Imagen vía US Navy
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El caso es que la intervención rusa supone una violación del acuerdo bilateral suscrito por ambas potencias durante la Guerra Fría en 1972, un acuerdo suscrito por el secretario general de la Marina, Jon Warner y el almirante soviético Sergei Gorshkov.El pacto de no agresión especificaba entre sus prohibiciones que quedaba terminantemente prohibido practicar "ningún simulacro de ataque contra ningún navío u avión, o ninguna clase de maniobra acrobática, ni descargar ninguna clase de objeto fortuito".Las dos superpotencias militares decidieron sellar el acuerdo después de verse implicados en alguna que otra situación de riesgo.Los Su-24 —a los que la OTAN llama espadachines — ya volaron muy cerca de la superficie del portaaviones Donald Cook el año pasado. Entonces, en 2014 los aviones rusos también sobrevolaron peligrosamente al navío estadounidense Ross, un destructor armado con misiles teledirigidos.El ministerio de Defensa ruso se ha desentendido de las críticas proferidas desde Estados Unidos y ha asegurado que "no tienen nada que ver con la realidad". Los rusos han subrayado que sus pilotos no han incurrido en ningún comportamiento ofensivo. Según el ministerio responsable de la seguridad en el país, sus pilotos "han actuado estrictamente de acuerdo con las normativas internacionales que regulan el uso del espacio aéreo".Así es como la aviación de Rusia y la de EEUU se están desafiando sobre el cielo sirio. Leer más aquí.
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