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¿Qué pasa cuando una compañía minera internacional llega a tu pueblo?

Entrevistamos a Mark Grieco sobre su película Marmato, que examina las dinámicas generadas por las grandes compañías mineras que llegan a arrancar el oro de los pueblos de Colombia.

Hace cinco años, Mark Grieco tenía 24 años y era un fotógrafo independiente que viajaba por Latinoamérica. Como a muchos, a Grieco le impresionaron las disparidades económicas –guetos masivos separados de gigantescas mansiones con muros y guardias de seguridad– y este desequilibrio llevó a Mark a la acción. Rápidamente abandonó sus ambiciones fotográficas y comenzó a trazar una película que iluminaría las desigualdades, explorando la historia del continente y especulando sobre su futuro.

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Como tema escogió un pueblo rico en oro de cerca de 10.000 habitantes llamado Marmato. Marmato era una anomalía tentadora, un municipio asentado sobre una de las mayores reservas de oro no explotada (que se valora en cerca de $20 mil millones de dólares), que es operada completamente sin intervención de compañías extranjeras. Intrigado por la forma en que las personas subsistían explotando la mina de la manera tradicional, Grieco comenzó a documentar a la comunidad. Poco después de su llegada, la casualidad quiso que la primera empresa minera internacional llegara a Marmato y comenzara a comprar las acciones locales, proporcionándole un conflicto cautivador para documentar.

La película resultante, MARMATO, es una apasionante historia sobre la creciente influencia y control de los inversores extranjeros sobre el pueblo colombiano, mostrada a través de los ojos de los mineros locales, los propietarios de las minas y los ejecutivos extranjeros enviados para ayudar a suavizar la transacción. MARMATO capta muchos acontecimientos dramáticos, incluido el momento en que el Gobierno detiene las provisiones de dinamita que necesitan para explotar las minas, asfixiando de manera efectiva la economía local para que sea más fácil para los extranjeros tomar el control. Esto conduce a una resistencia prolongada por parte de los trabajadores locales, que entran a las minas de manera ilegal y utilizan dinamita casera para llegar al oro, lo que lleva a una tensión con un Gobierno que no tiene miedo de enviar militares a los pueblos para imponer su voluntad.

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Después de que Mark visitara Toronto para estrenar MARMATO, con tres proyecciones de entradas agotadas en el Bloor Hot Docs Cinema, le hice una llamada para discutir las implicaciones a largo plazo de la inversión extranjera en las ciudades Latinoamericanas económicamente desesperadas, cómo es utilizado el ejército norteamericano para proteger la inversión de empresas mineras extranjeras, y por qué cree que el Gobierno canadiense ha estado haciendose el de la vista gorda sobre la designación de un organismo de control sobre la industria minera.

VICE: ¿Cómo terminaste escogiendo a Marmato como tema para tu documental?

Mark Grieco: Comencé buscando un pueblo minero que no tuviera un entorno turístico, ni en la actualidad ni en el pasado, y al mismo tiempo no tuviera una multinacional minera controlando los recursos.

Cuando encontré Marmato, sabía que era exactamente lo que estaba buscando tan pronto como llegué. Es un pueblo en el que los mineros están explotando de la misma manera en que lo hacían hace siglos, y el oro se queda en la economía local. Y solo por coincidencia, casi en la semana en que llegué, la primera compañía minera canadiense llegó y comenzó a comprar las minas. Comencé a filmar algo más de un año después de mi primer viaje a Marmato.

En un punto de la película muestras los anuncios de la compañía canadiense que compra el 80% de las minas de Marmato –Midoro–, se están pasando por la televisión local hablando de cómo sus técnicas avanzadas de perforación son mejores para el medio ambiente. También se jactan de los puestos de trabajo que van a crear para la comunidad y cómo se va a convertir a la mina en un espacio ecológico con el tiempo. ¿Crees que hay algo de verdad en esos planes o es una táctica de mercado?

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Esto es un viejo juego que las compañías usan para entrar y vender aceite de serpiente a este tipo de comunidades que son vulnerables a este tipo de mensajes, y vulnerables a la atracción del capital, a los extranjeros que muestran maletines llenos de dólares.

Pero si alguien me pudiera mostrar un proyecto minero que en realidad prometa estas cosas y las consiga para la comunidad, estaría sorprendido. Raramente sucede. En realidad es una táctica de publicidad. En el video de la película, diría que nunca se completó cada cosa que prometieron. Sé que la primera vez que se mostró a la gente de Marmato, fue en una reunión cerrada con el alcalde y los concejales del pueblo. Al público no se le permitió verlo.

Así que lo que están diciendo es: “vamos a crear estos trabajos y este hermoso pueblo nuevo”. Pero rara vez, o nunca, explicaron a la comunidad las implicaciones que una mina a cielo abierto tendría.

¿Cuáles son las implicaciones?

Significa la destrucción final de una ciudad de 500 años de antigüedad. Significa la erosión del tejido social. Significa la muerte de su territorio, de su tierra. Y finalmente, la destrucción del pueblo… Pueden garantizar empleo, pero es solo a corto plazo, es un proyecto que tiene una vida útil de (máximo) 30 años.

En la película parece que muchos de los canadienses y otros que viajaron a Marmato están realmente convencidos de que van a mejorar la calidad de vida del pueblo. ¿Crees que en realidad están convencidos o su certeza hace parte del negocio?

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Bueno, creo que en algunos niveles podrían mejorar ciertos aspectos de sus vidas. Este caso es complejo. Hay dos cosas importantes: la manera en que las personas del lugar hacen minería, no es segura ni sostenible para la comunidad, y hasta cierto punto también están dañando el medio ambiente.

La diferencia entre eso y la gran minería, es que la gran minería se llevaría a cabo en una escala tan masiva que el impacto ambiental sería enorme, y así mismo sería el impacto social. La otra cosa es que espero que se entienda, es que no estoy atacando a los inversores extranjeros. Les estoy permitiendo justificar su tipo de trabajo y su existencia en una comunidad como [Marmato] para ver cómo pueden justificar esos reclamos y la inevitable agitación del tejido cultural y social de este pueblo.

Creo que ellos realmente creen lo que están diciendo, porque si fueras un extranjero que trabaja en la industria minera desde hace décadas, y estás acostumbrado a la minería industrial regulada, y si fueras a Maramato y vieras la manera en que ellos explotan, dirías: “Dios mío, es exactamente como en la era de piedra”, [que es lo que] uno de los ejecutivos dice en la película. Hay una percepción de los extranjeros de que “estamos salvando a la comunidad de sus costumbres primitivas”.

Los mineros a la entrada de una mina en Marmato. Foto vía Mark Grieco.

El 75% de las compañías mineras del mundo tienen su sede en Canadá. ¿Por qué crees que es así?

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Creo que una respuesta simple sería que Canadá no tiene una economía altamente industrializada. Y que por un largo tiempo, ha tenido una economía basada en los recursos: comercio de pieles, recursos minerales, ese tipo de cosas.

En el caso de Colombia, hay una manera interesante de ver esto y es que recibe la tercera ayuda militar más grande del mundo de los Estados Unidos, a parte de Israel y Egipto. Y lo que ha estado pasando en la últimas décadas en Colombia, es que mucha de la ayuda militar se está yendo a combatir los grupos insurgentes. Pero los lugares que en cierto modo están limpiando de esos grupos insurgentes, son lugares ricos en petróleo y recursos militares. Y una vez todo está limpio, entonces llegan las empresas.

Ahora, si la mayoría de compañías mineras fueran americanas, fácilmente podrías hacer esa conexión. Pero si se trata de una empresa minera de Canadá, que comienza a tomar ventaja de estas áreas recién controladas, entonces la conexión no es tan clara.

Hemos informado anteriormente sobre la administración de Stephen Harper arrastrando los pies sobre la contratación de alguien que supervise la industria minera, ¿cuál crees que es la causa de su retraso?

Bueno, es algo difícil para mí. Soy estadounidense. No sé mucho de lo que sucede allí en términos políticos, pero creo que es claro: [la minería es] una de las piedras angulares del éxito económico [canadiense]. El Gobierno tiene un gran interés en no dejar que haya mucha regulación. Muchos de los grandes bancos en Canadá, están invirtiendo directamente en grandes proyectos… por ejemplo, el Canadian Pension Plan desde 2011 ha invertido $6 millones de dólares en la Gran Colombia Gold, que es la compañía canadiense que está en Marmato. Creo que ha habido intentos de regular a estas empresas y la mayoría de las veces quedan aplastados.

¿Qué crees que la gente debería saber sobre la forma en que las compañías mineras están conduciendo su negocio en el mundo?

La gente ni siquiera sabe lo que está pasando y cómo es conducido este negocio. Puede haber algunos ejemplos plausiblemente positivos de este tipo de inversión en el mundo subdesarrollado, pero la mayoría de las veces es realizado por medio de tácticas como las que se muestran en MARMATO. Y creo que ese es el caso de Colombia, porque la mayoría de los medios no informan sobre la historia de la misma manera en que yo la cubrí: invirtiendo mucho tiempo y hablando directamente con las personas que fueron afectadas por esta inversión.

Esperemos que las personas que están a favor de este tipo de inversión, y los que están totalmente en contra, puedan ver la película e identificar todos los lados de la historia por medio de una interpretación humanista de este tipo de conflictos. Que digan, mira, necesitamos pensar que esto es más profundo e intentar encontrar un diálogo en el medio. Y creo que ese es el primer paso: crear conciencia.

MARMATO debutará en Netflix en enero de 2015. Para más información de la película, clic aquí o aquí.
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