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Sexo

A la mayoría de la gente no le gusta que el sexo dure mucho

Parece que todos tenemos muy claro cuanto tiempo de sexo es suficiente para nosotros. Y no es demasiado.
pareja sexo tatuajes
Igor Madjinca / Stocksy

Artículo publicado originalmente por Tonic Estados Unidos.

Durante casi una década antes de empezar a tener sexo, supe que el "mal" sexo tenía algo que ver con una falta de control por parte de los hombres que hacía que todo terminara demasiado rápido. A través de películas obscenas y el tipo de doble sentido típico de los programas nocturnos, deduje que, para un hombre, eyacular demasiado pronto era una gran torpeza. Esto fue años antes de que incluso experimentara lo que era la eyaculación para mí.

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Aunque lamenté amargamente no tener la oportunidad de ser malo en el sexo en la preparatoria, tuve bastante tiempo para asegurarme de que, llegado el momento, no me avergonzaría a mí mismo siendo un "eyaculador precoz". Y así, siendo un puberto de 14 años solitario pero con determinación, fui asertivo e inventé la contención extrema del orgasmo.

La contención extrema del orgasmo implica masturbarse o tener sexo hasta estar a punto de llegar al orgasmo y luego refrenarse, por lo regular varias veces, antes de realmente tener el orgasmo. Practiqué esto varias veces con la esperanza de un día ser una mejor pareja, pero pronto descubrí que eso también hacía que mis orgasmos fueran más fuertes y, a la vez, productivos. Sin embargo, a pesar de que así lo creía, de hecho no fui yo quien inventó la contención extrema del orgasmo.

Varios años después, llegó mi momento y de inmediato me avergoncé a mí mismo. Puse la música equivocada, me puse demasiada colonia y, extrañamente, me froté pasta de dientes en mis partes privadas a manera de juego previo. Sin embargo, no eyaculé hasta que habíamos escuchado Hey Jude, Revolution, Get Back y la primera mitad de Don't Let Me Down. Casi quince minutos del Past Masters Volume Two de The Beatles transcurrieron mientras teníamos sexo del bueno. Todo mi ingenio y arduo trabajo aparentemente habían valido la pena.

"Bueno, eso duró mucho más tiempo del que imaginaba", dijo mi más experimentada novia.

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Ahora me doy cuenta de que probablemente su comentario no tuvo la intención de ser un cumplido. Sin embargo, así lo tomé yo en ese momento y durante varios años, estaba seguro de que el satisfactorio acto sexual había durado quince minutos o más. Ciertamente me gustó que fuera así, por lo que utilicé esa medida de tiempo como punto de referencia durante años.

Estuve en un período particularmente promiscuo a mediados de mis 30 cuando comencé a notar que no siempre era apreciado que el sexo durara tanto. Ese mensaje realmente fue evidente cuando, durante una cita que tuve con alguien del sitio OkCupid, mi pareja en cuestión me dijo que "termina ya".

"Estoy usando condón", le dije.

"No", respondió ella, empleando el gesto circular de la mano que lo acompañaba. "Quiero decir, estoy bien".

Ahí estaba yo, esforzándome al máximo por extender la experiencia para nuestro mutuo beneficio mientras ella estaba más que satisfecha. Lo que ella sabía y yo no, era que ingenuamente yo había sobrepasado lo que Lawrence Siegel, terapeuta sexual clínico radicado en la Florida, denomina como "Goldilocks range" [el rango ideal], un período de duración del sexo que la mayoría de las personas describiría como el adecuado.

"La mayoría de las personas, independientemente de su edad, género u orientación sexual tienen un límite superior e inferior para la satisfacción sexual", me dice. “El 'rango ideal' es de entre ocho y trece minutos, que por lo general se considera el momento más satisfactorio. A pesar de lo que la mayoría pueda pensar, las personas rara vez van más allá de eso".

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Este rango está respaldado por un estudio de 2008 en que terapeutas sexuales de EU Y Canadá hicieron una encuesta sobre lo que se consideraría como un encuentro sexual demasiado corto, demasiado largo e ideal, basando su trabajo en miles de pacientes durante varias décadas.

Siegel agrega que la cantidad promedio de tiempo que las personas realmente pasan teniendo sexo pene-vagina o pene-ano es de cinco a ocho minutos. Este es un rango respaldado parcialmente por una investigación que incluye un artículo de 2009 que buscaba cuantificar el tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal o (IELT). Los investigadores utilizaron un temporizador oculto para medir el tiempo que les tomaba a hombres de cinco países distintos (Países Bajos, Reino Unido, España, Turquía y EU) llegar al orgasmo y eyacular después de insertar su pene en la vagina. Ese es el IELT. El uso del condón y la circuncisión también fueron tomados en cuenta, mientras que el juego previo no fue cronometrado y el estudio no incluyó a parejas del mismo sexo.

Los investigadores descubrieron que los hombres de Turquía tenían el IELT más corto (4,4 minutos), mientras que los hombres de Gran Bretaña tenían el más largo, alrededor de diez minutos. La mediana fue de unos seis minutos o dos minutos menos que el comienzo del rango que la mayoría de las personas considera el extremo inferior de la duración del sexo satisfactorio.

Cuando le pregunté a Siegel por qué el IELT resultó ser más corto que el tiempo que la mayoría de las personas consideran sexualmente satisfactorio, me explicó que los hombres están biológicamente predispuestos a eyacular relativamente rápido con el coito, y que la mayoría de los demás animales también lo están. "Durante el coito, el macho en general es más vulnerable, por lo que existe el imperativo biológico de depositar la semilla y salir de ahí lo más pronto posible", aunque agrega que este "remanente evolutivo" puede ser superado.

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A diferencia de otros animales, los humanos pueden tomar el control de sus patrones de excitación, especialmente porque la mayoría de nosotros tenemos relaciones sexuales en interiores y no a la vista de otros depredadores. De hecho, Siegel dice que es imperativo que la pareja en conjunto aprenda cómo establecer una conciencia y comprensión de sí mismos y del otro para realmente aprender a estar en sintonía entre sí.

Tiene que haber algo de realidad en la idea de que las respuestas sexuales de hombres y mujeres no están bien alineadas. Después de todo, fueron las referencias frecuentes a que hombres y mujeres están mal sincronizados lo que me había puesto en el camino de ser un maratonista sexual.

Es decir, solo ve esta gráfica, difundida por la Universidad de California en Santa Barbara, que muestra los ciclos de respuesta sexual de hombres y mujeres. Claramente, demuestra que el hombre alcanza el clímax antes que la mujer; además, muestra que el orgasmo de la mujer podría ser el primero de muchos, mientras que el pene del hombre inmediatamente después del orgasmo pasa a un estado de inactiva flacidez. Y además está esa estadística que había leído una y otra vez: en promedio, las mujeres requieren alrededor de veinte minutos de actividad sexual para tener un orgasmo.

"Entonces, la verdadera historia es que esos supuestos veinte minutos no se basan en investigación", dice Rob Perkins, cofundador de sitio web OMGYes, una organización que realiza estudios representativos a gran escala y a nivel nacional sobre los aspectos específicos del placer sexual. "El placer sexual no recibe fondos para investigación, por lo que los mitos y la desinformación se transmiten y repiten sin ser comprobados".

Escribiendo para Medium, la colaboradora regular de Tonic Suzannah Weiss se puso a investigar de dónde salió esa cifra de los veinte minutos y llegó a la conclusión de que fue o de entrevistas realizadas por Alfred Kinsey y publicadas hace 65 años en su libro Sexual Behavior in the Human Female, datos del sucesor de Kinsey, Paul H. Gebhard, sobre la duración del juego previo al coito; o lo más probable es que simplemente lo inventaran y lo repitieran tanto y con tanta frecuencia que adquiera la apariencia de verdad.

En su historia, Weiss también cita un metaanálisis de 32 estudios sobre el tema escrito por la profesora de la Universidad de Indiana, Elisabeth Lloyd. Lloyd descubrió que solo una de cada cuatro mujeres cisgénero tiene orgasmos consistentemente a través del coito y comenta que ya que muchas de estas mujeres podrían estimular sus clítoris durante el coito, es probable que esa cantidad sea todavía menor.

Una conclusión derivada de esa valiosa información es que la duración de la relación sexual es solo uno de los muchos factores que pueden afectar el hecho de que una experiencia sexual sea satisfactoria o no, no solo para las mujeres cisgénero, sino para todos. "Creo que gran parte de nuestra satisfacción sexual proviene de lo que hacemos y compartimos antes y después del coito", dice Siegel.

Supongo que estamos obsesionados con la duración correcta del sexo porque los chistes y epítetos relacionados con llegar al orgasmo demasiado pronto son más fáciles de escribir que los relacionados con la incapacidad de conocer las preferencias de nuestras parejas, nuestros pocos esfuerzos en los juegos previos, nuestra ignorancia sobre anatomía, nuestra incapacidad para hacer que nuestras parejas se sientan deseadas, o el hecho de que a veces tenemos sexo sin ninguna inspiración. Afortunadamente, aquí puedes encontrar una guía sobre cómo mitigar tales impedimentos para lograr la satisfacción sexual.