Todas las fotos son tomadas por el autor"Yogur, queso parmesano, jugo de naranja y avena", comenzó a enumerar la instructora médica Fay Johnson, mientras mezclaba en un balde los ingredientes para simular vómito. "Le pondremos un poco de sangre falsa para darle color".Johnson estaba preparando su brebaje para el último día de pruebas médicas del más reciente curso de Reporters Instructed in Saving Colleagues (Reporteros Instruidos en Salvar Colegas, RISC) en Turín, Italia, que se llevó a cabo la última semana de julio.
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Las zonas de conflicto son peligrosas para todos los periodistas pero, a decir verdad, quienes están en mayor riesgo son los freelancers.La mayoría no tiene dinero para tomar cursos médicos o sobre entornos hostiles y, a diferencia de los periodistas que hacen parte de la redacción de un medio, cuando van a zonas calientes carecen de un seguro con buena cobertura.Los cursos de RISC les ofrecen a los periodistas y fotógrafos freelance un entrenamiento intensivo de cuatro días de servicio médico en el campo de batalla. El curso enseña cómo tratar todo, desde la picadura de una abeja hasta heridas de explosiones. Casi 300 freelancers lo han tomado en Nueva York, Londres, Nairobi, Kiev y Kosovo desde su primera edición en 2012.RISC fue fundado por el periodista Sebastian Junger, después de la muerte de su colega Tim Hetherington, quienfue herido mortalmente en un ataque de mortero en Misurata, Libia, mientras fotografiaba la rebelión contra Gaddafi en 2011.En un evento conmemorativo en Londres, Junger descubrió que la herida que lo mató podría no haber sido fatal si quienes lo acompañaban hubieran tenido entrenamiento médico. En una entrevista con la revista Outside, en 2012, Junger dijo que después de escuchar eso, decidió empezar el programa de entrenamiento médico "para freelancers, y sólo freelancers", ya que "son los que más hacen reportería de combate. Son los que corren mayor riesgo… son los que menos reciben y quienes tienen menos recursos dentro de la industria mediática".
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Agregó que aunque las aseguradoras insisten en que las grandes corporaciones de noticias mandan a sus reporteros de campo a cursos sobre entornos peligrosos, los precios son demasiado altos para mandar a los freelancers. "Pensé que esto tenía que cambiar, que debíamos hacerlo gratis y nos la arreglamos para lograrlo".
En el entrenamiento en Turín, los participantes asistieron a charlas y aprendieron técnicas de supervivencia. Por ejemplo, se les indicó cómo hacer una reanimación cardiopulmonar o poner un torniquete. Hicieron pruebas en las que se simulaban emergencias médicas y aprendieron cómo dar primeros auxilios mientras aseguraban su propio bienestar. Los aprendices fueron entrenados para tratar a cualquier persona que necesitara atención médica con precaución, y a identificar si el mecanismo de la herida permitía empezar o no el tratamiento con el paciente. Los simulacros se enfocaron en diferentes estrategias para comunicarse con los pacientes y evaluar sus heridas.En el último día, los alumnos pusieron a prueba todo lo que aprendieron en un simulacro de múltiples víctimas. El sonido de los disparos y las explosiones estalló desde unos parlantes, y los instructores lanzaron bombas de humo y petardos para simular el estrés de una zona de combate."¡Se está desangrando! ¡Detengan el sangrado!", gritó Sawyer Alberi, la instructora líder, mientras derramaba sangre falsa sobre un muñeco de entrenamiento médico para simular una hemorragia repentina. Algunos periodistas se agacharon para aplicarle un torniquete mientras el líquido rojo se empozaba en sus pies. Después de que los muñecos fueran ubicados en un espacio seguro, un instructor vestido con una burka salió corriendo y gritando, mientras empujaba a los periodistas que todavía trabajaban para estabilizar a sus pacientes. Para el final del simulacro, los periodistas respiraban con dificultad, y estaban cubiertos de barro y fluidos corporales falsos.
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Hablamos con algunos de las participantes del curso para conocer su experiencia.
Sawyer Alberi, Jefe de instructores de RISC
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Lo que intentamos hacer [con RISC] es dar lo básico en primeros auxilios los primeros dos días, y luego ir al extremo y presionarlos con todo lo que podamos. Esto incluye usar mucha sangre, pues es muy visual, es resbalosa y difícil de manejar. Gastamos muchos galones de sangre falsa en el último día. Todo el que salga de estos cursos necesita tener la seguridad de que puede hacer lo que le enseñamos bajo condiciones de estrés extremo.Estos periodistas han sido atacados con gas, les han disparado. He estado haciendo cuentas y creo que un 22% ha sido secuestrado. Esto me inspira a hacer el mejor trabajo posible por estos periodistas, ellos están arriesgando su vida.
Federico Ríos, Fotógrafo colombiano
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Los ejercicios y el entrenamiento están muy bien planeados. Tal vez desde afuera esto puede ser complicado de entender, pero cuando estás ahí con tu compañero estás completamente concentrado en lo que haces e intentas llevarte al límite porque sabes que tendrás que usar estos conocimientos para salvar a un colega. El último ejercicio es un poco impactante porque hay humo, sonidos de guerra y gente corriendo y gritando. Súmale toda la sangre falsa. Pero eso es bueno porque te pone en una situación realista.
Andrew Esiebo, Fotógrafo de Nigeria
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Con RISC fue la primera vez en la que fui consciente de cómo lidiar con todo tipo de problemas. El entrenamiento fue bastante riguroso e intenso; nos levantamos todos los días para simulacros y pruebas, todo en una atmósfera de guerra y tensión. Uno se imagina en esa situación y se siente como en medio de una guerra.
Gabriele Micalizzi, Fotógrafo italiano
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Mira más fotos del entrenamiento de RISC abajo.Daniel Tepper es fotógrafo freelancer y periodista. Hizo su entrenamiento de RISC en 2013. Puedes seguirlo en Instagram y Twitter.
Los fotógrafos Andrew Esiebo, de Nigeria, y Federico Ríos, de Colombia, cargan un maniquí accidentado, usando un arnés improvisado hecho con una correa de nylon.