¿Cómo los Juegos Olímpicos están afectando la vida nocturna carioca?

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Este artículo se publicó originalmente en THUMP Brasil.

Olvida las obras atrasadas y mal terminadas, las violaciones de derechos humanos, los escándalos políticos, las amenazas terroristas y los focos del zika. La única cosa de la que podemos estar seguros en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro es que habrá mucha fiesta. A final de cuentas eso es lo que los brasileños saben hacer mejor. A vísperas del magno evento, una gran agenda de eventos comienza a ser revelada, no sólo en los incontables bares y clubs de la ciudad, sino también en palcos del ayuntamiento esparcidos por toda la ciudad, en las más de 50 casas temáticas de los países competidores y en varios otros eventos corporativos patrocinados por grandes marcas. Platiqué con DJs, productores y dueños de clubes nocturnos en Río, y aunque no hay duda que habrá mucho alboroto por la ciudad, sus opiniones sobre el saldo de todo esto varían mucho.

Antes que nada, es necesario entender que Rio de Janeiro es una ciudad que vive de día, y a pesar de que alberga grandes músicos, DJs y estilos musicales de Brasil y el mundo, la vida no ha sido fácil para quien gusta de la vida nocturna en la maravillosa ciudad. Las políticas de zonificación que remontan al año de 1976 complican la obtención de licencias de clubes nocturnos, lo que fuerza a la mayoría de ellos a funcionar de manera ilegal o con licencias que pueden ser revocadas en cualquier momento.

Los propios hábitos de los cariocas, de preferir tomar al aire libre y comprar alcohol a vendedores ambulantes (es permitido el consumo de bebidas alcohólicas en todas las calles de Brasil) y la cultura VIP heredada de la familia real, hace que todos se consideren demasiado importantes como para pagar la entrada a un show o a una discoteca. Los empresarios aprovechados que prefieren vender bebidas a vender cultura tampoco ayudan. Puedo decir que nueve de cada diez bares y clubs de Lapa, la zona bohemia de Rio más frecuentada por los turistas, no están interesados en invertir en su programación musical. Dejan todo en manos de una playlist, y a lo mucho de una banda musical que toca covers, integrada por hombres fortachones con pantalones blancos tocando cliché sobre cliché.

Además de la crisis económica y política del país, el estado de RJ en específico vive la mayor crisis financiera de la historia, teniendo que declararse en estado de emergencia pública para poder garantizar la realización de las Olimpiadas. Aún con una baja facturación por el momento, la mayoría de los profesionales con los que platiqué se mostraron optimistas con las Olimpiadas.

"Creo que habrá un gran movimiento de turistas, y que la industria del entretenimiento se va a ver muy beneficiada. Pero creo que La Copa del Mundo fue probablemente mejor que lo que serán las Olimpiadas, porque en La Copa teníamos a un turista más fanfarrón, un turista de fiesta, escandaloso y así. Y en las Olimpiadas tenemos a un turista más requintado, un público que sabe seleccionar mejor. No estoy viendo a los fanfarrones que tuvimos en La Copa del Mundo, pero creo que vamos a tener momentos muy buenos con casa llena", confiesa Cabbet Araújo, propietario de Fosfobox, fundado hace 12 años en Copacabana, y de La Paz, fundado hace tres años en Lapa. La discoteca de Copacabana funcionará todos los días de la semana durante 20 días, mientras que la de Lapa será de jueves a domingo.

Cabbet explica que durante La Copa su facturación duplicó. "Eso fue en junio, normalmente un mes bajo porque es el inicio de invierno, final de semestre e inicio de las vacaciones. Ahora, durante las Olimpiadas, espero que sea así. No creo que los eventos gratuitos que están esparcidos por ahí vayan a afectar (a las ganancias de los clubes), la ciudad está llena de personas que quieren conocer la noche y las discotecas. Yo estoy esperando casa llena, pero no con tanta euforia como fue en La Copa del Mundo".

Para Daniel Koslinski, uno de los socios de Grupo Matriz, propietario de la Casa da Matriz desde hace 16 años en Botafogo, del bar Chopperia Brazooka y de la casa de shows Teatro Odisséia en Lapa, lo que pasará es una incógnita. "No se sabe si va a ser un gran carnaval, pero si lo es, va a ser una mierda, porque desde hace cinco-seis años el carnaval se volvió una mierda, ya que todo el mundo está tomando en la calle, bebiendo cervezas de los ambulantes y nadie quiere pagar para entrar en casas nocturnas o discotecas, y también porque tienen muchos escenarios y eventos en las calles.

Históricamente, el periodo del Carnaval arrastra anualmente a millones de comparsas y turistas por las calles de Rio, pero es muy bajo para el circuito nocturno. "Cuando llega la noche, ya todo el mundo está destruido de tanto estar en los desfiles, entonces lamentablemente se acaba perjudicando a los clubes" explica Cabbet. Se trata de un periodo complicado en que hasta los vendedores ambulantes salen perdiendo. Durante todo el año, cariocas se aglomeran en puntos como Lapa, Pedra do Sal o Baixo Gávea alrededor de vendedores ambulantes que ejercen una actividad ilegal bajo la vista gorda de la ley. Cuando llega el Carnaval, el ayuntamiento sortea licencias para que los vendedores se registren, bajo el compromiso de vender una marca específica de cerveza y comprar en distribuidores autorizados. La actividad es bastante controversial de acuerdo al punto de vista legal, pues, si los ambulantes sólo pueden vender determinada marca, ¿ellos no serían funcionarios de éstas y sujetos a leyes laborales?

Como la Casa da Matriz tiene enfoque en el público universitario, Daniel explica que es difícil medir si el aumento en la facturación va a ser gracias a las Olimpiadas o por el periodo vacacional que en el Estado de Rio fue re-agendado para que coincidiera con el periodo olímpico. "Lo bueno es que la gente tiene vacaciones, por ejemplo ahora, nuestro Karaokê Indie del miércoles, que es producido por un grupo muy loco, siempre que tiene libre los miércoles se llenan. Es mejor ahora que el alcalde promulgó puente olímpico".

Los puentes y el periodo vacacional son la apuesta de Fernando Schlapfer, fotógrafo fundador del colectivo I Hate Flash, DJ y productor de la fiesta I Hate Mondays, realizada los lunes. "Siempre hago los eventos en épocas vacacionales de la facultad, o entonces hago ediciones especiales cuando el puente cae en martes. O sea, cualquier excusa para que más personas estén libres los martes, es motivo de fiesta." La fiesta normalmente recibe al fiel público de seguidores del sitio web I Hate Flash, incluso de otros estados que están de visita en Rio, pero ningún extranjero.

"Obviamente sé que siempre habrá uno que otro gringo, pero me enfoco en un público más selectivo y creo que los turistas de fuera siempre terminan cayendo en las 'trampas de gringo', unas discotecas que se publicitan en albergues y hoteles pro-turistas. Y cuando se hace una cosa enfocada en algo en específico, los gringos que aparecen ya son gringos que conocen y tienen amigos aquí en Rio. Pero la realidad es que de las peores experiencias que hubo en otras ediciones, vinieron de gringos que aparecieron sabrá cómo, con actitudes machistas que pasan en otras discotecas; gente queriendo ligarse a mujeres y hablando mierda. Entonces nosotros no nos enfocamos en ellos, y evitamos divulgar los eventos para ellos, porque aunque son un público que paga más, no es conocido por ser amigable. Como nuestras fiestas se llenan, ni acostumbramos a ir detrás de ese público".

La DJ y productora Nicole Nandes cuenta que rechazó propuestas para producir en agosto su fiesta ambulante de black music, LUV, para enfocarse a eventos corporativos. "La gente que trabaja en el evento ya está preparándose hace más de un año para las Olimpiadas. Es obvio que la gente tenía expectativas muy altas, y a pesar de nuestro patriotismo y nuestro compromiso político, en el fondo las cosas son diferentes, porque realmente nuestro alcalde cambió muchas cosas. La ciudad quedó hecha un caos, deforestó muchos lugares, sacó a mucha gente de sus casas, y ese es el lado triste de la historia que no me gusta y con el cual no concuerdo. Los precios subieron, todo estaba muy confuso, y las empresas también tardaron en contratar a los productores y terminar con lo que realmente iba a pasar. Esa expectativa ruin que quedó volando, esa nubecita negra causada por las cagadas que nuestros políticos hacen, afectó a todo mundo. Pero yo, como todos los brasileños, creo que va a mejorar. La gente que estaba teniendo grandes dificultades está consiguiendo superarlas. Creo que en la peor de las hipótesis, 70% de la gente envuelta en la cultura y la noche no tiene de qué reclamar, porque está sobrando un poquito para todos".

Ya satisfecha con los trabajos que consiguió terminar, confiesa que no fue fácil. "Al principio estaban pagando mal, debatiendo con una gran cantidad de personas y regateando para poder cerrar tratos aquí. Algunas grandes empresas están pagando muy mal. Siendo un país del tercer mundo, ellos saben que la gente necesita trabajo y que la ganancia va a ser de ellos, entonces muchas empresas ofrecieron un salario miserable a buenos profesionales. Pero quien se mantuvo y no desistió está consiguiendo trabajar bien en estos días, va a ganar bien y va a pasar un mes de fiesta y con dinero en el bolsillo."

Nicole, una verdadera crítica de la cultura VIP de Rio de Janeiro, está segura de que ahora es el turno de que las criaturas de la noche carioca pasen por la alfombra roja. "Quien va a terminar pagando las entradas son las personas que vienen de fuera, y eso es lo justo. Las personas que siempre apoyaron nuestros eventos ahora entrarán gratis. Yo creo que más o menos eso es lo que va a acontecer, todo se va a llenar, al que haga un evento privado también le irá bien, y es eso, estoy con grandes expectativas".

La militarización de la ciudad es uno de los puntos que quiebran el clima de fiesta para Nicole. "El otro día estaba en un bar en Copacabana y vino un carro con mil soldados con fusiles, descendieron y pasaron en medio de la gente con un comportamiento casi agresivo. ¿La ciudad es peligrosa? La gente sabe que sí, no puede descuidarse, pero creo que la cosa tampoco es por ahí, yo creo que todos ahí están en un clima de paz y no se necesita andar con fusiles en medio de las personas".

Leo Janeiro, DJ, productor y RP del Rio Music Conference, va a tocar en algunos eventos de marcas y delegaciones, y me explicó un lado interesante de ese movimiento. "Algunos DJs que son los DJs más de trabajo, de profesión, que tocan en bodas, fiestas privadas y eventos corporativos, terminaron por ser más valorizados en este momento, porque agarraron varios DJs de esos para sonorizar las pruebas. O sea, la prueba de natación tiene un DJ, la prueba de ciclismo tiene un DJ, la prueba de triatlón tiene un DJ tocando, diversas modalidades tienen un DJ, y considero interesante que ellos (los organizadores de los Juegos) fueran atrás de profesionales que conocen de música. Ellos crearon un procedimiento funcional y eso está muy padre porque activó a algunos DJs que no son tan famosos pero que están ahí."

Platiqué con algunos de esos DJs que no se quisieron identificar y se mostraron un poco desanimados con el trabajo, no sólo por ser "aquel esquema de DJ sonorizador sin mucho glamour", sino porque a pesar de generar un buen resultado final, la paga diaria no es muy buena.

Río de Janeiro es conocido por generar y lanzar al mundo ritmos musicales mundialmente famosos como la samba, la bossa nova y el funk carioca, o los "bailes funk". Un estudio realizado entre 2007 y 2008 por la Fundación Getúlio Vargas indicaba 300 bailes funk en el Estado, que daban empleo a diez mil personas directa e indirectamente, moviendo cerca de 12 millones de reales mensuales. A consecuencia de la elección de Brasil como la sede de la Copa del Mundo, y Rio de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos, el gobierno del Estado, con el apoyo del gobierno federal y de la iniciativa privada, ha lanzado desde 2008 el proyecto de Policía Pacificadora, que consiste básicamente en una ocupación militar permanente en las favelas de Río de Janeiro. Años después, el proyecto se ha convertido en un fiasco, dejando un rastro de muertres que incluyen a habitantes, policías y criminales, además de los eventos de los bailes funk. Con la ocupación militar permanente y la instauración de toques de queda, los bailes funk disminuyeron drásticamente, moviéndose para las comunidades más alejadas y no apreciadas por el momento por la UPP. En las comunidades en donde el proyecto opera, los bailes acontecen esporádicamente mediante la incierta autorización de la policía.

MC Leonardo, uno de los autores del famoso Rap das Armas y fundador de la APAFUNK (Asociación de los Profesionales y Amigos del Funk) es enfático: "Una escena que funciona en la política de la policía de -dejar o no dejar-, no es una escena. Hoy no hay baile, brother, y los que se realizan son esporádicos. Incluso el universo del baile 300 años atrás ya era ruin, era incluso inferior a los de veinte años atrás. Hoy en día ellos no dejan a la gente de la escena organizar un baile en ningún lugar ya que los traficantes hacen presencia, y luego dicen que "el baile funk" es organizado por bandidos, que es "reunión de vagabundos". Siendo así, el turista que venga a Rio va a escuchar los beats del funk en la música temática de los juegos (interpretada por el rapero Projota y el cantante Thiaguinho, ninguno de ellos es carioca), verá a los bailarines del passinho en el show de abertura en el Maracanã, y seguramente moverá el trasero al sonido de los beats en varias fiestas corporativas por la ciudad, pero del verdadero baile funk, de equipo de sonido, en la favela, ese va a pasar de largo.

Según Leonardo, las transformaciones en la cultura carioca van delante de la periferia y de las favelas – el próximo objetivo sería Lapa. "La noche de Rio de Janeiro acabó. Muchos bailes y clubes cerraron. Rio de Janeiro no tiene más diversión, a no ser por mega eventos, y el "mega" se empeñó en hacer un modelo de operación que engloba la cultura como un todo. Si cierra la Fundição Progresso y el Circo Voador, Río de Janeiro se queda sin espacios para sus shows pero la administración de los clubes es muy loca, tienen una posición de enfrentamiento, y saben darle la cara al municipio. Si fueran personas sumisas, ya habrían perdido el espacio hace mucho tiempo. La gente no sabe que van a hacer con Lapa después de inaugurar toda la zona portuaria. Ellos van a intentar mover todos los eventos para la Zona Portuária y aunque no estuviera de acuerdo va a cerrar. Si la gente no hace nada, es eso que va a ocurrir con Rio de Janeiro".

Pero hay un DJ que está surfeando la ola a máxima velocidad, como Leo Justi. "Está habiendo mucha fiesta. En un día voy a tocar con MC Carol, Karol Conka, Nectar Gang y Omulo, y en ese mismo día hay otras dos grandes fiestas. Hay mucha fiesta loca en esta ciudad, creo que se avecina algo grande por el crecimiento de todo esto. Ahora, en cuanto a las Olimpiadas, muchos productores están creyendo que van a tener más público, pero yo tengo mis dudas. Hay tantos eventos oficiales y diversión casual en las calles, que cobrar por un evento privado es arriesgado", completa Justi.

El maestro de los mashups João Brasil también ha visto su agenda convertirse en una locura. "Estoy como un MC de funk, tocando todos los días, de lunes a lunes y todavía tengo días en que toco en dos eventos por día. Además de que trabajé mucho produciendo: hice la banda sonora de apertura de los Paralímpicos y todas las introducciones musicales de las arenas. Voy a tocar en algunas fiestas con taquilla y también en las fiestas privadas de un hotel algunos días".

Con un porcentaje de las ganancias de la noche alternativa cayendo y la concurrencia de muchos otros eventos, la solución para muchos productores fue llevar su fiesta a las calles. Diogo Reis, que toca desde el 2004 con otros socios la fiesta multimedia MOO, es uno de ellos. "No está fácil para nadie. Existe una crisis política y una recesión muy fuerte en el estado de Rio. Hoy las personas piensan tres veces a la hora de sacar el dinero del bolso. Pero, siguiendo la corriente, vamos a hacer en las Olimpiadas un MOO Attack!, nuestra fiesta de calle que va a ser el día 19 de agosto, en la Praça da Harmonia, prácticamente al lado de la Praça Mauá".

Así como otras fiestas que tienen versiones móviles y gratuitas en las calles, la MOO Attack! se paga con las ganancias del bar oficial, montado por los organizadores de la fiesta que frecuentemente estimulan a su público a través de redes sociales y hasta con el micrófono en mano a consumir en ese bar oficial, que siempre enfrenta la concurrencia de docenas de vendedores ambulantes.

Llegamos a la conclusión de que sí, habrá mucha fiesta, y justificaciones socio-económicas. Las calles aún son el lugar favorito del carioca y otros visitantes de la maravillosa ciudad. Para Diogo Reis, "la calle es grande y se convirtió en protagonista. Esto es una muestra de comportamiento de nuestros paisanos. A todo esto ha que sumar la gente que sale a las calles en sus paseos en busca de los Pokémon, que ahora también ellos ocupan el espacio".