Los ingleses ya no quieren tomar té en bolsa

No lo niegues, a pesar de la fastidiosa marca de patriotismo, con banderines de Inglaterra y el pastel de bizcocho, que inspira y la atracción por un shot de expreso doble, disfrutas de una buena taza de té. Dos cucharadas de azúcar (bueno, tres), leche al final y la tasa de Garfield rota que escondes cuando llegan visitas –¿Existe acaso una trifecta más perfecta de bebida caliente

Tal vez no, pero esto no ha impedido que el estatus del té como bebida nacional de Gran Bretaña esté en peligro. Un nuevo informe de la agencia de investigación de mercado, Mintel, afirma que el volumen de ventas británicas de té se han reducido en un 22 por ciento en los últimos cinco años y prevé una nueva caída en las ventas de 68.7 millones de kilogramos en 2020, en comparación con los 97 millones de kilos vendidos en 2010.

¿Qué pasó, Gran Bretaña? ¿Tu amigo barista Melbourne te hizo su café frío flat white especial y ahora te crees mucho como para un té con leche y azúcar?

Bueno, algo así. El informe de Mintel señala que mientras que las ventas de bolsas ordinarias de té café cayeron un 13 por ciento entre 2012 y 2014, las ventas de tés de frutas y hierbas aumentaron en más del 30 por ciento y el té verde en un 50 por ciento durante el mismo período. Los encuestados dijeron que lo que los impulsó a comprar estos tés alternativos fueron sus "cualidades para mejorar el estado de ánimo", el 43 por ciento de ellos creía que su consumo podría afectar el estado de ánimo.

Pero, como bien sabe cualquiera que se haya pasado su desayuno con un sorbo de Yorkshire Tea, una bebida estándar también puede mejorar mucho el ánimo.

El atractivo decreciente del té tradicional también podría deberse al nuevo interés de Gran Bretaña en el #cleaneating. Casi la mitad de los bebedores de té verde cuestionados por el informe dijo que lo hicieron por razones de salud (¿hay alguna otra razón para tomar algo del mismo color que el agua del estanque?) La analista de comida y bebida de Mintel, Emma Clifford, también señala que la creciente cultura "de aficionados a la comida" del país pudo causar que los consumidores eligieran "alternativas más interesantes" al té estándar, pues dice que la gente lo aleja por su "imagen bastante aburrida".

Tal vez tenga razón. A menos que tengas una pasión como la de la señora Doyle por el líquido color café, el té estándar no es muy interesante, especialmente si se compara con una taza de matcha en Instagram.

El nuevo entusiasmo de Gran Bretaña por las opciones saludables también ha afectado a la popularidad de los compañeros de toda la vida del té, las galletas y el pastel. Mientras que el 86 por ciento de los encuestados dijo que el té era un buen acompañamiento para tales productos horneados, el informe encontró que el volumen de ventas de galletas dulces cayó de 451 millones de kilogramos en 2009 a un estimado de 413 millones de kilogramos en 2014, con muchos diciendo que bajaron el consumo de galletas debido al alto contenido de azúcar.

"Es ampliamente aceptado que el té es un buen acompañamiento para las galletas y los pasteles. Dado el susto por el azúcar, sin embargo, y que el uso de este tipo de golosinas está en declive, esta fuerte asociación podría haber tenido un impacto negativo en el mercado del té", agregó Clifford.

Si bien la investigación de Mintel pinta un panorama bastante sombrío de los hábitos de beber té en Gran Bretaña, la bebida todavía parece tener un lugar importante en la conciencia de muchas personas. Según el informe, las principales cualidades con las que la gente asocia una taza de té tradicional son "tradicional", "refrescante" y "reconfortante".

¿Tus elegantes tés de frutas son tradicionales? ¿De verdad te sientes renovado después de una malteada de Kombucha fermentada? ¿Y qué hay exactamente de reconfortante sobre la compasiva mirada de tu barista cuando te toma la orden de un Americano con leche de almendras (con caramelo extra).

No olvides tus raíces, Gran Bretaña.