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el mundo se consume en dinero

El color del dinero: La previa del Manchester City vs. Chelsea

En la previa de la Premier League, nos adentramos en el partido de los petrodólares y cómo su significado ha cambiado en los últimos años.
PA Images

Siempre que el City se enfrenta con el Chelsea en la Premier League, el partido se asocia con la materia prima. El Chelsea fue originalmente el "nuevo rico" de la liga, el Manchester City el imitador y, como suele pasar con aquellos que se hicieron ricos de la noche a la mañana, el Chelsea miraba feo a su competidor, mientras al mismo tiempo era despreciado por los demás equipos. No hay duda que había una o varias razones válidas para odiar a estos dos clubes, y no sólo por las consecuencias económicas de sus inversiones monetarias instantáneas que inflaron los precios de las transferencias a niveles inimaginables. Con esto dicho, también existía una ligera envidia de parte de aquellos equipos que se habían colocado como los caballos negros de la competición. Los críticos más severos del Chelsea y City sintieron que el juego se había inclinado a su favor injustamente, pero la mayoría de los fans rivales —por más que detesten aceptarlo— habrían dado un brazo y un ojo por tener la riqueza de estos dos.

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La narrativa habría sido muy diferente si el Chelsea y City se hubiesen enfrentado en lo más alto de la tabla en los días febriles de finales de los dos mil, pues se habría dicho que el dinero los había puesto ahí. Sin embargo, en la actualidad la influencia de los petrodólares rusos del Chelsea y las reservas de crudo del City han disminuido de alguna forma, en parte por las regulaciones en las Finanzas del Juego Limpio y en parte por el absorbente carácter del gigantesco acuerdo televisivo de la Premier League valorado en 5.14 mil millones de libras. Aunque esto parezca una desventaja para ambos clubes, el fenómeno está acompañado por una aceptación mayor, o al menos con menos voluntad para ignorar el despilfarro vergonzoso que ha sido necesario para impulsarlos hacia la cima del futbol mundial. También significa que es más probable que sean juzgados por sus méritos.

En cuanto a méritos se refiere, el Chelsea las tiene de ganar este fin de semana, ya que son líderes del torneo y visitarán el estadio Etihad con una racha ganadora de siete partidos en liga. Mucho se ha hablado del ajuste técnico de Antonio Conte, quien regresó a su habitual parado 3-4-3, y el éxito que ha tenido para un equipo que, en septiembre, fue desmantelado por completo en el estadio Emirates jugando con una línea defensiva de cuatro. Aunque el City será, posiblemente, la mejor prueba para la nueva alineación, la libertad que le ha otorgado a jugadores como Victor Moses, Marcos Alonso y Eden Hazard es muy evidente. Por su parte, el Manchester City ha dado buen espectáculo de vez en cuando, pero en sus últimos partidos apenas ha logrado salir victorioso ante Crystal Palace y Burnley, al igual que un empate con Middlesbrough, lo cual no está ni cerca de lo que se esperaba de Pep Guardiola considerando lo que hizo en el Barcelona.

Conte o Guardiola, no importa quién se lleve el triunfo el sábado, el resultado podría cambiar la balanza de poder rumbo al título de liga. Tal vez nos encontremos a un tercio de la temporada, pero este tipo de partidos suelen ser decisivos al final de la misma. Luego de las secuelas que dejó el Leicester el año pasado, nunca ha habido una mejor oportunidad para que un gigante de la Premier construya su propio legado. Gana la liga y la recompensa será infinita. Al final de cuentas, como es de esperarse, todo se reduce a una cuestión monetaria.