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diez preguntas

Diez preguntas que siempre quisiste hacerle a un amputado

"A veces siento que mi pie sigue pegado a mi cuerpo, pero en otra parte".

Después de acostumbrarse a caminar —es decir, unos meses después del primer cumpleaños— uno suele olvidar lo fácil que es la vida con dos piernas. Pero, ¿y si de un momento a otro perdieras una de ellas?

Mickey Delsman es un estudiante de 23 años que vive en Ámsterdam, y tuvo que pasar por esta situación cuando era niño. Poco después de que lo amputaran, aprendió a usar una pierna prostética. Hace poco me reuní con él para saber cómo maneja su condición.

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VICE: Mickey, ¿cómo perdiste tu pierna?
Mickey: Fui diagnosticado con cáncer óseo en la canilla cuando tenía diez años. Me enteré más o menos por accidente; me había lastimado la pierna y no podía caminar. El médico notó inmediatamente que había algo muy mal en ella y, un año después, me dijeron que me la tenían que quitar por prevención. Pude decidir cuánto quería que quitaran; pedí que me subieran la rótula y removieran todo lo que estuviera debajo.

¿Padeciste el dolor de miembro fantasma?
Sí, incluso me medicaron para eso, pero nunca terminé el tratamiento. Todavía siento el dolor fantasma. No sé si desaparecerá. Es como un cosquilleo en la parte en la que debería estar mi pierna. Si me concentro siento como si mi pie todavía estuviera ahí, pero como atascado. A veces siento un golpe al correr, o siento que mi pie sigue en mi cuerpo, pero en otra parte.

¿Cómo haces para caminar?
Tengo una prótesis y camino bastante bien con ella. Solía saltar todo el tiempo; por eso mi otra pierna es tan fuerte. Me enseñé a mí mismo a caminar otra vez y nunca pasé por fisioterapia. Simplemente practiqué mucho. Era niño y quería salir a jugar con los otros, así que eso hice.

Hace poco mi rodilla prostética se rompió; se quedó atascada mientras caminaba. La prótesis se me rompe con frecuencia porque le pongo mucho peso y presión. Además, el aceite o la grasa para la pierna se puede filtrar por otras partes. Normalmente estas prótesis duran tres años o un poco más, pero yo las gasto mucho más rápido. Las uso mucho; salgo como cualquier persona y ando todo el día en bicicleta entregando domicilios por la ciudad. Mi último pie prostético se rompió en pedazos cuando terminé de usarlo.

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Todas las fotos por Kas van Vliet

¿La gente hace chistes con tus prótesis?
Una vez, estábamos de vacaciones en España con unos amigos y el inodoro de nuestra habitación dejó de funcionar. Mis amigos me preguntaron si podían usar mi pierna para llevarla a la recepción del hotel y decirle al encargado que había salido del inodoro. El tipo quedó muy confundido. Fue muy chistoso. Otra vez, en un festival, un amigo hizo una montaña gigante de basura y puso mi pierna en la cima. Eso no fue chistoso. Uno tiene que pedir permiso para hacer esas cosas.

¿Cuándo sientes que más extrañas tu pierna?
Puedo hacer casi todo con normalidad. Tal vez no juego fútbol o basket tan bien como otros, pero me defiendo. Lo que sí es muy complicado es nadar. Extraño nadar. Ir a la playa me queda muy difícil. No puedo meter la prótesis al agua. Sí, me la puedo quitar, pero no siempre quiero hacer eso. Tendría que saltar en una pierna para llegar al agua. Solía hacer eso, pero últimamente simplemente me quedo en la sombra.

También he estado en situaciones peligrosas gracias a mi pierna. Una vez estaba con un amigo en una rueda de Chicago, y a la mitad del recorrido nos dimos cuenta de que mi prótesis se había atorado. Intenté liberarla pero no funcionó, y comenzamos a entrar en pánico. Cuando la pierna por fin se soltó, nuestro puesto se balanceó fuertemente. Casi nos caemos. Eso habría sido especialmente grave para mi amigo, porque yo habría quedado colgado de mi pierna.

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Si pudieras escoger, ¿habrías preferido perder un brazo o la pierna?
Cuando pierdes un brazo, igual puedes jugar fútbol y hacer cosas como esas, y tu equilibrio es mucho mejor. Pero creo que igual escogería perder la pierna. Ya me acostumbré.

¿Has usado alguna vez tu amputación como excusa?
Sí, solía hacerlo. Iba a parques de diversiones en silla de ruedas para entrar a las atracciones por la fila para personas con discapacidad. Ya tenía mi prótesis en ese momento, pero exageraba lo difícil que era caminar. Y en los festivales siempre veía las presentaciones llenas de gente desde el área para personas con discapacidad.

¿Te han hecho bullying por tu pierna?
Me han molestado, pero no directamente por mi pierna. Cuando era más pequeño la gente a veces se reía de mí por no correr rápido. Decía cosas y luego salía corriendo, y claro, yo no podía alcanzar a nadie. Pero no recuerdo un bullying específico. Crecí en un pueblo relativamente pequeño y todos sabían cómo había perdido la pierna. Todos eran muy cuidadosos conmigo. Eso me molestaba a veces; no necesito el pesar de la gente.

¿Y ahora? ¿La gente reacciona raro cuando se da cuenta de que tienes prótesis?
Antes cubría mi pierna incluso durante el verano, pero ya no lo hago. A veces las personas se quedan mirando, pero suelen reaccionar bien. Casi siempre recibo preguntas de niños chiquitos que no entienden qué pasó. Me preguntan y yo les explico que tengo una pierna artificial. Normalmente les parece algo muy interesante.

Cuando sales con alguien, ¿le dices de frente que tienes una pierna prostética?
No. El otro día iba a encontrarme con una chica de Tinder, y mi rodilla prostética se volvió a atorar. Fue una mierda, pero le dije apenas nos encontramos: "tenemos un problema, mi rodilla se dañó y no puedo caminar muy bien". Ella no sabía que yo tenía una prótesis en ese momento. Pero la gente suele ser relajada con eso.