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Música

Sacamos a los Franz Ferdinand de la piscina en Medellín

Antes de su toque en el Breakfest y de estallar en Bogotá, interrumpimos un chapuzón de los FF para hablar sobre la independencia de Escocia, algunas bandas subvaloradas y el futuro de la música en internet.

El entrevistador con Bob y Paul después del chapuzón.

Franz Ferdinand aterrizó en Colombia este fin de semana por segunda vez en su carrera. La banda escocesa cerraba en Medellín y Bogotá la gira de su cuarto álbum, Right Thoughts, Right Words, Right Action. Hablamos con ellos sobre la independencia de Escocia, grupos infravalorados y del futuro de la música en internet.

Y luego, claro, fuimos a escucharlos.

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Una muchedumbre se congrega en la recepción del Hotel Dann de El Poblado, en Medellín. Varios jóvenes hacen cola para registrarse mientras otros los acechan para tomarse con ellos la fotico de rigor. Los primeros, son algunos de los músicos que participan en la segunda edición del Breakfest, celebrado en la noche del cuatro de octubre. Los segundos, los pocos fans que han averiguado dónde se hospedan sus ídolos. Entre la multitud no encuentro a cuatro británicos que dicen ser portadores de las palabras correctas en su último disco. No hay rastro de Franz Ferdinand.

“Perdóname, colega”. Dee McLoughlin, manager de la banda escocesa, se excusa por teléfono desde la habitación 1112. “No habían concretado cuándo llegabas, así que los muchachos bajaron a la piscina. El clima de Medellín no es como el de Glasgow”.

Diez minutos después, estoy sentado en el bar del hotel con Bob Hardy, el bajista de la banda. Bob se sienta tranquilo en su silla sin quitarse las gafas de sol. Apenas intercambiamos algunas palabras de su gira latinoamericana cuando se une a la conversación el baterista, Paul Thompson, el único de los cuatro que nació en Escocia (Glasgow, 1976). Thompson es escocés a todas luces: extremadamente feo y extremadamente amable.

Con Paul, ya tengo delante a la mitad de Franz Ferdinand. Ellos y la otra mitad (Alex Kapranos, guitarra y voz, y Nick McCarthy, guitarra) se juntaron en 2001 con el único fin de hacer rock bailable. Llevan un año dando vueltas al mundo con su cuarto álbum, Right Thoughts, Right Words, Right Action. Colombia es su última parada antes de volver a Escocia.

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Colombia cierra el tour latinoamericano de Franz Ferdinand. ¿Cómo los trata esta parte del mundo?

HARDY: Nos encanta. Venimos de tocar en Argentina, Brasil, Uruguay y Chile. El público latinoamericano es el mejor del mundo. Esta es nuestra segunda visita a Colombia y estamos ansiosos por hacer que Medellín y Bogotá se agiten.

THOMPSON: Yo estoy disfrutando mucho esto, aunque estoy mamado de comer carne… entre Uruguay, Brasil, Argentina y ahora Colombia… no creo que pueda cagar en una semana.

Ya visitaron Bogotá en 2010. ¿Qué tal Medallo? 

THOMPSON: En “Medalín”… ¿cómo carajo se pronuncia esto?… es nuestra primera vez. La vista del valle desde el aeropuerto me dejó deslumbrado. Y el clima es una locura. Vivo en Glasgow y creo que podría acostumbrarme a tener este clima todo el año.

Con los conciertos de Medellín y Bogotá terminan la promoción de Right Thoughts, Right Words, Right Action,  su cuarto álbum de estudio. En el  disco parece recuperarse la versión más indie de Franz Ferdinand, y se introducen temas más melódicos. Han pasado cuatro años desde el disco anterior (Tonight: Franz Ferdinand). ¿Tenían que tomarse un descanso para hacer algo más fresco?

THOMPSON: No fue tanto descanso. ¡Al menos no lo suficiente para mi! Tengo mis responsabilidades. Tengo familia y un perro que da mucho que hacer. Después del tercer álbum pasamos una eternidad girando. Terminamos muy quemados después de Tonight.

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HARDY: Nos llevó un buen rato hacer el disco, pero quedó buenísimo. Es un álbum muy completo y que se disfruta mucho en directo. Particularmente canciones como “Stand on The Horizon” y “The Universe Expanded”.

Muchos coinciden en que RTRWRA es el mejor álbum de FF.

HARDY: ¿En serio? Supongo que sí. Yo que sé. Lo que se es que disfruto mucho tocándolo en directo.

THOMPSON: De acuerdo. Además, nos salió sin ningún esfuerzo. Es el álbum que más hemos disfrutado grabando. Nos han crecido las ganas de volver al estudio de grabación después de esto.

Entonces, ¿hay más Franz Ferdinand después de este álbum? El cierre con “Goodbye Friends and Lovers” suena absolutamente a despedida.

HARDY: Para nada. Entramos a grabar en el estudio el mes que viene…

THOMPSON: Vamos a grabar una colaboración, nada exclusivo de FF por el momento. Pero no quiero pensar que este vaya a ser el último álbum de la banda. Aún menos querría que trabajáramos en un álbum de aniversario o un recopilatorio. Eso suena a rendirse y aceptar que no vas a ser capaz de hacer nada mejor.

¿Qué hacen los miembros de una banda como FF en cuatro años sin sacar otro disco?

THOMPSON: Juro que no da tiempo para casi nada. Como digo, la gira anterior fue demasiado larga. Por mi parte, hace poco grabé un disco casero con un tipo llamado Richard Youngs. El man es todo un personaje. Básicamente, cuando tiene una idea, la toca y la graba sin pensárselo. Es totalmente… ¿cuál sería la palabra para eso, Bob?

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HARDY: Eh… no estaba escuchando, la verdad.

THOMPSON: Cuando alguien simplemente toca algo improvisado y lo graba… y hace un disco.

HARDY: ¿Impulsivo?

THOMPSON: Impulsivo, si. Youngs es un loco impulsivo. Él, mi amigo Luke y yo nos juntamos para hacer música juntos. Luke tiene una colección de sintetizadores y decidimos grabar un álbum inspirado en clásicos house de Chicago. Es algo muy interesante como actividad extra-curricular.

HARDY: Yo tengo más que suficiente con FF. ¿Te parece poco? Estoy trabajando en alguna cosa por mi cuenta, pero nada que me apetezca contar ahora.

¿Quién viene detrás de Franz Ferdinand?

THOMPSON: ¡Si Franz Ferdinand tuviera un sucesor, creo que no querría oírlo nunca! Pero hay cientos de bandas buenas en este momento, cada una siguiendo su estilo.

HARDY: Yo tampoco puedo hablar de sucesores de FF, pero sí de artistas que nos gustan mucho. Me encanta Michael Holt, de Montreal. Y The Crawlers, del sur de California. Ah… y Rats on Rafts, de Rotterdam.

THOMPSON: Sí, Rats on Rafts son excelentes… y están subvalorados.

La juventud de Escocia le ha sacado el dedo a la madre Inglaterra.  ¿Qué dice una banda escocesa formada por ingleses de esto?

THOMPSON: La semana anterior al referéndum de independencia dimos un concierto, apoyando la movida. Fue una semana increíble. Glasgow se llenó de banderas y cánticos. No soy un gran fan de los movimientos con banderas estilo “nazi” pero fue bonito ver como la ciudad se movilizaba, se sentía un tipo de revolución. Esa semana me olvidé de la ciudad fea y solitaria que puede ser Glasgow… y por una milésima de segundo nos creímos que podía ganar el SÍ. Así que luego, cuando ganó el NO, fue una gran mierda. Fue algo muy difícil de digerir. Por suerte nos fuimos de gira al día siguiente, eso te ayuda a olvidar más deprisa.

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Hablando de revoluciones, hace cien años que mataron al archiduque Franz Ferdinand y eso motivó la primera guerra mundial. ¿Necesita la industria musical una revolución?

HARDY: Creo que todo se está dando como tiene que darse. Hay música interesante ahí afuera, sólo hace falta buscarla. Internet nos ha dado acceso ilimitado a toda clase de música. Ahora es más jodido hacer plata con la música, pero se puede vivir de ello si tienes talento. No todo es culpa de lo mainstream.

THOMPSON: Si tuviera una banda nueva ahora mismo correría a meter mi música en Spotify. Internet es una súper plataforma para cualquier artista.

FF estallando en Medallo. Foto por André Piaf.

Muchas de las bandas indie de hoy flojean en vivo. ¿Cómo son estas presentaciones de FF? 

THOMPSON: Alborotadoras. Me gusta que las presentaciones en vivo sean nuestro sello. En esta gira hemos preparado además una sorpresa con los cuatro tocando al tiempo la batería. Gracias a los conciertos nos diferenciamos de cientos de bandas de música pop creadas en un estudio.

HARDY: Tal y como dice Paul, tocar en vivo es el sello de FF, y confío en que siga siéndolo. Tenemos un sonido muy potente en el escenario. Parte de la culpa la tiene el público, y en especial el público latino. Aquí hacemos más ruido que en otras partes del mundo porque la gente se enloquece.

Esa noche, en Medallo, la banda tocó sus más conocidos hits, empezando por “Do you want to?” y siguiendo con “Evil Eye”, “No You Girls” y “Ulysses”. En casi dos horas de concierto (sin interrupciones, salvo los habituales “Gracias, gracias” de Kapranos y un breve regreso a los camerinos antes de tocar hasta cuatro canciones más en el bis) los de Glasgow demostraron que disfrutan tocando su último álbum en directo. Los recientes singles “Love Illumination” y “Right Action” se llevaron la ovación de un público entregado y ebrio de buena música. No faltaron “Take me out”, “Walk Away” ni “The Dark on the Matinee”. Por no faltar, ni siquiera se olvidaron de incluir el insípido canto de despedida de su último disco: “Goodbye Friends and Lovers”. Superada la hora de concierto, Franz Ferdinand se reunió de la batería de Paul Thompson para tocar una sesión de percusión poco más que explosiva. Ni un alma se movió hasta la despedida de la banda escocesa. Con los acordes de “This Fire”, Medellín estallaba, tal y como había profetizado Hardy. 

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Sigue a Jaime Pérez- Seoane aquí: @jaimeperseo