Si 62 personas tienen la misma riqueza que la mitad más pobre del mundo, estamos jodidos

Mientras los ricos y poderosos del mundo se reúnen esta semana en Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial, una investigación ha puesto de manifiesto que actualmente el 1 por ciento más rico de la población mundial posee más que el resto de la población.

Una economía al servicio del 1 por ciento, un informe sobre la lucha contra la pobreza de la ONG Oxfam, afirma que, aunque el número de personas que viven en la pobreza extrema se redujo a la mitad entre 1990 y 2010, el ingreso promedio anual del 10 por ciento más pobre ha aumentado en menos de 3 dólares al año en el pasado cuarto de siglo.

Sin embargo, el dato más impactante señala que sólo 62 personas — 53 de ellas hombres — poseen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial. Hace solo 5 años, la misma riqueza se concentraba en 388 personas.

La riqueza de la mitad más pobre del mundo — más de 3,6 mil millones de personas — se ha reducido en un billón de dólares (el 41 por ciento) desde 2010. Mientras tanto, el valor de las 62 personas más ricas se ha incrementado en más de medio billón de dólares hasta alcanzar la suma de 1,76 billones de la misma moneda.

"Lejos de alcanzar a los sectores menos favorecidos, los más ricos están absorbiendo el crecimiento de los ingresos y la riqueza mundial a un ritmo alarmante", reza el informe.

El índice de pobreza en mínimos históricos — pero los más pobres siguen sin esperanza. Leer más aquí.

Algunas voces críticas se han expresado con respecto a las cifras de Oxfam, ya que la ONG utiliza el valor neto de los individuos para hacer sus cálculos — activos menos deudas. Esto significa que una persona que vive con unos pocos dólares al día y que no tiene deuda acaba siendo clasificado como más rico que una persona que tiene una renta razonable, pero cientos de miles de dólares en hipotecas o deudas por estudio.

Mientras esos datos resultan llamativos y tienen sentido a un nivel individual, "a nivel macro no son relevantes, no son de gran alcance", asegura Deborah Hardoon, autora principal del informe, en conversación con VICE News. "No afectan la tendencia que estamos destacando, que es el hecho de que la gran mayor parte de la riqueza va directamente a la cima de la pirámide".

Tener una deuda muy grande puede tener un impacto extremadamente importante en el bienestar del individuo, añade Hardoon. "Es necesario tener cierto nivel de seguridad si te enfrentas a conmociones tales como una factura médica o a una mala cosecha ", cuenta. "Si tu riqueza está en números rojos o es directamente cero, tu capacidad y tu fortaleza para responder es muy pobre".

El auténtico problema es qué es lo que se hace con toda la riqueza que se acumula en lo alto de la pirámide, cuenta Hardoon. "Basta con mirar al dinero que mueven los grupos de presión política y en financiación para saber que la extrema riqueza y la influencia más extrema van de la mano. La pobreza extrema tiene el poder de influir en políticas, sistemas económicos y en políticas medioambientales que nos afectan a todos"

Naciones Unidas quiere acabar con la extrema pobreza. Leer más aquí.

Oxfam también ha subrayado "la tela de araña global" de paraísos fiscales que permite que la riqueza quedé siempre lejos del alcance de los ciudadanos de a pie y de los gobiernos. Según su informe, 9 de cada 10 de las corporaciones asociadas el Foro Económico Mundial disponen de presencia en, al menos, un paraíso fiscal.

El informe estima que alrededor de 7,6 billones de la riqueza individual — una doceava parte del total global — está almacenada en paraísos fiscales. Si los impuestos fuesen gravados sobre los ingresos que genera la riqueza, los gobiernos de todo el mundo podrían disponer de 190.000 millones de dólares al año.

El informe advierte que la inversión corporativa en paraísos fiscales casi se cuadriplicó entre 2000 y 2014.

"Los paraísos fiscales son el corazón del sistema global, y son lo que permite a las grandes corporaciones y a los individuos millonarios eludir pagar la parte proporcional que les corresponde pagar. Dicha deficiencia del sistema es lo que priva a todos los gobiernos, tanto a los pobres como a los ricos, de los recursos que necesitan para prestar servicios públicos fundamentales y para detener el aumento de la desigualdad", cuenta Raymond C. Offenheiser, presidente de Oxfam América.

"Se trata de una brutal llamada de atención", explica Jyrki Raina, secretaria general del Sindicato Industrial Global, que representa a 50 millones de trabajadores de 140 países distintos, y que cubre a sectores como el minero, el energético y el de la producción. "La desigualdad es una de las mayores amenazas al bienestar económico y exige ser combatida".

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