Kirk Hammett, de Metallica, tiene demasiados esqueletos en su armario

Kirk Hammett empezó en la música en 1979, cuando formó la banda de thrash Exodus a los 16 años. En 1983 empezó como guitarrista principal de Metallica, tras la expulsión de Dave Mustaine (ahora en Megadeath). El músico de melena rizada es popular por sus riffs de infarto –como deja patente « Enter Sandman»-, unos potentes solos y las ocasionales incursiones de jazz y blues en el sonido Metallica, especialmente en la etapa de Load y ReLoad. Pero y siempre he asociado a Kirk con el terror del bueno. Ha publicado un libro en el que repasa su colección de artículos del género e incluso ha creado un acontecimiento entre festival y convención de terror, el Kirk Von Hammett's Fear FestEvil (Kirk Von Hammet es el sobrenombre que utiliza cuando está trabajando en el reino del terror).

Como entusiasta y coleccionista del género que soy, siempre le he seguido la pista a Kirk. Con Halloween a la vuelta de la esquina, decidí llamar al maestro del metal para charlar sobre el fandom del terror, el placer de haber visto Nosferatu 800 veces y sobre sus películas favoritas del género, nuevas y clásicas.

VICE: Empecemos por el principio. ¿Cómo empezaste en el mundo del cine de terror y a coleccionar artículos?

Kirk Hammett: Vi mi primera película de terror a los cinco años. Fue El día de los trífidos. Aquello era la «chicha» de las películas de horror. A los seis años empecé a comprar y a leer revistas sobre monstruos, en especial Famous Monsters of Filmland. Me guardaba el dinero que me daban para la merienda y me pasaba el día famélico con tal de poder comprarme cómics y revistas.

En tu colección también he visto muchos juguetes vintage. Empezaste a coleccionarlos desde pequeño o más tarde?

Es un poco extraño, pero cuando era niño coleccionaba cómics y revistas y también me entretenía mucho con muñecos de monstruos. La verdad es que no guardo ninguno de esos juguetes, porque solía reventarlos con petardos o prenderles fuego.

¿Cómo afectó a tu afición de coleccionar el hecho de empezar en la música?

La música llegó a mi vida y desplazó todo lo demás. Me obsesioné totalmente con ella y con tocar la guitarra, aprendiendo los entresijos del oficio. Cuando empecé a ganar algo de dinero, más o menos en la época de Ride the Lightning, volví a comprarme cómics y un montón de monstruos de juguete que no pude comprarme de crío. Luego vinieron las máscaras, las ilustraciones y los cuadros. Me sumergí por completo en todo aquello. Mi último vicio son los pósteres de películas. Me encanta coleccionarlos. Los gráficos son increíblemente bonitos, el diseño, el estilo… me parecen todos artículos de gran belleza. Así que, digamos que llevo 30 años como coleccionista en activo. Entre los 14 y los 23 años comía, respiraba y soñaba música, pero en algún lugar de mi mente seguía pensando en el terror. Eso sí, no dejé de ver películas ni de leer novelas del género.

¿Crees que existe alguna similitud entre la forma en que te metiste de lleno en la música y en el coleccionismo?

Claro. Soy totalmente obsesivo-compulsivo. En serio, para mí es como un trastorno mental. Sin embargo, no soy de los que colecciona cualquier cosa: soy muy, muy selectivo respecto a lo que entra en mi colección. Mucha gente se limita a comprar y comprar y comprar, sin ningún tipo de criterio. Yo no soy así. No soy completista ni quiero tener muchas cosas. No va conmigo. Lo que busco es que se reconozcan esos pósteres como las obras de arte que son. Sobre todo los de las décadas de 1920 y 1930, que eran lo más en cuanto a diseño gráfico. Hay un romanticismo en esos pósteres que se ha perdido en los que se hacen ahora. Tienen un toque exuberante y elegante que está un poco fuera de lugar porque, al fin y al cabo, están anunciando películas de terror.

¿Cuál es tu película de terror preferida? Para mí –y siempre me meto en problemas por esto- es Halloween III: El día de la bruja.

Me. Encanta. Esa. Película. Tío. Es tan rara… No tiene nada que ver con las dos primeras, y en parte esa es la razón por la que me gusta tanto.

A mí me obsesiona. ¿Hay alguna película que te obsesione tanto que no puedas dejar de ver?

Va cambiando según el momento. He visto Nosferatu unas 800 veces. El otro día vi El fantasma de la ópera, de Lon Chaney, con mis hijos y me quedé sorprendido porque la banda sonora estaba sincronizada con la película. Todavía tengo que ver la versión restaurada de Metrópolis. Como ves, ahora estoy más metido en la etapa del cine mudo. Cuando me preguntan por mi película favorita, suelo decir La Momia o La novia de Frankenstein. He visto las cuatro primeras de Frankenstein con mis hijos y debo decir que la primera es una obra de arte. Mantiene el ritmo de principio a fin. Tiene algo especial y todos los actores son fantásticos. Karloff está soberbio interpretando al monstruo.

Sonará un poco tópico, pero eso de que «ya no hacen películas de terror como antes» es cierto. No como en la época dorada del género.

Cierto, pero ahora también salen cosas muy buenas. Yo creo que las películas que salen ahora son mucho mejores que las de hace diez años. Me encantó Amigo Undead y una película que se me escapó cuando la estrenaron hace dos o tres años: Rigor Mortis. Y Wolf Cop, me encanta WolfCop. Y Lo que hacemos en las sombras; esa película es la hostia. Adoro esa película a muerte. También veo muchas de las películas nuevas, no puedo evitarlo.

Cuando salgo de gira, siempre me aseguro de tener material para ver. En casa no puedo porque mis hijos son aún demasiado pequeños para ver partes del cuerpo volando por los aires. Yo a su edad ya había visto partes del cuerpo volando por los aires y no me hizo mucho bien.

¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Estoy trabajando en un canal de YouTube de KVH [KVH son las siglas de Kirk Von Hammett], que va a ser un proyecto muy divertido. Voy a pasármelo de coña haciendo lo que siempre he querido hacer: ser presentador de un programa de terror. ¡Que conste que sois los primeros en saberlo! Todavía estamos trabajando en ello. Estamos en la fase de preproducción, pero la idea es lanzarlo para todo el público.

Traducción por Mario Abad.