Meo unas 30 veces al día y he probado unas bragas a prueba de pis

La incontinencia no es un problema diario para mí, pero he tenido suficientes accidentes en mi vida para justificar la intervención: el día de mi graduación me meé llevando puesto el pijama de la abuela de mi amiga (ella me lo había prestado con la condición de que no me hiciera pipí en él) y como consecuencia tuve que someterme a pruebas para la diabetes. Aquel incidente sucedió en gran parte debido a la poliuria que desarrollé cuando me recuperaba de la bulimia y la adicción a la cafeína, y básicamente significa que produzco y expulso gran cantidad de orina. La poliuria puede ser un síntoma de diabetes, pero también se produce simplemente por beber demasiada cafeína o alcohol, que son ambos diuréticos. Sigo siendo una bulímica en recuperación y me han aconsejado que siga un plan de rehidratación que requiere al menos 2 o 3 litros de agua al día, teniendo muy en cuenta la ingesta de cafeína. Aparte, tomo espironolactona, un medicamento que en su origen se recetaba como diurético para la hipertensión allá por los años ochenta, con el fin de combatir el acné. Así que cuando estoy correctamente hidratada, tengo que hacer pis entre 15 y 30 veces al día.

Según un nutricionista que visité cuando tenía 15 años, el período de ajuste que consiste en tener que mear cuatro litros de agua cada cinco minutos durante la rehidratación puede durar entre "unas semanas" y "para siempre", dependiendo de cuánto tiempo abuses de los diuréticos. Como yo sigo abusando de ellos bebiendo café todos los días, experimento con cierta frecuencia escapes en mi vejiga, que en ocasiones son meadas en toda regla. De modo que cuando descubrí recientemente que la empresa que fabrica la controvertida "braguita para el período" THINX también había desarrollado ropa interior para las pérdidas de orina, me mostré quizá demasiado dispuesta a probarla.

A diferencia de las bragas para la menstruación, la ropa interior "a prueba de pipí" Icon, de THINX, no se anuncia en el metro. Parece estar dirigida principalmente a jóvenes y madres y a mujeres que se aproximan a la menopausia. La descripción del producto afirma que te mantiene seca y "fresca como el vino rosado" incluso después de reír, saltar, brincar y estornudar el día entero. El sitio web no aborda el problema de las pérdidas de orina provocadas por una micción absurdamente frecuente, pero imaginé que probablemente mis fugas dejaban ir aproximadamente la misma cantidad de pipí al explotar mi tracto urinario que cualquier persona que pasara el día riendo, saltando, brincando y estornudando con su hija de tres años. Un día normal para mí consiste en sentarme ante un escritorio durante ocho horas mientras bebo el equivalente en agua a dos frascos de Nalgene, además de cualquier otro líquido que pueda consumir a lo largo del día: refrescos, unas cuantas tazas de café o un latte y, efectivamente, a veces incluso una copa de vino rosado. No estoy dispuesta a abandonar ninguno de esos vicios a pesar de mi ya estropeado tracto urinario, así que he acabado por aceptar que tengo que mear un montón. Lo que pasa es que no siempre es conveniente o posible hacerlo.

Me llegó el envío de las braguitas Icon a la oficina, como había hecho anteriormente con las bragas para la menstruación. A diferencia del de las bragas para el período, que incluye imágenes de úteros y conos de helado por toda la superficie del sobre de envío, el envase de Icon resulta ambiguo. Decidí cambiarme y ponerme aquella ropa interior inmediatamente, ya que después iba al teatro y sabía que hacer pipí supondría un problema. Unas cuantas semanas antes había visto una obra después de beberme un cóctel y un vaso de agua; se trataba de un monólogo interpretado por una mujer que no incluía entreactos y yo estaba sentada en la esquina de atrás del teatro, en la parte interior de una fila muy estrecha que no me permitía escapar de ninguna manera. La obra duró poco más de una hora y para cuando terminó yo ya había dejado escapar una cantidad sustancial de pipí en mis braguitas. Tan pronto como el público dejó de aplaudir, salí a toda velocidad por delante de la estampida hasta el único lavabo que había en el teatro.

Me decepcionó un poco comprobar que el diseño que encargué no era demasiado bonito. Esperaba que tuviera el mismo aspecto sobre mí que sobre esas mamás tan en forma y tan alegres que aparecen en el sitio web, pero las braguitas son un poco más ajustadas que las que yo acostumbro a llevar y apretaban mis glúteos haciendo que sobresalieran por los laterales y se me marcara el elástico debajo de la ropa. Supongo que no todo puede ser como queremos. La ropa interior en sí tenía un aspecto elegante y chic por fuera, no obstante, y el tejido era de un agradable color azul moteado. Una vez puesta, puede comparar la sensación de llevarla sin temor a equivocarme con la de llevar un suave bañador con refuerzo en la zona central. El forro interior no está libre de costuras como parece en el sitio web (online solo puede verse el exterior de las braguitas), pero una vez más, supongo que no puedes tenerlo todo cuando sufres de incontinencia.

Antes de la obra quedé con mi amiga en un pequeño restaurante tailandés que hay cerca del teatro, donde solo tuvimos tiempo de beber algo y comer unos rollitos de primavera. Beber con el estómago casi vacío nunca es una buena idea para mí o para mi vejiga, pero pedí un Mai Thai de todas formas. Aunque ahora ya no bebo demasiado (básicamente porque cuando lo hago me meo en las bragas), me daba la sensación de que aquella ropa interior me brindaba una seguridad extra, así que me bebí el Mai Thai entero y también un poco de agua. No teníamos tiempo de ir al lavabo antes de la obra y al llegar al teatro nos informaron de que duraba 85 minutos seguidos sin entreactos. Genial, pensé. Pero luego me dije, Bah, da igual, al menos llevo esta ropa interior. Cuando solo llevábamos cinco minutos de representación ya tenía que ir al baño, pero una vez más estaba atrapada en una fila estrecha y no quería molestar a nadie. Crucé las piernas de modo que toda mi pelvis se entumeciera en un intento de no sentir la pulsación de mi vejiga durante toda la obra.

Pero al cabo de 85 minutos, aunque la vejiga me iba a explotar, mis braguitas seguían secas. Milagrosamente aquella ropa interior resistió varias "pequeñas fugas" y "escapes de gotitas de pipí" durante la obra, y fue muy agradable volver a casa en metro con la ropa seca. Cuando cogí el tren, recé agradecida a los anuncios de THINX que bailoteaban sobre mí, esperando que algún día la empresa empiece a anunciar sus bragas para pérdidas de orina con la misma prominencia. Desde entonces las he llevado varias veces con resultados en su mayoría favorables; al parecer no están diseñadas para soportar un vaciado completo de la vejiga, pero no hay nada en este mundo que lo esté.