No es fácil saber cuándo renunciar. ¿Cómo abandonas a esa banda sin futuro con la que llevas tocando desde los catorce? ¿Cómo dejas a ese novio o novia cuando ya terminaron los buenos tiempos? ¿Los 27 años es buena hora para dejar de vivir con tu madre?

Si te identificas con este tipo de problemas, entonces quizá entiendas un poco la situación de los dictadores en Medio Oriente. No saben cuándo renunciar. Así que haremos un favor a estas almas tristes y asediadas, y les presentamos una guía ilustrada con comentarios para ayudarles a tomar esta difícil decisión.

En sus corazones, saben que su momento ya pasó, pero los recuerdos alegres los hacen regresar: el coqueteo con las esposas del resto de los líderes del mundo; esas caminatas por los jardines presidenciales, absortos en sus delicados aromas; el poder sobre la vida o muerte de millones de personas… esa clase de cosas.

Estas fotos fueron tomadas durante las protestas del viernes en la calle Mansour, en El Cairo, con diez mil ingratos quejándose por la extraña muerte de 74 personas en un estadio. Algo que ocurre de vez en cuándo. Veamos:

1: Sabes que tienes que renunciar cuando un niño de diez años te detesta tanto que está dispuesto a asfixiarse arrojando armas con fuego contra tus sirvientes.

2: O rocas. Básicamente, una vez que la juventud te quiere ver muerto, es hora de partir.

3: También cuando la joyería de tus ciudadanos son los artículos con los que los has intentado matar.

4: Es hora de salir corriendo cuando este tipo (¡o cualquiera!) está dispuesto a pararse sobre un bloque de concreto, ahogándose en gas lacrimógeno, sólo para incitar a los demás a actuar contra tu gente.

5: ¿En verdad te quieres meter con ese tipo? No lo creo.

6: Es una mala señal cuando después de tres mil heridos en dos días, la gente sigue más enojada que asustada.

7: Gas lacrimógeno: siempre es un indicador de que las cosas no van bien.

8: La gente deja de pelear contra tu policía para llorar, y después regresan a pelear.

Al momento de escribir estoy hay tres muertos en El Cairo y cuatro en Suez.

Todos son buenos indicadores de que, si sigues en el poder, deberías irte. Siempre es un placer ayudar. Por cierto, un amigo es amigo de la hija de Sami Anan, el segundo general al mando aquí en Egipto. Al parecer ha dicho que, si esto continúa otra semana más, la junta militar va a renunciar. No lo creo, y probablemente tú tampoco deberías. Pero sería genial, ¿no?

Fotos y texto por: @tom_d_