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Música

Este libro captura la influencia de la cultura rave en el mundo del arte

'RAVE: Rave and Its Influence on Art and Culture' es el último ejemplo vivido de la estética artística de los raves.

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Esta nota se publicó originalmente en THUMP EUA.

La mayoría de los libros sobre música popular, desde el jazz, el rock o el hip-hop, tienen como intención que leas, no que los mires. Sin embargo, la bibliografía sobre la música electrónica de baile se divide entre libros escritos y colecciones de imágenes: fotos, flyers, portadas de vinilos de 12 pulgadas. Ese es un sorprendente balance. Claro, es frustrante que a pesar de la enorme audiencia global que tiene la música dance, las casas editoras aún no tienen seguidores que de verdad lean, comparados, digamos, con los fans de Dylan—algo que seguirá en aumento con su reciente victoria en el Premio Nobel.

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Por otro lado, tiene sentido: la música dance no trata de palabras, ¿cierto? Es sobre experiencias sensoriales, y por ello, a veces las imágenes pueden converger más con la sensación de estar en un lugar en particular en una escena musical en particular, que las palabras. El libro más vívido sobre imágenes de la música dance que conozco es Raving '89 de Neville y Gavin Watson, una fabulosa colección de fotos en blanco y negro (y algo de texto) que se enfoca en la explosión de la escena rave británica en 1989. (Una muestra en PDF de 36 páginas puede ser descargada de DJ History).

Publicado en el 2009 por DJ History (la misma casa editora de Last Night a DJ Save My Life de Bill Brewster y Frank Broughton), Raving '89 está lleno de imágenes de jóvenes londinenses volviéndose locos en las fiestas. Casi todas las imágenes irradian hambre y furia—una disposición a escapar a algo más benigno (¡aplausos a la paz, el amor y el baile!) y revoltoso (los raves al aíre libre que florecieron en 1989 y que estarían literalmente fuera de la ley cinco años más tarde). Leí sobre los primeros raves británicos y escuché esa música muchos años antes de ver Raving '89, pero nada me traslado dentro de esa era de la misma forma.

Real Arcadia (Never Been To Belgium) por Matt Stokes, 2003. (Cortesía del artista y de Workplace Gallery, Gateshead & London y de The Markus Lüttgen Gallery, Köln. Fotos por Steely D.)

Las cristalinas fotos blanco y negro de Gavin Watson le dan al libro una calidad de documental: Puedes ver a estos chicos y sus intensos ojos, pero también—como en una foto de dos hombres, uno apoyándose en un auto, el otro hablando por un viejo teléfono—la estructura de negocio de dinero bajo la mesa de los primeros rave. El Reino Unido a finales de los 80s estaba hasta el cuello de desempleo con una recesión económica, y muchos promotores comenzaron a hacer fiestas en espacios que habían sido devastados por la recesión. Como lo señala el escritor británico, Rupert Southcombe, "sin la política industrial de "tierra quemada" de Thatcher, los lugares que eran usados para fiestas ilegales quizá no habrían sido tan numerosos".

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La crudeza blanco y negro de Raving '98 lo pone a un mundo de distancia de la fotografía de club, la cual no sólo es usualmente a color, sino que la mayoría de ella se aproxima mejor a la acción de las pistas de baile gracias a las luces y colores con las que manchan los libros fotográficos de raves. Estos libros pueden ser fieles a los frívolos y confusos. Estos libros pueden ser tan fieles a sus desordenados y vertiginosos tiempos que los colores borrosos y su sobrecarga sensorial nos lleva directo a la cursilería. Mi ejemplo favorito, por mucho tiempo fuera de impresión, es el del fotógrafo británico Jonathan Fleming, What Kind Of House Party Is This? (MIY Publishing, 1995), un libro al que me refiero afectuosamente como "el ataque de Photoshop".

Un enorme libro de bolsillo auto-publicado, lleno con fotos de Fleming;What Kind of House Party Is This?—di el nombre con el más alegre acento británico que puedas, ¡es divertido!—es también una clara vertiginosidad por sus opciones sin fin entre el diseño y la tipografía. La primera parte del libro, una sesión de preguntas y respuestas con 75 de los mejores DJs y productores británicos y estadounidenses, presenta un frente completamente diferente de cada artista. La segunda parte, compuesta de fotos y flyers de fiestas británicas de 1988 a 1994 (incluyendo eventos legendarios como Shoom, Spectrum, Rage, Sub Club y Eclipse), dan aún más libertad de acción a las fantasías en Photoshop de Fleming. Mi copia de What Kind of House Party Is This? se ha caído a pedazos gracias a la cantidad de veces que lo he escudriñado durante años. Pero bien ha valido la pena, como una cápsula del tiempo: la estética rave en las páginas impresas.

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El arrebatador subtítulo del nuevo material de Black Dog Publishing, RAVE: Rave and Its Influence on Art and Culture, también lo hace parecer como si intentará capturar la estética del rave en las páginas impresas. Pero, a pesar del diseño azul con rosa neón de la portada, esa no es la meta del libro. Editado por Nav Haq, el curador en el M HKA—Museum of Contemporary Art Antwerp— RAVE no es la clase de eco visual que reune flyers de raves, RAVE se enfoca en los trabajos artísticos inspirados de alguna manera por la cultura rave, comenzando con artistas de la exhibición interdisciplinaria curada por Haq, Energy Flash: The Rave Movement, la cual se llevó a cabo del 17 de junio al 25 de septiembre en el M HKA, incluyendo quince piezas de otros artistas, entre ellos el diseñador Walter Van Beirendonck, la fotógrafa Andreas Gursky, el videografo Sergey Shutov y el artista conceptual Jeremy Deller.

Así que, visualmente hablando, qué tan rave son estas cosas—¿qué tanto neón hay?, ¿qué tantos patrones Mandelbrot? ¿cuántas sonrisas? En general, no tanto, lo cual es un poco sorprendente cuando consideras que el libro pasa entre 1988, el año en que el acid house estalló en Inglaterra, y 1994, el año que surgió el Criminal Justice Act—la ley que esencialmente convirtió en ilegales los raves al aire libre en Reino Unido. Este periodo histórico es cuando mucha de la música dance moderna fue codificada, cuando se crearon muchas de las más grandes estrellas y la música pasó de fiestas renegadas en el campo a infiltrarse en el gran negocio de la música de Reino Unido y Europa a través de populares actos como The Prodigy y a bordo de espectáculos como el triunfante set de Orbital en Glastonbury en 1994.

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Irene de Andrés, FESTIVAL CLUB. Where Nothing Happens, 2013 (captura de video) (Foto cortesía del artista)

El libro contiene muchas fotos de piezas de instalaciones y capturas de videos, entre las que se encuentra el trabajo Festival Club de Irene de Andres y Where Nothing Happens (2013)—una serie de vídeos sobre ruinas cubiertas de graffiti, donde antes existieron clubes. La mayoría de las capturas de los videos de Andres lucen francamente indiferentes; en una de ellas, tenemos un close-up de un acetato de Tyree que al parecer se encontraba en los escombros: "Acid Over" (rápido, todos, ¡encuentren el simbolismo!). Pero en una diferente sección del libro, a lo largo de dos páginas se muestra a DJ Alfredo (quien inspiró la creación de Shoom con sus sets), mezclando en unas ruinas vacías en Ibiza que albergaron raves en los 80s y 90s, algo nada menos que sorprendente.

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Las capturas de Video High (1994) de George Barber son frescas, trabajos listos para el museo que despegan de las animaciones con estilo de salvapantallas de los inicios de la realidad virtual, como se muestra en cintas como X-Mix 3: Enter Virtual Reality (un vástago del CD del mismo nombre de John Acquaviva y Richie Hawtin), así como en los colores que resaltan a la vista de las capturas tomadas de Raveolution de Sergey Shutov en 1992.

Un rave por lo general es definido por su escala, y el imaginario del público ofrece algunos de los trabajos más poderosos de RAVE. Vemos tentadoras capturas del filme de 1997, De Fleuren van de Geest (The Colours of the Mind), de Jef Cornelis, el cual explora el rave "como un medio para observar el role social y espiritual de los trances auto-inducidos históricamente en las culturas esotéricas folclóricas", incluyendo "pinturas europeas que representan jardines de placer llenos con enormes grupos de gente reuniéndose en fervor del baile Moorisj" y la cultura Gnawa del Moroco moderno. Similarmente, las capturas del video Untitled (Zimbabwean Queen of Rave) de Dan Halter, muestran a protestantes de un vecindario de Sudáfrica a inicios de los 90s en su propia clase de reunión masiva, y en Union Rave de Andreas Gursky vemos cómo funcionan las grandes multitudes.

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Matt Stokes, MASS, Exhibition View at De Hallen, Haarlem, 2011 (Foto por Gert van Rooij, archivo de M HKA)

La parafernalia de la música electrónica se abre paso en varias obras, a pesar de que una instalación de Jacques Andre ofrece algunos registros completos y estanterías y folletos dispersos en un piso de la galería que parece más la pornografía de un diseñador de interiores que una pieza de arte. La vista del cuarto blanco de Ditto Cory Arcangel de un 909 conectado a un par de bocinas. Pero el 'Representaciones rond d'un corps de Ann Veronica Janssens ofrece montajes de iluminación favorables como las mismas instalaciones, convirtiendo sus familiares conjuntos de rayos en objetos de contemplación, y su magnitud se traduce incluso en la página.

Además de los trabajos de arte, la introducción de Haq, "A Glossary of Rave"—33 objetos alfabéticamente ordenados con definiciones de un párrafo—es complementada con piezas de Mark Fisher y Kodwo Eshun, dos de los más finos escritores británicos sobre música dance en la era post-rave, e incluye una serie de preguntas y respuestas con el productor Wolfgang Voigt (aka Gas, entre otros numerosos alias, y co-fundador de Kompkat Records), el fundador de R&S Records, Renaat Vandepapeliere y el diseñador Walter Von Bierendonck sobre sus épocas en las trincheras de los raves.

La narrativa predominante de RAVE no es el hecho de que estas cosas sucedieron—de que la gente, muchos de ellos en drogas, bailaban ante DJs tocando música electrónica radicalmente anonima volviéndose el filtro más grande de la cultura joven en el mundo—sino del hecho de que terminó; y de que dió como resultado la idea de una sociedad verdaderamente libre. "Para aquellos que sintieron decepcionados tanto por el mercado como por el estado en ese momento de recesión económica, el rave abrió un tercer tipo de espacio—no necesariamente como una contracultura, sino más como una cultura alternativa", escribe Haq en la introducción del libro. Más adelante agrega: "explotó como un movimiento autónomo y espontáneo que formó su propia lógica basada en lo colectivo. Se sostuvo en el nosotros comunitario, en oposición a la atomización del individualismo neoliberal". El Criminal Justice Act fue, entonces, "un movimiento clave en la erosión de las libertades civiles, así como para inhibir el comunitarismo de la clase trabajadora".

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Jeremy Deller, The History of the World, 1997

Estas ideas reverberan en el resto del libro, particularmente en sus textos. Mark Fisher ofrece una limpia lectura del Criminal Justice Act como un sintomático de las meta capitalistas del "exorcismo cultura, la purificación comercial y el individualismo mandatorio" que llevaron de la subcultura rave ilegal de finales de los 80s a los comercializados super clubes sólo para miembros (Ministry of Sound, Liverpool's Nation) que florecieron a mediados de los 90s.

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RAVE se enfoca en que cómo los gobiernos neoliberales convirtieron la contracultura en capitalismo y cómo eso es difícilmente la historia completa. Por toda su calidad de insurrección, el rave fue también un fenómeno pop en el Reino Unido—despegó en menos de un año con el Shoom de Danny Rampling, la fiesta que comenzó el paradigma rave británico, e incluso antes de que la música house se convirtiera en estilo pop. "Jack Your Body" de J.m Silk, el fundacional traack house de Chicago, fue un número uno británico en enero de 1987; Shoom, que tuvo los tracks house de Chicago como plato principal, comenzó once meses después, en Diciembre. Pero la furia contra el Criminal Justice Act se sigue sintiendo aún décadas después, en la cultura de la fiesta en los clubes, e intensificada por el reciente cierre de Fabric, que muchos ven como parte de una compresión global de la cultura club que remplazó a los raves. No es una accidente que RAVE reimprima los textos completos del Criminal Justice Act y los compare con proyectos de ley de Bélgica ("Concerning Rave Parties") y de Estados Unidos (la ley RAVE del 2002 y la ley Anti Proliferación de Drogas Ilícitas del 2003). Todas sirven como un recordatorio y una advertencia: Esto pasó antes y puede volver a pasar.

Todo el triste anhelo por una era perdida en RAVE, sin embargo, nos describe que no toda la vida es una fiesta, sino un evento de arte disfrazado de una. En la presentación de los artistas belgas, Denicolai & Provvost, Haq escribe: "Su trabajo, Nothing, se basa en un espectáculo que organizaron en S.M.A.K. en Ghent en el 2005, donde hicieron que la policía, los bomberos y las ambulancias condujeran en los alrededores próximos al museo con las sirenas encendidas, formando un caótico ballet de urgentes sonidos en el cielo de la noche. La misma noche, los artistas organizaron una fiesta rave en el museo, otorgando la sensación de evento ilícito mientras eran rodeados por las autoridades". Las fotos que siguen—recordando la fiesta, un flyer de la misma e imágenes de un evento similar en el 2007—son ciertamente alegres. Pero aquí, y no por primera vez en este libro de arte, las palabras transmiten la acción de una fiesta, incluso mejor que las imágenes.