La vida y crímenes del ‘caníbal asesino de policías' Stefano Brizzi

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La vida y crímenes del ‘caníbal asesino de policías' Stefano Brizzi

El italiano invitó a un policía a su apartamento de Londres para una fiesta de sexo químico, lo estranguló, lo cortó en pedazos e, inspirado por Breaking Bad, trató de disolverlo en ácido.

(Collage: Marta Parszeniew. Foto de Stefano Brizzi: Policía Metropolitana; foto del teléfono: Asimzb, vía; foto del ácido vía wiki).

Cuando el olor a carne humana podrida fue demasiado para los residentes del Bloque E, el cuidador de la propiedad Peabody Estate trató primero de enmascararlo con aromatizante. Cuando no funcionó, alguien finalmente decidió llamar a la policía.

Eso fue el jueves 7 de abril del año pasado. Casi una semana antes, en la noche del viernes 1, un hombre que más tarde sería identificado en la corte sólo como "CD" estaba perdido en la propiedad mientras buscaba una fiesta de sexo químico a la que había sido invitado por alguien llamado "Domination London" mediante la "aplicación de fetiche gay" Recon. Peabody Estate, que abrió sus puertas en 1876, se encuentra a pocos minutos al sur del río Támesis, entre el puente de Londres y la Galería Tate Modern. Su ubicación deseable significa que la renta de un apartamento de un solo dormitorio cuesta 1,300 libras esterlinas (31,194 pesos) al mes, pero sus varios bloques pueden ser difíciles de navegar para los no iniciados.

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Eventualmente, CD encontró la puerta correcta y tocó el timbre. No hubo respuesta, así que volvió a llamar. Lo hizo otra vez.

Finalmente contestó la voz de un hombre. Dijo: "Hola, lo siento, estamos teniendo una especie de situación aquí".

CD no sabía lo que la voz quería decir con "una situación", así que preguntó qué estaba pasando. La voz explicó que alguien se sentía enfermo, pero dijo que no se preocupara porque estaban haciéndose cargo de la situación. CD preguntó si había algo que pudiera hacer para ayudar, y la voz respondió que no, que todo estaba bajo control, pero que se había cancelado la fiesta. Aquella voz, diría CD más tarde en su testimonio, "sonaba alterada, un poco molesta. No se oía demasiado preocupada. Mientras se marchaba, CD pensó que tal vez alguien estaba vomitando en la alfombra.

La voz en el otro extremo del interfono pertenecía a un italiano de 49 años llamado Stefano Brizzi. Más tarde dijo a la policía por qué no había dejado entrar a CD; había invitado a unos cuantos hombres a su fiesta, explicó, "pero no llegaron, y cuando uno sí se presentó, estaba justo en medio de estrangular a Gordon".

El oficial de policía Gordon Semple fue el primer invitado en llegar al apartamento de Brizzi esa noche. Un escocés de 59 años, originario de Inverness, vivía en Dartford, Kent y había trabajado para la Policía Metropolitana durante 30 años. Había estado con su compañero, Gary Meeks, durante 25 años, pero su relación era abierta. Así que no era inusual que, más temprano ese viernes, mientras todavía estaba de servicio, Semple hubiera contactado a Brizzi en Grindr. El apodo de Grindr de Brizzi era Dom SE1, y su perfil decía que estaba "libre para una sesión sucia y sórdida". Después de que Brizzi lo invitara, Semple se trasladó por la zona de Blackfriars y llegó al apartamento unas horas antes de que CD llegara a la fiesta.

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Tanto Brizzi como Semple pasaron ese rato enviando mensajes a través de Grindr y Recon para invitar a la gente a la fiesta de sexo químico. Con la excepción de CD, nadie más se presentó. Brizzi dijo en la corte que la muerte de Semple por estrangulación fue un accidente, un juego de bondage que se salió de control. Sin embargo, esto no es lo que le había dicho a la policía cuando llegaron a su apartamento en respuesta a la llamada de su vecino sobre "el olor a muerte". Cuando le preguntaron qué había ocurrido, él les dijo con tranquilidad: "Lo maté la semana pasada, lo conocí en Grindr y lo maté. Satanás me lo ordenó".

(Foto: Stefano Brizzi).

Stefano Brizzi nació el 26 de junio de 1966 en la pequeña ciudad italiana de San Marcello de Pistoiese en Toscana. Era el más joven de tres niños nacidos de un padre funcionario y una madre que trabajaba en el cuidado de la salud infantil. Sus familiares eran católicos devotos, y su tío se hizo sacerdote.

Alrededor de los 15 años, Brizzi se dio cuenta de que era gay. Pensó que ese descubrimiento era imposible de reconciliar con las estrictas creencias católicas de su familia. Un amigo de la infancia le dijo al periódico italiano Il Terreno: "Hace treinta años no era fácil vivir libremente sin que te juzgaran por ser homosexual. Recuerdo que Stefano era un muchacho muy sensible que no podía encontrar la paz dentro de sí mismo. Está atormentado".

Otro amigo, Mauro Vaiani, dijo: "Como todos los homosexuales de mi generación, enfrentó un viaje lleno de altibajos para obtener aceptación".

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Cuando tuvo la edad suficiente, Brizzi se trasladó a la universidad en la ciudad italiana más cercana, Florencia. Después permaneció allí, trabajando como programador de computadoras durante sus veintes y treintas. En 2008, cuando tenía cuarenta años, Brizzi fue diagnosticado con VIH y hepatitis C.

Se refirió al diagnóstico como "una sentencia de muerte", pero el tratamiento lo mantuvo sano, y en 2012 le ofrecieron la oportunidad de mudarse a Londres para convertirse en un desarrollador web senior para el banco de inversión Morgan Stanley, con un salario de 70,000 libras esterlinas (1,748,712 pesos) al año. Posteriormente, su tío le contó al periódico italiano La Nazione: "Stefano ha pasado su vida estudiando, se licenció en Florencia y comenzó a trabajar aquí como programador, pero se quejó porque pagaban poco, no tenía opciones de empleo y soñaba con irse al extranjero. Entonces se marchó a Londres. Estaba muy contento por esa oportunidad.

Brizzi duró menos de tres años en Morgan Stanley. Después de mudarse a Londres probó drogas como GHB, ketamina y metanfetamina por primera vez, y su adicción eventual a esta última se volvió tan mala que le pidieron que dejara su trabajo en febrero de 2015. Al año siguiente se unió a un grupo de ayuda para adictos y acudió a un psicólogo. Más tarde le dijo a la policía que ninguna de estas intervenciones lo ayudaron. Habían encontrado una copia de la Biblia Satánica en su computadora y un cuaderno de notas manuscritas dirigidas al diablo. "El problema con eso es que el psicólogo dice que la metanfetamina provocó psicosis", explicó Brizzi. "Fui criado como católico. Ser gay era malo. Y el diablo… así que me interesé en Satanás".

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(Foto: Stefano Brizzi).

No fue sino hasta cuatro días después de la muerte de Semple, el martes 5 de abril, que Brizzi caminó los 240 pasos que hay desde Peabody Estate hasta la tienda Proveedores de Decoradores Especialistas Leyland en Southwark Street. El viaje tarda unos tres minutos, o un poco más si estás cargando el tipo de equipo que Brizzi compró: un paquete de tres sierras, láminas de metal y baldes de plástico, así como botellas de ácido y productos de limpieza.

Las cámaras de circuito cerrado captaron a Brizzi colocándose uno de los baldes sobre su propia cabeza, para asegurarse de que sería lo suficientemente grande como para albergar un cráneo humano en su interior. Después de que mostraran las imágenes en la corte, el fiscal Crispin Aylett le preguntó a Brizzi si se había inspirado en el episodio de Breaking Bad, donde Walt y Jessie intentan disolver un cuerpo en ácido fluorhídrico. "¿Acepta que estaba viviendo un episodio de Breaking Bad?" preguntó Aylett.

"Acepto que lo consideré sin ninguna racionalidad en absoluto" respondió Brizzi. "Si hubiera pensado en ello —si fuera una especie de mente criminal— habría hecho las cosas más organizadas, creo que me inspiré en la idea, tomé lo que tenía a la mano, pensando que tal vez podía disolverlo".

Sin embargo, esa no es la única manera en que Brizzi intentó deshacerse del cuerpo del oficial Semple. La corte se enteró de que había "rallado la carne de los huesos de su víctima antes de comer una porción con palillos". Las autoridades encontraron el ADN del oficial Semple dentro del horno, en los palillos, en una tabla de cortar y dentro de una olla, mientras que también había una marca de mordida en una de sus costillas.

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Uno de los pies de Semple —hallado por un miembro del público— apareció flotando en el lado sur del Támesis.

Cuando la policía llegó al apartamento de Brizzi ese jueves, los recibió el olor abrumador de los productos químicos mezclados con carne podrida. Encontraron a Brizzi en pantalones, rodeado por bolsas de basura que contenían trozos de carne, un hueso de la pelvis, una mano y parte de una espina dorsal. Su bañera estaba llena de un líquido azul verdoso con glóbulos de grasa flotando en su interior. Esto resultó ser sosa cáustica y ácido fluorhídrico, aunque no pudo disolver el cuerpo, pues no fue capaz de calentar los productos químicos a los 148 grados centígrados requeridos.

Después de decirles a los oficiales que Satanás le había dicho que matara a Semple, siguió con su explicación: "Hablé con Satanás y me dijo 'mata, mata, mata', y yo accedí a la primera oportunidad".

Como Aylett dijo después en la corte: "Eso llevó al oficial a preguntarle si tenía algún problema con su salud mental. El acusado dijo que consumía mucha metanfetamina, pero además de eso no había nada".

Izquierda: Stefano Brizzi. Derecha: Gordon Semple (Fotos: Policía Metropolitana PA Wire / PA Images).

El caso fue a juicio en octubre pasado. Brizzi negó el asesinato del oficial Semple, alegando que su muerte había sido un accidente durante un juego sexual, pero se declaró culpable del crimen de obstruir a un forense al intentar deshacerse del cuerpo. Unas semanas más tarde, el 13 de noviembre, Brizzi fue condenado por ambos crímenes.

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Recibió cadena perpetua, pero el domingo 5 de febrero de este año murió en su celda en la prisión de HM Belmarsh. Aunque algunos diarios reportaron su muerte como un suicidio, el Servicio Penitenciario sólo emitió una declaración para confirmar la parte mínima de los hechos: "El prisionero de HM Belmarsh, Stefano Brizzi (fecha de nacimiento 26/06/66) murió bajo custodia el domingo 5 de febrero. Como ocurre con todas las muertes bajo custodia, el ombudsman de Prisiones y Libertad Condicional llevará a cabo una investigación independiente".

Esa investigación probablemente tome alrededor de 22 semanas, pero sus hallazgos no serán publicados sino hasta después de la investigación, que llevará a cabo el médico forense para el Sur de Londres. Típicamente, los hallazgos de las investigaciones de las muertes ocurridas en custodia policial y en las prisiones pueden tomar hasta un año en publicarse.

Poco después de la condena de Brizzi, el asesino serial Stephen Port también fue condenado a muerte por matar a una serie de hombres que había conocido en Grindr. La proximidad de los dos casos llevó a algunos tabloides a publicar historias alarmantes sobre la aplicación y otras similares. Sin embargo, Monty Moncrieff, director ejecutivo de London Friend —una organización benéfica para la salud y el bienestar de la comunidad LGBT de Londres— le dijo a The Guardian: "El papel que han jugado las aplicaciones para facilitar esto es que sólo fueron el medio a través del cual los conoció. Y la intención siempre estuvo allí. No lo hizo como resultado de las aplicaciones, las aplicaciones no lo llevaron a hacer eso".

Hablando específicamente sobre el efecto de la metanfetamina en el caso Brizzi, London Friend dijo en un comunicado: "Un caso como este es un ejemplo raro y extremo, pero el impacto de la metanfetamina en la salud mental de nuestros usuarios no lo es. Aconsejamos a cualquier persona que experimenta dificultades mediante el uso de la misma, u otras drogas o alcohol, buscar apoyo lo antes posible".

La organización ofrece apoyo a cualquier persona que quiera ayuda para detener o controlar su consumo de drogas para el sexo químico, y si bien señala que "la muerte del oficial Semple no podría haberse evitado en este caso", también ofrece consejos sobre cómo mantenerse seguro al usar aplicaciones de citas.

@KevinEGPerry