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​Una mujer cobró una indemnización de 1,5 millones por sufrir una lesión cerebral que supuestamente la hizo convertirse en dominatrix

Alissa Afornina sufrió un accidente de tráfico que le provocó unas lesiones cerebrales que según sus abogados la han convertido en dominatrix.

El 9 de agosto de 2008, la canadiense Alissa Afonina se encontraba en un Toyota Tacoma con su hermano Alexei, su madre, Alla, y el exnovio de esta, Peter Jansson, cuando al pasar por un charco en una curva, perdieron el control y se salieron de la carretera. No hubo más vehículos involucrados en el accidente, pero el todoterreno, que varios testigos afirman haberlo visto ir a demasiada velocidad, acabó volcado sobre un costado. Las dos mujeres que lo ocupaban sufrieron varias lesiones.

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Según los documentos judiciales, "es indiscutible que Alissa ha sufrido una lesión cerebral a causa del accidente", por lo cual recibió una indemnización de más de 1,5 millones de dólares (la madre recibió otros 943.000 dólares). Lo que sí es discutible es si, a raíz de ese accidente, Alissa sufrió un trastorno de personalidad que la llevó a convertirse en una trabajadora del sexo.

Durante el curso de 2008-2009, justo después del accidente, Afonina empezó a mostrar un comportamiento distinto. Según el testimonio de un profesor, la chica era incapaz de controlar sus impulsos, sufría arrebatos de ira en clase, dispersión de la memoria y, en general, se mostraba poco sociable. Antes del accidente, los que la conocían aseguraban que era una alumna brillante, una "chica gótica" con muy alto rendimiento y de "aspecto artístico".

Sin embargo, una psiquiatra del instituto presentó una versión diferente de la Afonina de antes del accidente, afirmando que ya entonces sufría un trastorno límite de la personalidad. El juez desestimó este diagnóstico, aduciendo que la joven habría fingido esa patología como técnica para llamar la atención. En cualquier caso, Afonina no era la misma después del accidente. Dejó de asistir al instituto para acabar sus estudios desde casa. En una valoración psiquiátrica posterior se concluyó que por su estado de salud no se debía descartar la posibilidad de obtener un empleo estable a tiempo completo.

Luego, en algún momento durante el año 2013, Alissa Afonina se hizo dominatrix, una profesión que, según sus abogados, implicaba la "asunción de riesgos innecesarios" y venía a reforzar la teoría de que la chica sufría una discapacidad cognitiva a causa de la lesión cerebral. El juez, aunque apuntó que por su profesión "demostraba cierta capacidad de organización para cumplir plazos y citas y recaudar su remuneración", concluyó que "debido a la lesión cerebral sufrida, no tenía ninguna capacidad laboral residual".

Acudí a la dominatrix de San Francisco Eve Minax para conocer su opinión sobre el caso. Minax se lamentó de que, por lo general, las trabajadoras del sexo que reciben más atención por parte del sistema jurídico son aquellas que empiezan en la profesión por algún motivo pero no se la plantean en serio. "Somos muchas las que nos planteamos en serio nuestra profesión, que valoramos nuestro trabajo", afirmó.

Pese a que Minax se mostró solidaria con Afonina, añadió, "Sea como sea que se resuelva su caso, espero que la decisión de dedicarse al sadomasoquismo de forma profesional no sirva como argumento para justificar la falta de juicio de alguien".

Cuando hablé con ella, Afonina se mostró de acuerdo con lo que dijo Minax y parecía sentirse molesta por la atención mediática que había suscitado su historia. "Creo que se usó mi anterior trabajo para dar sensacionalismo a la historia", dijo. "Cada año hay muchos casos de personas que sufren lesiones cerebrales y no acaban en la portada de un periódico."