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Así es currar como

La pesadilla de trabajar probando videojuegos

Hablamos con un "beta tester" mileurista y con contratos temporales. Juegos casi injugables y mucha presión en oficinas con jerarquía estricta son la realidad de esta (aparentemente) divertida profesión.

Imagen vía Flickr

Una innegable y dolorosa verdad para la gran mayoría de los humanos es que hay que trabajar para sobrevivir. Llega un momento en la vida de todo hombre en el que uno debe preguntarse a qué se quiere dedicar y, aunque elijas aquello con lo que más disfrutas, no olvides que trabajar incluye hacer algo aunque no te apetezca en ese momento y del modo en el que tu jefe o cliente te lo pida. Si creías que el trabajo de probador de videojuegos era una excepción, estabas equivocado. Entrevistamos a un beta tester para que nos cuente la realidad de este trabajo, que nada tiene que ver con tu sueño de que te paguen por echarte una partida con los colegas.

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VICE: ¿Cómo empezaste a trabajar de probador de videojuegos?

Atila Bolivio: Llevaba meses trabajando de cosas que no me llenaban y entonces pensé en todo el tiempo que iba a dedicar al trabajo en mi vida. Me di cuenta de que quería hacer algo que me motivase y lo que siempre me ha gustado son los videojuegos y la música. Comencé a investigar en las páginas web de las empresas y una de ellas estaba buscando gente.

¿En qué consiste exactamente tu trabajo?

Existen dos ramas: certificación y localización. Yo hago localización. Todos los juegos se desarrollan en inglés o japonés y al llevarlos a otros idiomas, al llevarlos a otras localizaciones (de ahí el nombre), surgen siempre problemas de traducción. Los juegos no se dan a los traductores por miedo a que se filtren, solo reciben las frases sueltas sin contexto y eso da lugar a muchos errores que después los localizadores debemos encontrar.

¿Qué cualidades exigen las empresas para contratar a un beta tester?

En primer lugar es necesario tener muy buen nivel de inglés ya que toda la comunicación se hace en este idioma. También está bien que hayas jugado toda la vida y que puedas aprender rápido. Por ejemplo, en un juego de peleas, si tienes que probar ciertos archivos de sonido que solo salen cuando haces un determinado combo, tienes que hacerlo, por muy difícil que sea, para comprobar que no hay errores. Pero no es mejor probador el que juega mejor sino el que tiene la creatividad suficiente para saber en qué situaciones se podrá encontrar el usuario final. Tienes que pensar en cosas que podrían pasar, por muy raras que sean, y ver qué sucede.

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Muchos se imaginan a un tipo en un sótano rodeado de cajas de pizza y los ojos enrojecidos. ¿Es así?

Eso no existe. Vas a una oficina donde hay unos jefes y una jerarquía estricta y, cuanto más grande es la empresa y el proyecto, más grande es el equipo y más presión hay. Cuando estás probando un videojuego no estás jugando, estás trabajando. Es difícil diferenciar desde fuera cuando estás jugando una partida por placer o por curro, pero al final del día tienes que enviar un informe de lo que has encontrado y, si pierdes el tiempo, se nota. Hay muchísima competitividad. No solo porque haya muchísima gente que quiera ser probador de videojuegos, también entre los compañeros del mismo proyecto existe competitividad.

¿Cómo es la relación con los demás probadores?

Nos dividimos por equipos de idiomas pero también se fomenta la comunicación entre equipos. Cuando encuentras algo pasas a ser en muchos casos el responsable de ese bug y debes comunicárselo a los equipos de los demás idiomas para que comprueben si también les ocurre lo mismo en su idioma. Todo eso después se comunica al estudio de desarrollo y, cuando se cierra la sesión de testeo, ellos se dedican a arreglar esos bugs. Muchas empresas tienen sedes en diferentes puntos del mundo de tal forma que tú testeas desde aquí y cuando acaba tu jornada empieza en la otra punta del mundo la de los desarrolladores que corregirán los errores que has encontrado. Es un proceso que nunca se para.

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¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?

Me gusta porque es trabajar con videojuegos y es un mundo que me encanta, pero no se disfruta. Si es un juego que no te gusta, estás jodido, y si es un juego que te gusta, lo acabarás odiando. En general está mal pagado, un probador de videojuegos suele ser mileurista y normalmente se trata de contratos temporales que no te garantizan una estabilidad, nunca sabes si te volverán a llamar. Además, como el juego está en desarrollo mientras lo estás probando a veces trabajas con juegos que son casi injugables. Si empiezas el testeo en las primeras fases se te cae cada poco, hay cosas que no ves…

¿Qué es lo peor que le puede pasar a un probador de videojuegos?

En los juegos con anclaje a la realidad (deportivos sobre todo) suele haber marcas metidas en el proyecto. Estas envían un guideline en el que especifican cómo deben aparecer sus productos. Si se te pasan errores relacionados con ese guideline se puede liar una buena…

Cuando llegas a casa después de un duro día de trabajo, ¿te echas una partida?

Todos los hobbies son divertidos hasta que los conviertes en trabajo. En las épocas en las que pruebo videojuegos, cuando llego a casa lo que me apetece es despegar los ojos de la pantalla y olvidarme. Después, en el periodo entre proyecto y proyecto, sí que vuelvo a jugar por placer.