Los nuevos impuestos en los refrescos en México sí logran que los consumamos menos

Cuando nos enteramos de los nuevos impuestos opresivos del gobierno sobre nuestros adorados refrescos y bebidas azucaradas en México, algunos se alteraron, otros se deprimieron, y los cínicos pensamos —peor aún, comentamos— que ponerle impuesto a algo tan altamente adictivo como el azúcar no tenía ningún sentido y no iba a representar ningún avance positivo en nuestra eterna lucha contra la obesidad. Incluso citamos como evidencia al alcohol y a los cigarrillos.

Bueno, pues estábamos equivocados.

Según un estudio reciente, hecho en México, esta afrenta a la libertad de matar a nuestros páncreas con azúcares refinados baratos y adictivos de hecho está impactando positivamente en el consumo de refrescos.

En este estudio, titulado "Beverage purchases from stores in Mexico under the excise tax on sugar sweetened beverages", un equipo de investigadores examinó el impacto que un impuesto del 10 por ciento tiene sobre el comportamiento del consumidor mexicano.

Al medir el consumo de azúcar en 6 mil 253 hogares en 53 ciudades, se informó que el nuevo reglamento, que entró en vigor en enero de 2014, de hecho tiene un impacto beneficioso sobre el consumo de azúcar en un país que se enfrenta a un creciente problema de obesidad.

En concreto, los investigadores de nutrición reportaron una disminución de 6 por ciento en las compras de bebidas endulzadas con azúcar y 4 por ciento de aumento en las bebidas libres de impuestos en el transcurso de 2014. Curiosamente, la disminución de compras de bebidas azucaradas también creció con el tiempo, alcanzando un 12 por ciento de disminución a finales del año en el que se midió.

Otros países, como Inglaterra, se resisten a la tentación de ponerle impuestos al azúcar, a pesar de que una importante investigación reciente indica sus enormes repercusiones en la salud de la población. Además de México, Francia es el único país en poner en práctica esas medidas agresivas, pero los datos aún no se han observado ahí.

Así que, los que viven en otros países, disfruten sus azúcares libres de impuestos mientras puedan, porque la tiranía de la eficaz investigación en salud puede llegar pronto a sus costas.