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Plaza de la República, dos meses después, ¿quién es todavía Charlie?

Sin lápices ni pancartas, un centenar de irreductibles se reunió en la plaza de la República, dos meses después de la gran marcha republicana que llegó a reunir a millones de personas. Media de edad: 60 años.
Photos VICE News / Julia Mourri

11 de marzo. Una fecha simbólica, dos meses después del día de la movilización del 11 de enero, que reunió a cerca de cuatro millones de personas en toda Francia. Un punto de encuentro también simbólico: la Plaza de la República, donde los parisinos se manifestaron de forma espontánea después de la masacre en las oficinas de Charlie Hebdo. Fue desde aquí que también partió la Marcha republicana en París.

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Son un centenar de personas que han acudido la llamada del Movimiento del 11 de enero. No hay pancartas ni lápices en alto, pero si un micrófono que pasa de mano en mano. Cada uno da su visión de la fraternidad.

"Cuando una catástrofe afecta a nuestro pueblo, es necesario que nos reunamos alrededor de cosas simples", nos explica el filósofo Patrick Viveret, este miércoles al caer la noche en la plaza de la República.

Este ensayista de 67 años ha contribuido, con su amigo el filósofo y erudito del Islam Abdennour Bidar, a dar apoyo la manifestación del miércoles 11 de marzo en la Plaza de la República en París para honrar a las víctimas de los atentados de enero y "celebrar la fraternidad".

Abdennour Bidar, Philosophe.

A las seis de la tarde, Benjamín, de 30 años de edad, ofrece un refrigerio en el centro de la plaza. Él es el fundador del Movimiento del 11 de enero, el grupo que organiza estas manifestaciones de solidaridad el 11 de cada mes. Su trabajo es ser militante, dijo. Trabaja para la plataforma de peticiones We Sign It y vende, entre otros, productos derivados de Charlie Hebdo en una web de ventas online. "El mes pasado, éramos sólo una treintena de personas en la plaza para cantar y dialogar: hoy somos tres veces más", dice entusiasmado.

A su vez, Abdemour Bidar agarró el micrófono para hablar de la fraternidad: "Esta es la que mejor aglutina nuestros valores, que va más allá de las divisiones y separaciones." Las palabras de una "Marsellesa fraternal por la Paz" empieza a sonar. Todos empiezan a cantar.

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Claire, retraitée.

Claire, jubilada, canta en voz alta: "Quiero recordar el mal rato que pasé el 11 de enero pasado," dice ella detrás de sus gafas de color rojo. No es seguro que vuelva a la concentración del próximo mes. "Yo esperaba que el público fuera más numeroso y sobretodo más diverso. Es como si la fractura fuera un poco más profunda", se lamenta. "Y es una pena que no haya más gente joven …"

A su alrededor, solo había gente con el pelo blanco. En dos meses, los "Charlies" han envejecido. Hay un puñado de estudiantes de secundaria en torno a la banda de música que cierra la manifestación. "Llegué aquí por casualidad, para ver como juegan mis amigos", dijo Aissa, de 17 años. De lo contrario, no habría oído hablar del movimiento, demasiada poca cobertura en las redes sociales. "No me arrepiento de venir: la iniciativa es genial", dice su amiga Felicia. "Pero el movimiento ha perdido fuerza," dice la joven, que se acuerda de la multitud que había en el mismo lugar tan solo hace dos meses.

Félicie, lycéenne.

19:30, nos vamos. En el monumento a la República, los mensajes de apoyo a Charlie Hebdo todavía están ahí, apilados unos sobre otros. Abdemour Bidar quiere seguir creyendo, "Estoy cansado de las consignas que llaman a luchar contra, quiero consignas que enseñen a luchar por un ideal, ahora."

Suivez Julia Mourri sur Twitter @DjulsMourri