dicen "Vi tu película y cambió mi vida".

Como en cualquier parte del mundo musulmán, la regla básica es "no preguntes y no cuentes". Si no vas por la calle con una bandera del orgullo gay, estás bien. Pero no estarás bien si te descubren. Este país no respeta los Derechos Humanos y lleva a cabo decapitaciones en público todo el tiempo. El abuso tiene que parar.

La película se enfoca más que todo en el Islam Wahabí pero, ¿te preocupa que algunas personas la interpreten como una crítica más amplia al Islam?

He pensado sobre eso en las últimas semanas. Actualmente los musulmanes están en un estado de sitio: por nosotros, en primer lugar, pero también por "el occidente" que quiere retratar a los musulmanes de una manera específica. Los musulmanes hablan mucho sobre la islamofobia. Soy testigo de eso de muchas maneras en mi día a día.

Después de ver esta reacción, me he preguntadosi es posible que el público abstraiga una perspectiva islamofóbica de esta película. Y no creo. Creo que la película es como una oración. Es una película muy pro Islam y anti Arabia Saudita. Si realmente ves la película, te das cuenta de eso. Pero si por el contario no la ves, es otra historia diferente que yo no puedo controlar.

¿Qué impacto práctico quieres que tenga tu película?

En esta película estoy asumiendo el poder de la monarquía más reservada e infame del mundo. De verdad creo en el poder que tienen los documentales narrativos para ser agentes de cambio social. ¿Seré capaz de crear una Primavera Árabe en Arabia Saudita? No estoy seguro. ¿Seré capaz de cambiar el hecho de que los estadunidenses sean muy cercanos a los saudíes? Probablemente no. Pero al mismo tiempo creo que esta película hará que las personas piensen distinto acerca de este país.

@rachsh

La siguiente proyección de A Sinner in Meccase presentará en el Outfest LGBT Festival de Cine en julio. Mira el tráiler aquí.