La próxima vez que vayas a correr, cambia tu bebida energética por una cerveza
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La próxima vez que vayas a correr, cambia tu bebida energética por una cerveza

Está bien. No hay nada de malo con beber cerveza después de correr. Todo lo contrario. Hay muchas cosas buenas en la cerveza: carbohidratos, vitaminas y lúpulo.
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Foto por Rasmus Malmstrøm.

Acabas de correr 20 kilómetros bajo la lluvia intensa, tus músculos están a un calambre de tener un ataque y el sudor te escurre como un monzón tropical.

En este caso, una cerveza grande, fría es lo único que quieres.

Está bien. No hay nada de malo con beber cerveza después de correr. Todo lo contrario. Hay muchas cosas buenas en la cerveza: carbohidratos, vitaminas y lúpulo. Y de hecho te pone feliz, a comparación de algunas bebidas energéticas hechas por un montón de químicos en un laboratorio en Holanda. Prefiero beber un producto natural como la cerveza.

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Nuestra cerveza, Energibajer, es una alternativa a la tradicional bebida deportiva. La cerveza no tiene alcohol y tiene información nutrimental en la etiqueta con el contenido de grasas, energía y vitaminas.

Para empezar, Energibajer es una cerveza estadounidense de trigo, lo cual quiere decir que es lupulosa, fresca, floral y no muy amarga. Hay varias tiendas deportivas que han mostrado interés en venderla, así que esperamos que pueda jugar un papel en la revolución del mercado y demostrar que no es necesario añadir productos químicos en lo que uno bebe mientras entrena.

Podemos hacer cerveza sin alcohol que sea rica para tomar. Tenemos acceso a una levadura única que fermenta la cerveza sin producir alcohol. Es imposible hacer cerveza sin levadura; sin ella el producto no tiene esperanza. Esas cervezas alemanas sin alcohol a las que todos estamos acostumbrados son técnicamente cerveza, pero no están fermentadas y por eso saben tan asqueroso. Saben como a mosto —la mezcla de malta líquida que se hierve primero durante la elaboración—. Mientras que la Energibajer sabe como una cerveza real, porque está fermentada.

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Fabricamos también una cerveza llamada Ambler, sin alcohol y libre de gluten. De esta manera, tanto los abstemios como los suecos pueden compartir.

Pero no deberíamos dejar de poner alcohol en la cerveza sólo porque podemos, porque el alcohol contribuye mucho al sabor. No puedes hacer una Hefeweizen alemana sin levadura de trigo, porque es la clave de su sabor. Tampoco puedes hacer una Lambic sin la fermentación espontánea. Si tomas una Geuze y eliminas el alcohol, sería una insulto intragable contra su fina elaboración.

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Hace un año me obsesioné mucho con correr otra vez, y ahora corro un mínimo de 100 kilómetros a la semana. Poco después de eso me volví competitivo; quería ser mejor y vencer a todos los demás. En largas distancias, no estoy muy lejos de lo que corría como un corredor de élite, pero no puedes correr una carrera de 800 metros teniendo 40 años.

El asunto con correr es que tiene que ver con la priorización. No es que cueste mucho correr 100 kilómetros. Incluyendo el tiempo que toma cambiarte de ropa, requiere tal vez de diez horas a la semana, y todos tienen tiempo para eso si realmente organizan su tiempo correctamente. No tener tiempo suficiente es la peor excusa; es la excusa que yo mismo usé durante muchos años.

En noviembre de 2014, fundamos nuestro club para correr, Mikkeller Running Club. El problema es que nos habíamos vuelto demasiado flojos. La gente de mi área viaja mucho, beben más cerveza que el promedio y también comen demasiado. Demasiados restaurantes, demasiada cerveza y muy poco movimiento. Si queremos seguir bebiendo cerveza, entonces también tenemos que correr. Hay necesidades que sirven como contrapeso para todo lo que consumimos. No quiero andar por ahí pareciendo un pequeño regordete, pero tampoco quiero dejar de comer buena comida y beber cerveza. Así que tengo que correr.

La primera vez vinieron diez hombres. Ahora cerca de 200 vienen cuando nuestro club se reúne en Copenhague, y tenemos grupos en más de 90 ciudades alrededor del mundo que están listos el primer sábado de cada mes. Tenemos un grupo en Minsk, y hay un grupo que va a empezar en las Islas Faroe.

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Vamos a correr, tomar cerveza, estirar. Y luego tal vez tomar algunas cervezas más. La mejor parte es que hay mucha gente del mundo de las carreras que se une y cree que el deporte se ha vuelto muy sagrado: quieren poder beber una cerveza después del entrenamiento y a la vez aprender más sobre la cerveza.

Al final de cuentas, probablemente soy más un hombre de deportes que un nerd de la cerveza. Me encanta fabricarla, pero eso no significa que deba verme como un estereotipo nada saludable. Cuando abrimos nuestro primer bar en Viktoriagade en Copenhague hace seis años, los bebedores de cerveza eran personas con panzas cerveceras que se sentaban y se echaban cerveza de barril mientras estaban sentados en las cantinas que tocaban música de rock mala. Era oscuro y repugnante. Teníamos la idea de hacer un pub cervecero y moderno. Más femenino.

Y sí, queríamos hacer un lugar donde fuera perfectamente aceptable sentarse todo sudado después de un maratón.

Como fue contado a Lars Hinnerskov Eriksen.

Mikkel Borg Bjergsø es un corredor excampeón de largas distancias y el hombre detrás de la cervecera artesanal Mikkeller de Copenhague. Empezó siendo profesor de escuela, elaborando cerveza por diversión en la cocina de su casa en Vesterbro en 2003. Actualmente exporta cerveza a más de 40 países diferentes, y maneja varios bares y restaurantes en casa y en el extranjero.