Cuando los Black Lips decidieron grabar su último álbum de estudio, quisieron intentar algo nuevo –trabajar con un productor profesional para variar–. A pesar de que este disco fue su sexto álbum de estudio, siempre los habían producido ellos mismos. Sorpresivamente, Mark Ronson encabezaba su lista de "productores de ensueño", la cual parecía una elección poco probable debido al sonido lo-fi, garage rock de los Black Lips, pero Ronson al provenir de la vieja escuela, grabaciones con un estilo como de los años sesenta y nominado a un Grammy gracias al trabajo que hizo con Back to Black, de Amy Winehouse, prueba que tiene la capacidad de capturar y refinar el sonido vintage de la banda.Los seguimos al estudio donde rápidamente habían establecido un lenguaje común con su nuevo integrante. Los chicos descrubrieron que Ronson no sólo tenía los objetivos necesarios para sugerir ajustes y arreglos que pudieran llevar su música al siguiente nivel, sino que más importante, entendió el sonido. ¿Qué tan seguido puedes decirle a alguien, "güey, ¿puedes hacer que suene más terrorífico? ¿más fantasmal?" y que sepa exactamente a lo que te refieres? Ese tipo de lazo de entendimiento es raro, especialmente entre músicos con antecedentes tan diferentes.Tal vez nos estemos adelantando un poco, pero después de ver el video de arriba, tenemos el presentimiento de que esto puede ser el inicio de una chin-go-na amistad. Busca el álbum en Vice Records.