Esta mujer se atragantó una botella de cognac para no entregarla a los oficiales del aeropuerto

Como cualquier viajero veterano te diría, colar equipaje sospechoso en el aeropuerto, ante la mirada escrupulosa de El Hombre en uniforme es bastante difícil. Es una habilidad que solo los intrépidos desarrollan, y que se adquiere con el tiempo, tanto como saber cómo lidiar con los huéspedes incómodos en los hostales baratos, digo, para estudiantes.

Una mujer china es vivo ejemplo de este intrépido espíritu viajero. Ha sido identificada solamente como Miss Zhao, y recientemente intentó pasar una botella de cognac en el aeropuerto de Beijing. Su intento le dejó la peor cruda de su vida, seguramente.

Cuando Zhao, mujer que aparenta andar en sus cuarentas, llegó al aeropuerto de Beijing para tomar un vuelo al mediodía hacia Wenzhou, fue detenida por los oficiales de seguridad, pues llevaba en su equipaje de mano una botella entera de Rémy Martin XO Excellence, con un valor aproximado de 200 dólares. ¿Algún problema con esto? Bueno, sí, un poco (todos sabemos que está prohibido llevar bebidas alcohólicas, armas —hasta una lima puede ser considerada arma blanca—, y otros artefactos en el avión).

Entonces, ¿qué fue lo que hizo? Según un reporte de The Nanfang, no hizo lo que la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos) sugiere hacer en una situación así. En su blog, la TSA dice que un buen viajero debería hacer lo siguiente:

• Lleva el artículo a la ventanilla de Registro de Equipaje. Éste será documentado y transportado junto con las maletas grandes. También puedes guardarlo en una caja que te proporciona el aeropuerto y documentarlo así.
• Envía tu artículo por servicio postal. La mayoría de los aeropuertos tienen este servicio.
• Si hay alguien despidiéndote, puedes entregarle a esa persona el objeto prohibido.
• Si tu auto está estacionado en el aeropuerto, puedes guardar el artículo dentro de él. Te estará esperando a tu regreso.

Pero la señora Zhao no encontró viable ninguna de las opciones anteriores. Entonces, se fue a sentar a una esquina y comenzó a beberse toda la botella de cognac. Sí, toda. Ella sola.

¿Cómo no amar a la señora Zhao con su actitud de "lo hago porque puedo"? Desafortunadamente nuestra admirada viajera no aguantó todo el licor que ingirió y, de acuerdo a los reportes, comenzó a portarse de manera alocada y a gritar incoherencias. De pronto cayó al suelo y ahí se quedó hasta que llegó la policía.

Por supuesto que no le permitieron tomar su vuelo.

La policía llamó a sus familiares, quienes pasaron por ella. Sin embargo, no la dejaron irse hasta que la borrachera se le pasó.

Estoy seguro de que no fue exactamente la forma en que ella esperaba disfrutar de su carísimo cognac, pero definitivamente no iba a dejar que algo tan bueno se fuera a la basura —o, más probablemente, en la mochila de algún astuto oficial de seguridad—.

Porque, seguramente, los oficiales tampoco iban a dejar que un cognac tan rico terminara en la basura. TSA lo sabe, pero a pesar de eso en su blog escribe: "Nuestros oficiales en realidad preferirían que no perdieras la navaja que tu abuelo te regaló, ni el cuchillo con el que cortaste tu pastel de bodas".

¿En serio, TSA? ¿En serio?

En fin. Quiero creer que a ese cognac le fue mejor en el cuerpo de la señora Zhao, a quien solo me queda decirle: "Bien, señora. Ninguna garganta en este mundo merecía ese cognac tanto como la suya".