El "levantón andino" es la bebida afrodisíaca más solicitada en Venezuela

Es sábado por la mañana durante la celebración del Carnaval en la ciudad de Mérida, en Venezuela. En la Plaza de Toros, algunos toros se están preparando para su último baile con un hombre español vestido en color oro mientras la el público observa. Mucha gente del país ha bajado a Mérida para las fiestas que suceden en las verdes montañas.

Cerca de la plaza, en el Mercado Principal de Mérida, hay un refrigerador lleno de ojos de toro. Una mujer toma un par de ojos, los tira a la licuadora, añade leche, brandy, fórmula para bebé, huevos de pescado y otros 21 ingredientes más. Está preparando el famoso afrodisíaco energizante conocido como "levantón andino".

El "levantón andino" se vende diariamente en el local llamado Super Batidos, de María Luisa Rangel. En este local de jugos y empanadas nació la famosa bebida, consumida principalmente por estudiantes en época de exámenes, corredores en víspera de un maratón, y parejas que intentan embarazarse.

Camino cerca del puesto y veo a tres chicas caraqueñas que dividen un vaso de "levantón andino" en tres partes iguales mientras se ríen, nerviosas.

Observo antes de acercarme. Un hombre comienza a preparar otro "levantón". Utiliza fruta fresca: fresas, papaya, melón, piña y frambuesa; luego añade ron, vino tinto, leche, cerveza y otros líquidos de botellas sin nombre, sin etiqueta, sin identidad.

"Nos dijeron que puede levantar a un muerto", oí decir a una de las chicas.

Me acerco. Conozco a María Luisa de Rangel, quien ahora está en la caja registradora mientras su esposo Giovanny José de Rangel platica con sus clientes. Son las 10:30 de la mañana y ya está un poco borracho. Me ordena que, antes de probar el "levantón" me tome un shot de miche andin, un licor preparado en casa con 40 por ciento de alcohol que sabe a regaliz, y que es también un ingrediente del licuado.

Después de beberlo, pido mi "levantón". Giovanny pone primero el azúcar en la licuadora, luego saca del refrigerador la hueva de pescado y los ojos de toro. Toma a estos últimos con las manos, los oprime, les retira el iris y los exprime sobre la licuadora. Añade la hueva del pescado junto con dos huevos de codorniz —con todo y cáscara— y dos huevos de gallina. Prende el aparato demoledor.

"Soy la tercera generación que hace esta bebida", dice Giovanny. Su abuelo solía mezclar un huevo con cerveza obscura en una taza y lo bebía para energizarse. Esta mezcla inspiró el "levantón". Giovanny comenzó vendiendo la bebida de su abuelo, pero luego se dio cuenta de que necesitaba ofrecer algo más. "¡Necesitábamos algo que pudiera revolucionar el mercado!", menciona.

Él y su esposa le pidieron a cada miembro de la familia que propusiera un ingrediente para mejorar la bebida de cerveza con huevo. La mamá de Gio propuso que le pusieran ojos de toro, pues son buenos para mejorar la vista —según las creencias andinas— y los huevos de codorniz con cáscara, para la fertilidad. El resto de los ingredientes son "sorpresa", me dice Giovanny, pues solo él y su esposa los conocen.

Interrumpe un hombre, quien dice que bebe una jarra de "levantón" cada quince días. Ordena su bebida y se va al mercado. Al poco rato regresa con una botella de miche andino y lo vierte sobre su "levantón". Lo bebe, su pecho se hincha y grita: "¡Más energía!"

Todo el mundo habla sobre la maravillosa fuente de energía que es esta bebida; pero algunos se refieren a la energía sexual, pues se cree que el "levantón" es afrodisíaco debido a que contiene extracto de Chuchuhuasi, un árbol del Amazonas que, se cree, despierta la libido en quien lo consume. Entonces, pregunto al hombre qué va a hacer después de beberse su dosis de poción mágica. Él levanta una ceja y me responde con el brillo de sus ojos.

"Entonces, ¿es cierto?", pregunto a Giovanny, "¿el "levantón" es afrodisíaco? Giovanny sonríe. "Bueno, sí", dice tímidamente.

"Un amigo en Valencia [Venezuela] tenía problemas de fertilidad. Bueno, no sabíamos si era él o su esposa", me cuenta. "Querían tener un hijo, pero no se daba nada. Entonces les dije que ambos tomaran "levantón" todos los días durante dos semanas. Ya tienen un hijo y cada vez que vienen a visitarme me dicen que su hijo es producto de mi bebida gloriosa".

"Entonces, ¿es cierto?", pregunto a Giovanny, "¿el "levantón" es afrodisíaco? Giovanny sonríe. "Bueno, sí", dice tímidamente.

"Un amigo en Valencia [Venezuela] tenía problemas de fertilidad. Bueno, no sabíamos si era él o su esposa", me cuenta. "Querían tener un hijo, pero no se daba nada. Entonces les dije que ambos tomaran "levantón" todos los días durante dos semanas. Ya tienen un hijo y cada vez que vienen a visitarme me dicen que su hijo es producto de mi bebida gloriosa".

Tuve problemas para aceptar su respuesta. Es como decir que la pasta de dientes sabe a menta. He probado el "levantón" tres veces y no he sido capaz de terminarme un solo vaso. Es demasiado gelatinoso para mi gusto y, si pienso en el huevo crudo, los ojos de toro, la cosa se pone fea. Trato de decirle esto a Giovanny, pero se pone a la defensiva.

"¿Sabías que vino don Francisco a beber esto?", Giovanny me preguntó. "Y le encantó, él fue uno de los primeros en probarlo". "Perdóneme, pero no se quién es el conductor chileno de 74 años del programa de Univisión llamado Sábado Gigante", le dije. Las cinco personas ahí, me voltearon a ver, con furia en sus ojos.

Giovanny toma una taza de "levantón" y sacude la cabeza como si estuviera despertando a la realidad, se toma la bebida de un sólo trago y luego alcanza la botella de miche andino.

"Ahora", me dice, "necesitamos ponerle más alcohol".