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​Una nueva arma para cazar el VIH

Para acabar con el virus hay que despertarlo de su inactividad y luego erradicarlo. Según esta investigación estamos a medio camino.

Un grupo de investigación del Instituto Salk descubrió un mecanismo crucial, y hasta ahora desconocido, utilizado en el proceso de replicación celular del VIH. La clave para acabar con el VIH inactivo (e indetectable) puede estar en una de las muchas enzimas implicadas en el proceso de replicación del VIH, cuya ausencia podría prevenir la propagación del material genético del virus y, por lo tanto, el virus mismo.

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El desafío con el VIH radica en su habilidad de esconderse y esperar. El virus es paciente. Parece desaparecer dentro del cuerpo cuando se siente amenazado, pero siempre logra mantener algún punto de apoyo desde el cual regenerarse. El VIH es el ejército guerrillero de las enfermedades infecciosas.

El virus puede permanecer inactivo por años dentro del cuerpo humano, viviendo dentro (o como parte) de las células TCD4+ del sistema inmune. Estas son las células que median en las respuestas del cuerpo a las cosas tóxicas o malas. Al destruirlas, se arruina la habilidad del sistema inmune para detectar invasores patógenos, y así es como el sida mata.

Las células T pueden tener una vida larga. Actúan como un tipo de memoria del sistema inmune. Si fueras un virus buscando un lugar para esconderte (de drogas antivirales o del sistema inmune), las células T serían un lugar conveniente. Cuando el virus está inactivo, no produce ninguna partícula de VIH, sino que reside escondido dentro de una célula huésped en un estado más o menos indetectable.

La clave para curar el VIH/sida está en la habilidad de terminar con esta infección latente. Básicamente, necesitamos hacer que el virus comience a reproducirse. De ese modo, el virus abandona su escondite y puede ser detectado por las defensas del sistema inmune y por las nuevas terapias. Los antirretrovirales altamente activos que utilizamos hoy en día son muy buenos para matar el VIH -y han salvado varios millones de vidas-, pero solo pueden acabar con el VIH si lo ven. Los tratamientos actuales están muy cerca, pero nunca terminan el trabajo.

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Esta nueva investigación, que está detallada en la nueva publicación de la revista ​Genes & De​velopment, describe una nueva proteína considerada responsable de "despertar" de su inactividad a las células del VIH. La proteína, conocida como Ssu72, interactúa con una proteína llamada tat, "transactivador de la transcripción genética". El trabajo de la tat es actuar como observadora química y avisar cuando hay condiciones favorables para la replicación del virus.

Cuando se activa, la tat actúa como una molécula que ayuda en el proceso de replicación del ADN. Cuando el VIH o cualquier otro virus se prepara para salir, comienza a engendrar más de sí mismo. Para hacerlo, los virus encuentran células huéspedes en las que inyectan su material genético, convirtiendo a la huésped en una involuntaria e indeseada fábrica de virus. La gripa, por ejemplo, se instala entre las células que recubren el tracto respiratorio, mientras que ​la ra​bia comienza en el tejido muscular y se mueve después al cerebro. El virus tras el polio, poliomielitis, utiliza las células nerviosas como huéspedes. El VIH, como su nombre sugiere, va tras las células del sistema inmune. Como un catalizador, el tat le da al VIH la vía libre para replicarse entre esas células.

Para llegar a la raíz del tat, los investigadores de Salk compilaron una lista de más o menos 50 proteínas con las que interactúa. Una se destacó: Ssu72, una encima (la mayoría de encimas son proteínas) que en investigaciones anteriores ha catalizado la transcripción genética dentro de las células de la levadura. Lo que encontraron fue una puerta potencial para la cura de VIH.

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La Ssu72 se enlaza químicamente a la proteína tat. Este enlace no solo es útil, sino necesario para que la tat haga su trabajo. Entonces: la Ssu es necesaria para que el VIH comience a replicarse. Eso es un descubrimiento enorme.

"La tat es como un motor para la replicación de VIH y la Ssu72 acelera el motor", dijo Lirong Zhang, uno de los autores principales e investigador de Salk, en un ​comunic​ado. "Si encontramos la interacción entre la Ssu72 y la Tat, seremos capaces de detener la replicación del VIH".

Los investigadores del VIH ya habían identificado algo parecido a la Ssu72, una enzima llamada CycT1. El problema con esta enzima es que es necesaria para el funcionamiento normal y saludable de las células, y matarla sería un gran daño colateral.

"Muchas de las proteínas con las que interactúa la Tat son esenciales para la transcripción celular normal, así que no pueden ser aniquiladas a menos que quieras matar células normales", dice Yupeng Chen, coautor del estudio. "La Ssu72 parece ser diferente, al menos en la manera en la que es usada por el VIH".

Parece haber dos direcciones en las que se dirige el equipo (y la investigación). Una es intuitiva: localizar e inhibir la Ssu72. La otra es más sutil: es posible que menores niveles de la enzima sean responsables, en mayor o menor medida, de la inactividad del virus. Entonces la Ssu72 puede ser utilizada para despertar el VIH y hacerlo localizable.

No sería la primera alarma para despertar al VIH. En 2012, los investigadores realizaron pruebas en humanos de un compuesto conocido como ​SAH​A, que también induce la replicación del VIH que además parece ser seguro en humanos. Es un gran avance, pero como notaron los investigadores del SAHA, la cura para el VIH consiste en dos partes: la llamada de alerta y la erradicación real. Al menos estamos a medio camino.