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Jonah Lomu, leyenda del rugby, muere a los 40 años

Jonah Lomu, uno de los jugadores más grandes en la historia del rugby, falleció ayer a los 40 años de edad.
Lomu breezes past England's Tony Underwood during the '95 World Cup | PA Images

El día de ayer, Jonah Lomu, uno de los mejores jugadores de rugby y atletas de todos los tiempos, falleció en Auckland. Había pasado el último mes de su vida con su familia en Inglaterra, viendo cómo sus queridos 'All Blacks' se convertían en el primer equipo en la historia en retener la Copa del Mundo.

Lomu tenía un talento peculiar que impulsó el rugby —un hombre cuyo legado y absoluto resplandor elevó este deporte al escenario internacional—. Sin el carisma y gran corazón de Lomu, no habría un Richie McCaw, o Dan Carter; habría un rugby diferente. Lomu definió lo que significaba ser un jugador de rugby —jugar con habilidad, pasión y deseo, pero, sobre todo, siempre mostrar respeto. Se había dedicado a predicar esta filosofía a los jugadores jóvenes desde su retiro en 2002.

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Un feroz anotador de tries, Lomu es el sexto anotador histórico de Nueva Zelanda y quien posee el récord de más tries en Copas Mundiales con un número astronómico de 15 anotaciones en solo dos torneos. Su partido más famoso se dio frente a Inglaterra en la semifinal de la Copa Mundial de 1995, la cual arrancó con él recogiendo el balón con su espalda hacia la línea de gol antes de voltearse y hacer un sprint, al parecer desafiando las leyes de la física, a través del inglés Mike Catt. Ese era Lomu: un hombre cuyo estilo de juego parecía, en ocasiones, pertenecer a otra dimensión y estar por encima de todos los jugadores.

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Un atleta portento de niño, el joven Lomu dominó el panorama junior en Wesley College, donde una imagen circulando en la web lo muestra arrebatando los 100m, 100m con obstáculos, 200m, 400m, lanzamiento de bala, lanzamiento de jabalina, salto de longitud, salto de altura, y triple salto, en 1989.

Lomu también prestaría su nombre para uno de los videojuegos de rugby más amados de todos los tiempos, "Jonah Lomu Rugby", que ayudó a establecer aún más este deporte en las mentes de una nueva generación.

Pero en circunstancias como estas, es más importante enfatizar al hombre detrás del deporte. Lomu era catalogado, por aquellos que lo conocían mejor, como un humano extraño que era tan genuino como se veía —su buen amigo Polly Gillespie subió una publicación anoche donde cuenta cómo Lomu llegaba a su casa en la noche "con una gran cena y regalos para los niños."

Aún más sorprendente es la historia de la enfermedad que Lomu combatió en toda su carrera y su vida después de ésta. Diagnosticado con síndrome nefrótico, un extraño trastorno renal, antes de la Copa Mundial del 95', Lomu jugaría para los 'All Blacks' por siete años. Fiel a su reputación, combatió el trastorno con paciencia y buena actitud.

En 2004, recibió un trasplante, pero en 2011 su cuerpo lo rechazó. En los últimos años, había recibido transfusiones sanguíneas cada tercer día, un procedimiento que por lo general dura seis horas. Nunca se quejó. "Así es", recientemente declaró a The Telegraph, "hay un límite de películas que puedes ver, de correos que puedes contestar. No dejo que me ponga mal. Todos tienen sus altas y bajas. Para mi, levantarme nunca ha sido una lata ."

A Jonah Lomu le sobreviven su esposa y dos hijos. Tenía 40 años.