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Comida

Por qué debes alejarte de las botanas cuando estás en tu oficina

Es increíble la cantidad extra de comida que ingieres cuando botaneas en la oficina. Y ni siquiera lo notas.
Photo via Flickr user Steve Guzzardi

Estómagos llenos equivalen a una mayor productividad, los empleadores saben esto. Por otro lado, los empleados aman la comida gratis. No solo porque es gratis, sino porque la comida gratuita es una forma de hacerlos sentir como miembros del equipo empresarial.

Ya que el hambre es causa de la mayoría de las rebeliones, todos ganan cuando los altos mandos gastan algo de dinero en snacks para aumentar la moral y la energía en la oficina. Y si bien el esfuerzo para mantener al personal feliz es noble, podría no ser lo mejor para los trabajadores.

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Aunque la relación entre la comida gratis en el trabajo y la glotonería ya ha sido establecida en investigaciones previas, un nuevo estudio de las Universidades Saint Joseph's y Yale sugiere que las fuerzas que influyen en nuestros hábitos alimenticios son más sutiles de lo que parecen.

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"Desafortunadamente, mantener a los empleados felices puede causar un conflicto con el objetivo de mantenerlos sanos, ya que comer muchos snacks en el trabajo puede contribuir a comer demás y a la obesidad", los autores del estudio escribieron. Para su estudio de campo en las oficinas de Google de Nueva York, el equipo de científicos se centraron en una medida principal: la distancia relativa entre las botanas y las bebidas.

Finalmente descubrieron que los empleados que fueron a la estación de bebidas más cercana a la estación de snacks tenían significativamente más probabilidades de tomar comida. De hecho, los hombres tenían el doble de probabilidad de tomar comida cercana, mientras la tasa de ingesta en mujeres se elevó de 13 a 17 por ciento para quien estuviera más cerca de la estación de snacks. En otras palabras, parecería que el factor que nos incita a comer en el trabajo, y en muchos casos a comer demás, podría ser tan sutil y pequeño como unos cuantos pasos.

Así, aparte del hecho de que la flojera podría protegernos de comer demás, los descubrimientos sugieren que nuestra mente consciente no siempre está dirigiendo el barco en lo que se refiere a comer.