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pagar por pilotar

Un piloto de Fórmula 1 demanda a su propio equipo para asegurarse el empleo... y gana

La historia de Giedo van der Garde y Sauber ejemplifica la necesidad que tienen los equipos de Fórmula 1 de fichar a pilotos que paguen por conducir en una disciplina con un futuro económico incierto.
Foto vía Sauber F1 Team

En la mayoría de deportes, el talento y el trabajo duro determinan quién llega a la élite. Sin embargo, en la cúspide de las carreras de coches, esto no es así. Con unos costes cada vez más elevados, los pequeños equipos de Fórmula 1 se van volviendo cada vez más dependientes de los pilotos que pagan por conducir un monoplaza. Así, mientras las grandes escuderías como Mercedes y Ferrari siguen contratando a los profesionales de más talento, sus rivales de media tabla aceptan a los pilotos que ofrecen grandes contratos de patrocinio… o incluso a aquellos cuyos ricos papás estén dispuestos a firmar cheques con muchos ceros.

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Al equipo suizo Sauber, todo un veterano tras 22 años en la parrilla, el modelo "pagar para correr" se le ha torcido. Un conductor de pago ha demandado el equipo asegurando que tenía un contrato para conducir durante esta temporada… y ha ganado.

El holandés de 29 años Giedo van der Garde, que se pasó la pasada temporada como piloto reserva de Sauber, afirma que el equipo le garantizó un monoplaza para la temporada 2015 en el mes de junio. No obstante, en noviembre Sauber confirmó otros dos pilotos: el sueco Marcus Ericsson y el brasileño Felipe Nasr. Igual que Van der Garde, ambos venían con notables incentivos económicos. Se cree que incluso estaban dispuestos a hacer frente al coste de sus licencias, asegurando así la supervivencia de Sauber a corto plazo frente a un océano de deudas.

Los Sauber probablemente no sean los coches más fiables de la parrilla, pero al menos ahora se habla de ellos para algo que no sea criticar sus resultados. Foto vía Sauber F1 Team

Los equipos de Fórmula 1 solo pueden disponer de dos pilotos para cada carrera y suelen mantener la misma pareja durante toda la temporada, de forma que Van der Garde se quedaría sin asiento en este particular juego de las sillas. El holandés, que se mantuvo callado durante la pretemporada, aseguró el pasado noviembre que le correspondía un asiento en la campaña del 2015.

Entonces, sin hacer demasiado ruido, Van der Garde llevó su caso a un tribunal de arbitraje suizo, que falló a su favor. El pasado mes de marzo, el piloto amplió su acción legal al estado australiano de Victoria, donde tuvo lugar la carrera inaugural de la temporada 2015 de la Fórmula 1, reclamando el asiento que según él le correspondía.

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Sauber respondió que para Van der Garde no sería seguro pilotar, dado que no tenía experiencia para el monoplaza que la escudería había diseñado de cara a la nueva temporada. No obstante, este argumento es de muy poco peso: Van der Garde compitió durante toda la temporada 2013 para el equipo Caterham y dispone de una notable experiencia tanto haciendo de piloto de pruebas como en carreras de categorías inferiores, lo que muestra que estaba más que cualificado para competir en el Gran Premio de Australia.

El pasado 11 de marzo, el juez Clyde Croft del Tribunal Supremo de Justicia ratificó la demanda de Van der Garde y forzó a Sauber a descartar a uno de los dos otros pilotos para hacer sitio al hombre que les había derrotado en los tribunales.

Haceos a un lado, amiguetes: ¡el coche es mío! Foto vía Sauber F1 Team

"Estamos muy decepcionados por esta decisión y ahora necesitamos tiempo para entender lo que significa y el impacto que tendrá en el inicio de nuestra temporada", dijo el director de Sauber, el ex abogado Monisha Kaltenborn. El equipo lanzó una apelación que deberá resolverse el próximo jueves.

El caso deja muy clara la peligrosa situación económica a la que se enfrentan los equipos de Fórmula 1 en el inicio de la temporada 2015. La crisis financiera global conllevó la marcha de varios de los mayores constructores y patrocinadores, mientras los sistemas de decisión empezaron a favorecer cada vez más los intereses de los equipos más grandes y poderosos.

El equipo Caterham cayó finalmente de la parrilla tras una búsqueda caótica de financiación que duró seis meses, mientras Manor Marussia logró sobrevivir en el último suspiro tras perder su principal mecenas. Force India se perdió la mayoría de los 'tests' de pretemporada debido a problemas de 'cash-flow', y Sauber y Lotus también han pasado por sonadas dificultades.

Esto ha llevado a una situación en la que más o menos la mitad de los pilotos de Fórmula 1 aporta dinero para asegurarse un asiento. La calidad de los "pilotos de pago" varía: algunos son de bastante nivel, como Sergio Pérez, que dispone de un considerable soporte desde su México natal pero a la vez ha logrado sumar cuatro podios; otros, como Van der Garde o Ericsson, apenas han puntuado y sus carreras previas a la F1 hacen presuponer que difícilmente estarían compitiendo en la categoría reina si no fuese por su dinero.

Diez equipos y un total de 20 coches competirán en la temporada 2015 de la F1, que empieza este domingo en el circuito de Albert Park en Melbourne, Australia. De cara a la temporada 2016, un nuevo equipo norteamericano liderado por Gene Haas, dueño de un equipo en la NASCAR, se unirá a la parrilla: no obstante, igual que todos los equipos pequeños, no tendrá más remedio que buscarse un par de pilotos que puedan pagar por un asiento en sus monoplazas.