Raia Mutomboki: ciudadanos enfurecidos de la República Democrática del Congo

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Raia Mutomboki: ciudadanos enfurecidos de la República Democrática del Congo

Retratos de uno de los grupos rebeldes más grandes del Congo.

Combatientes de Raia Mutomboki entrenando en las colinas de Lulingu, un pueblo retirado en la provincia de Kivu del Sur. Los Kikuno ganaron el apoyo generalizado de los ciudadanos, y esto los diferenciaba de otros grupos armados de la República Democrática del Congo.

Raia Mutomboki (RM), una red difusa de ciudadanos armados, compone uno de los grupos rebeldes más grandes de la República Democrática del Congo. El nombre de la red, que significa "ciudadanos enfurecidos", hace referencia al motivo de su creación: la indignación frente a las masacres, violaciones y las innumerables atrocidades que los congoleses han sufrido a manos de los Interahamwe, la milicia hutu responsable de gran parte del genocidio de los tutsis durante la guerra civil de Ruanda, en 1994.

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Los Interahamwe han ocupado las selvas del Congo oriental desde que huyeron de Ruanda hace más de 20 años. Sin esperanzas de volver a casa, el grupo paramilitar ha intentado hacerse un lugar en el Congo, atacando poblaciones y peleando por el control de las minas y otras áreas ricas en minerales. Cuando el gobierno probó ser incapaz de proteger a sus ciudadanos, algunos grupos de congoleses afectados decidieron hacerse responsables de la seguridad: se juntaron, se armaron y formaron la RM. Empezaron en 2005 y después de permanecer inactivos por algunos años reaparecieron en 2011.

La RM tiene varias facciones, cada una con su propio líder. Algunas de estas han estado en guerra y han sido acusadas de cometer las mismas atrocidades que se suponía debían prevenir. Otras son más benevolentes. Entre diciembre de 2013 y enero de 2014, la fotógrafa Diana Zeyneb Alhindawi viajó a la provincia de Kivu del Sur, en la RDC, para retratar a miembros de la facción Kikuno, que desde entonces se disolvió.

Ceremonia tradicional afuera de la casa del Rey de Lulingu, Asani Keka Mbezi, miembro de los legas, un grupo étnico cuya remota ubicación en las selvas orientales permitió que sus tradiciones sobrevivieran a la ocupación belga.

Mai, de 18 años, se unió como soldado a la RM cuando tenía 16. Ella y su esposo, también soldado, tienen un hijo juntos.

Las estructuras deterioradas de la era de la colonización belga relatan la historia de minería en el área y de la lucha por los recursos entre el Congo y los extranjeros.

Combatientes de la RM con camuflaje, después de haber patrullado los alrededores de Lulingu.

Un niño sentado sobre una vieja herramienta de minería, dentro de un edificio colonial que, aunque hoy es un colegio, alguna vez sirvió de cárcel para el ejército congolés.

Habitantes del pueblo y familiares de luto en el funeral de Damas, un niño de siete años que fue asesinado.

Henriette Useni Kabake, la administradora local de Lulingu, en una reunión con los líderes tradicionales y los de Raia Mutomboki dentro de un edificio en ruinas de la colonia belga hosts.

El alcalde, Bamwizio Kilumbalumba Wamenya, sentado con su hijo, afuera de su casa.

Los migrantes de la tribu Bashi, de la región de Bukavu, dan trababjo por las minas en el territorio del RM. La tribu Lega, que creó el RM, cumplen con el papel de supervisores gracias a sus conocimientos únicos en la industria minera, que adquirieron trabajando en la colonia belga.

Grafitis en las paredes de la casa de Henriette Useni Kabake, la administradora local de Lulingu, que dan testimonio de una época en la que los soldados de las FARDC ocuparon su hogar a la fuerza por más de un año, dejando por fuera a sus hijos.

Estructuras en ruinas de la era de la colonia belga que hablan de la historia minera de la zona, así como de los problemas que enfrenta el Congo con los extranjeros que intentan tomar sus recursos.

La viuda Madelaine Kapinga parada afuera de su casa improvisada, en una zona de Lulingu que es habitada por los desplazados por el conflicto. Su historia no es poco común, ya que muchos han perdido a sus familias en las masacres cometidas por el Interahamwe o en las luchas siguientes con las FARDC.

El alcalde Bamwizio Kilumbalumba Wamenya empieza su día con meditación tradicional y con un ritual de limpieza por fuera de su casa.