Estos ex-pandilleros hornean su camino a la redención

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Estos ex-pandilleros hornean su camino a la redención

Esta organización sin fines de lucro le da trabajo a los ex-convictos, haciendo pan. Algunos llegan a colocarse en restaurantes, como cocineros; y muchos otros llegan a ser directores. Conoce su historia.

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Es el primer acercamiento para dar a conocer, mediante muestras, a Homeboy Bakery, una panadería en el Mercado de Agricultores de Hollywood.

El promotor empieza a explicar cómo se elabora el pan con arándonos y uva, cuando sin darse cuenta y sin tapujos, cuenta el doloroso proceso en el que se encuentra: la eliminación de los tatuajes de su época de prisionero, que hoy enmarcan sus ojos. Él pertenece a un grupo de rehabilitación que busca la reinserción social mediante el programa inicial de año y medio de Homeboy Industries, organización no lucrativa con sede en Los Ángeles, dedicada a ayudar a exbandoleros y a prevenir su reincidencia.

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El Padre Gregorio Boyle empezó la organización, cuando era un recién ordenado conocido como "Padre G" en el este de Los Ángeles, en 1988. La panadería Homeboy surgió de un programa a futuro y se instaló en un almacén abandonado, donde tiempo después se creó una tortillería y luego se convirtió en sede del programa Chinatown Homegirl Café, una empresa de catering y regalos en serigrafía y bordado realizados en el establecimiento.

La organización Homeboy Industries ha logrado distribuir mucho más su producción de pan, papas fritas y salsas. Además existen cabinas de la organización en diferentes mercados para agricultores regionales, un food truck con sus alimentos, e-store y un restaurante reconocido por la guía Zagat en el centro de la ciudad.

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Arlan con el equipo de Homegirl.homegirl

Cada compra de pan jalapeño, de pastel de plátano, de chile relleno a la parrilla con queso, de guacamole con piñas a la parrilla, de carnitas, de brownies veganos y otras de delicias, ayudará a Homeboy a prestar más servicios para sus pasantes, que incluyen: empleo, asistencia jurídica, control de adicciones, eliminación de tatuajes, atención a la salud, escuela para padres, psiquiatría, violencia doméstica, etc.

Arlan Crane, antigua chef ejecutiva de Whole Foods, quien ahora se desempeña como Directora de Alimentos y Bebidas de Homeboy Industries, dice que también están trabajando en la creación de una comisaría en Culver Studios. Ella particularmente supervisa a 30 internas en las cocinas de Homegirl.

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«Es una capacitación para el trabajo, pero se trata también de trabajar en ti mismo, en limpiarse y luego convertirse en una persona que ayude. Se trata de que una ayude a otra homegirl». Crane explica que su enfoque holístico vas más allá de la gastronomía, también tiene que estar siempre alerta sobre los dramas que puedan suceder si dos enemigos trabajan en el mismo establecimiento. «Las chicas tienen que ser capaces de poner en marcha todo sin mí, además de atender sus problemas, asistir a clases, cumplir con tutorías etc.».

Para entrar al área de catering es indispensable haber realizado el curso de inducción ahí, actualmente dos internos pasaron del área de catering al food truck. Ella dice que: «La idea no es mantener a los empleados, sino darles las herramientas para conseguir trabajo en cualquier lugar».

La motivación es muy importante y es gracias a la entrega de todos, que la organización va creciendo cada vez más. La gente se motiva al ver que muchas personas han cambiado y que han tenido mucho éxito. Mariana Enríquez, chef y madre soltera, comenzó limpiando pisos hace nueve años, y actualmente administra la cocina.

Crane apoya a los trabajadores; sin embargo no les permite victimizarse. Cuando se sienten mal, simplemente decimos 'ven aquí, ponte a trabajar'. Te superas o mueres. Así es la vida.

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Program members at work

En el tiempo que lleva en la organización ha visto delincuentes convertirse en cocineros, gerentes, administradores y directores. También habló sobre la creación del programa de tutoría con el Bouchon de Thomas Keller.

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Javier Medina es un interno de 39 años que lleva por apodo "El malo". Actualmente se encuentra en la recta final de su internado en este bistro francés con sede en Beverly Hills, donde muy pronto será contratado como panadero. Será "su primer trabajo de fiar". El llegó para pedir la eliminación de tatuajes, que después se convirtió en un trampolín a una nueva formación.

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"El Malo" haciendo croissants. Padre Greg

«Se dieron cuenta de que era un buen cocinero y me consiguieron un trabajo en la panadería», dice. «Para que el programa funcione, uno debe de estar dispuesto y con ganas de cambiar, si no, no va a funcionar. Yo me cansé de la vida de pandilla, de la misma rutina y de correr por las calles».

Al principio, sus viejos amigos pandilleros no lo aceptaron, tiempo después se dieron cuenta de que era un hombre igual de fuerte que ellos y lo dejaron solo, dejando así el pasado del viejo barrio atrás. «Al principio tenía miedo de salir de las comodidades de Homeboy, luego llegué al restaurante francés gracias a un amigo». Actualmente Javier diseña pasteles Ópera bajo la tutela de renombrados chefs. «Hay cosas que no puedo siquiera pronunciar cuando me las piden, pero no importa, las busco y las encuentro», afirma "El Malo" entre risas.

«Es genial cómo se desarrollan y cambian», dice Crane. «Somos cálidos y buenos anfitriones, para nosotros son más que empleados y es muy triste cuando alguien se va, aunque algunos de ellos regresan una vez que se sienten listos para comenzar. Siempre les decimos: Tu nos dejarás antes de que nosotros te dejemos».

La compasión es el ingrediente principal aquí, obtenido principalmente por el fundador y patriarca de la organización. En una reciente cena para la recaudación de fondos, el mayor donador para Homeboy Industries fue el Padre Gregory, quien donó 300 mil dólares, seguido de un discurso que habla sobre «El dios de las segundas oportunidades», y enfatiza que la misión de Homeboy «es recibir gente, no rescatarla».

Cerca del final, ungió a todos los asistentes y donantes, homies, personal y voluntarios, con lo que se ha convertido en su mantra: «Ustedes son mucho mejores de lo peor que han hecho».

Comimos postre y le creímos.